capítulo 11

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—Estoy en casa señorita Yebin —avisó una vez que abrió cuidadosamente la puerta de su casa.

Generalmente esa era su costumbre, abrir la puerta y luego avisarle a su gatita que ya había llegado, era como una tierna manera de decirle que estaba nuevamente en casa para consentirla y mimarla. YoonGi se hizo a un lado para dejar pasar primero a JiMin y luego cerrar la puerta tras él. Sin embargo, al escucharlo llamar a una chica, JiMin enarcó una ceja, imaginándose a una persona, quizá era su empleada.

Lo que jamás creyó era ver a una hermosa gatita asomándose de la cocina, moviendo lentamente su cola y ronroneando, una clara señal de que se alegraba de la presencia de su dueño.

—¿Así que esta es Yebin? —JiMin soltó una risa, agachándose a la altura de la gatita cuando esta pasó por sus piernas, restregando su cabeza en ellas. Cariñosamente la alzó en sus brazos y acarició su mentón, ganándose ronroneos de su parte—. Que gatita tan linda...

YoonGi se quedó sorprendido, mirando la escena delante suyo. Usualmente Yebin era bastante huraña, y no le gustaba ser alzada en brazos de desconocidos, mucho menos cuando no estaba de buen humor. Pero... Ahora al ver esa escena delante de él le indicaba que su mascota era una completa traidora.

—Es una gatita muy linda... Pero no tan linda como su dueño —JiMin lo miró coqueto, ganándose un sonrojo por parte de YoonGi.

—¿No te vas a rendir, no es cierto? —soltó un suspiro para dejar su mochila en uno de los sillones.

Recordando que aún tenía el panfleto en sus pantalones, lo sacó rápidamente sin que JiMin se diera cuenta y lo puso en un estante, colocando un libro encima de este para que no se viera.

No quería. Realmente no quería meterse en la industria del entretenimiento para adultos. ¿Qué cosas tan horribles podían pasar ahí? Claro, además de ser grabado y que los vídeos estuviesen regados por cada rincón del mundo, donde para algunos podía ser un desconocido, y para otros... Ese era su terror. Que su familia, amigos, incluso JiMin se dieran cuenta. Nunca más podría verlos a la cara si lograban enterarse de ello.

No era que lo estuviera considerando, porque él trataría de encontrar un trabajo más digno que ese a como de lugar. Sin embargo, le aterraba la idea de tener que dejarlo como una opción si acaso, y podía darse cuenta que implícitamente lo estaba dejando como su última alternativa al no deshacerse del folleto.

—¿Quieres tomar algo? Tengo té, té y uh... Más té —confesó, cruzándose de brazos.

JiMin rió y asintió, sin dejar de jugar con Yebin. Tomó asiento en uno de los sillones y alzó la gatita para dejarla en su regazo.

A JiMin le encantaban los animales, era algo de lo que siempre tuvo en su casa, toda su infancia fue llena de cualquier tipo de mascotas, ya que gracias a su madre, él le había tomado ese amor a los animales. Su madre era rescatista y animalista, y gracias a esto su casa siempre estuvo repleta de amor por los animalitos.

Su madre actualmente trabajaba en una asociación de rescate de animales, por lo que muy pocas veces estaba en casa y JiMin tenía que hacerse cargo de sus mascotas. Pero estaba bien, puesto que a él le gustaba alimentarlos y cuidarlos. Aunque claro, esto era cuando tenía tiempo libre y no tenía que correr siempre en asuntos de la compañía. Con su hermano en luna de miel, su madre ocupada, y su padre jubilado, básicamente todo el peso había caído sobre él.

—Espera aquí, ya vuelvo.

—No no, yo te ayudo. No es problema para mí —dejó a Yebin sobre el sofá y lo siguió a lo que creía que era la cocina.

El departamento de YoonGi no era tan grande, pero era lo suficiente para tener una cocina presentable y esto lo pudo confirmar cuando entró en ella. Quizá se debía al hecho de que amaba cocinar, y hornear que estaba completamente limpia y ordenada.

who are you in the dark? ✦ jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora