capítulo O4

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El silencio reinó en el ascensor después de lo sucedido. YoonGi probablemente estaba lo suficientemente asombrado como para intentar añadir algo más al ambiente. Estaba avergonzado después haber sentido tan de cerca la boca de aquel desconocido, sintió sus labios temblar ante el suave roce. Fueron segundos, pero pudo sentir su lengua delinear la comisura de sus labios suavemente.

Con tan solo recordarlo los colores se le iban al rostro.

Por otro lado, JiMin estaba de lo más tranquilo, recostado sobre las paredes del ascensor con los ojos cerrados y las manos en sus bolsillos. YoonGi no creía que eso fuese posible, estar como si nada hubiera pasado cuando su corazón aún latía como loco.

—Lamento... Haberte presionado, no era mi intención.

—No lo sentí como presión —menciona, sin abrir sus ojos.

No entendía ese sentimiento, pero le asustaba más de lo que creía.

—Sí lo fue, no lo ocultes. Fue mi culpa.

—No, no lo fue.

—¿Entonces por qué..-

Antes de que pudiese continuar con la pregunta, la risa de JiMin lo desconcertó, haciéndolo callar por unos segundos. Abrió sus ojos y finalmente lo miró de reojo.

—¿Qué? ¿Tengo que besarte para que aprendas a guardar silencio? —dijo seriamente. YoonGi abrió sus ojos sorprendido, quedándose sin habla. JiMin se acercó peligrosamente hacia él, acorralándolo en la pared más cercana y notando su nerviosismo. Inmediatamente la respiración de YoonGi se descontroló, sintiendo sus piernas temblar—. Atrévete a decir una palabra más, y yo me encargaré de cerrar esta boquita con métodos más efectivos —le susurra cerca de sus labios, mirándolo fijamente.

Finalmente el elevador se detuvo en el sexto piso, y una vez que las puertas fueron abiertas YoonGi se apresuró en salir de ahí, empujándolo lejos de él, como si estar al lado de JiMin quemara, como si estuviese vulnerable ante su presencia.

Para su buena suerte, Suran estaba justamente en ese pasillo hablando con el señor Park HyunSik, eso significaba que no tendría que pasar más tiempo al lado de ese chico que le alteraba los nervios.

—¡Suran! —mencionó YoonGi, llegando a su lado y haciendo una reverencia ante el señor Park. Estuvo a punto de continuar, si no fuese porque en ese momento JiMin apareció detrás de él, saludando con una mano.

—Buenos días, señorita Shin.

—Buenos días, JiMin. ¿Cómo has estado?

La mente de YoonGi en ese momento se desconectó por completo. Parecía que estaba tratando de enlazar los cables en su mente. ¿JiMin? ¿Ellos se conocían? No, más importante aún... ¡¿Él era Park JiMin?!

—¿Ustedes ya se conocieron? Espero que hayas tratado bien a nuestro invitado especial, YoonGi —le sonrió su jefa.

YoonGi no dijo nada, probablemente porque su mente estaba como Windows reiniciándose. Eso, o porque estaba recordando todas y cada una de las veces que le llamó idiota a su mayor, el como trató a la fotocopiadora de inservible, y como le habló tan confianzudo al dueño de toda la maldita compañía donde trabajaba.

—No se preocupe, creo que tuve un trato algo... Diferente a lo usual —sonrió JiMin de medio lado, mirándolo de reojo.

—¿T-T-Tú eres Park... Park JiMin? —YoonGi mencionó con un hilo de voz, entrando en pánico.

—Mucho gusto, Min YoonGi —esta vez fue su turno de presentarse formalmente. Todo hubiera estado bien si no le hubiese sonreído de medio lado, coqueto.

who are you in the dark? ✦ jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora