Final

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YoonGi creía que podía sobrellevar esta situación cuando estuviese a punto de suceder. Pero una vez más veía lo débil que era para él controlarse a sí mismo. No es como si una boda se llevara a cabo todos los días.

—Yoon, tranquilo. ¿Recuerdas lo que le dijiste el día de mi boda? Él no va a escapar ni va a arrepentirse —EunHa que se encontraba en la misma habitación dándole apoyo moral le sonrió dulcemente.

La boda iniciaba en menos de veinte minutos y ya casi todos los invitados estaban listos. Aunque en realidad solo eran invitados muy cercanos a ambas familias de los novios, no había cámaras ni periodistas, siendo una celebración bastante discreta. De esta manera la quería YoonGi.

Ahora este moría de los nervios mientras le retocaban el poco maquillaje que llevaba, y alistaban su hermoso traje blanco. Estaba en una habitación especial donde lo preparaban, por lo cual solo pocos lo habían visto. La creencia de ver a la novia vestida de blanco antes de llegar al altar era tan popular que, para evitar la mala suerte, decidieron tomar a YoonGi lejos de los invitados, en especial de JiMin.

—Sé que no puede escapar ya, hace poco me mandó un mensaje comentándome que ya estaba por salir de la habitación. Ahora mismo debe estar en el altar esperando por mí —mordió ligeramente su dedo—. Me parece tan increíble que esté a punto de casarme —susurró con nostalgia.

EunHa lo miró enternecida y puso una de sus manos encima de la suya.

—Conozco esa sensación, y déjame decirte que es la mejor que puedes experimentar. En especial cuando amas profundamente a la persona con la que te vas a casar —asintió, sonriéndole—. Míralo de esta manera, solo imagina cómo deber sentirse JiMin después de una boda fallida. El que haya decidido casarse por segunda vez ha sido más que increíble, y aterrador... en el sentido de que... el trauma por una primera boda que no se dio.

YoonGi suspiró y cerró los ojos. Era cierto, JiMin ya había pasado por esto una vez y ahora mismo debería estar peor de nervioso que él mismo, el pensar que YoonGi podía escapar de sus brazos, como alguna vez lo hizo quien él creyó que era el amor de su vida. Aunque a diferencia de la primera vez, esta vez sí iba a pasar.

—Dios... Ahora mismo puedo entender perfectamente tus nervios de esa vez, Hanni. Siento que... agh, voy a vomitar mi desayuno de hace tres días —suspiró, sentándose delante de ella. EunHa tenía a su bebé de dos meses en sus brazos, mimándolo—. Aunque no te lo voy a negar. He estado deseando este día todos los días de mi existencia desde que me propuso matrimonio delante de toda la prensa —sonríe, recordando aquel acontecimiento que puso casi a toda Corea de cabeza.

Por supuesto que al otro día las noticias y reportes no se hicieron esperar, todos anunciaban la gran unión que tendría en matrimonio uno de los empresarios más importantes del país. Hubo muchos comentarios, entre buenos, malos, malintencionados y muy dulces.

Muchos criticaron a YoonGi y lo tacharon de aprovechado por el simple hecho de rebuscar en su vida y encontrar que solo se trataba de un secretario con suerte, sin embargo, el castaño no le prestó atención a esos comentarios y prefirió hacerse el de la vista gorda. Solo JiMin y él sabían lo difícil que había sido su relación y no pensaban apartarse o retroceder por comentarios de gente que no tenían una vida.

Ahora, finalmente el día de la boda había llegado. Todos los preparativos estaban listos y solo faltaba que el novio llegase. Solo que este se encontraba algo... nervioso. YoonGi portaba un traje completamente blanco, de corbata negra, y una rosa roja en uno de los bolsillos. Además, portaba una fina y lujosa joyería que JiMin le había pedido que usara.

Se trataba de una pulsera bañada en oro, y un colgante en su oreja. Aunque en realidad solo era uno, la fina joya tenía la forma de unas alas, y de estas colgaban pequeños diamantes incrustados. El accesorio rodeaba circularmente el oído, haciendo ver a YoonGi más... extravagante de lo que ya era.

who are you in the dark? ✦ jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora