capítulo O9

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YoonGi se sentía liviano, como si estuviese en las nubes. No porque las manos de JiMin estuviesen en su cintura ahora, o por esos profundos ojos mirándolo con coquetería y algo más que no podía descubrir. Realmente comenzaba a sentirse con mucho calor, las manos de JiMin quemaban en su cintura mientras este seguía su baile.

—No sabía que bailabas tan bien —susurró YoonGi, sintiendo las manos de JiMin en su cintura.

La música, el ambiente. JiMin. No sabía cuál era el problema, pero su cuerpo comenzó a sentirse necesitado. Ese tipo de necesidad.

YoonGi no entiende qué estaba pasando en su cabeza por ese momento, pero en un impulso de su misma necesidad por un roce más, agarra ambas manos de JiMin y las dirige a su trasero, como si le estuviera dando permiso de seguir aún más abajo, que tocara todo lo que quisiera y se le antojara. Él quería ser tocado de manera desesperada, y sentir ese mismo deseo en los roces de JiMin.

Con solo pensarlo, un peligroso calor viajaba hasta su pelvis.

Y entonces, perdido en sus pensamientos, lo dijo.

—Dímelo otra vez, JiMin —dice en un jadeo, perdido en el calor— Dime que me deseas tanto como lo dijiste en el auto —susurra en su oído, esperando por una reacción.

Sí, YoonGi había tomado algo equivocado.

Este sonrió y le dio un apretón a una de sus nalgas, atreviéndose por primera vez a tocarlo más allá de las provocaciones. YoonGi casi se cae del asombro, pero algo dentro de él quemó y su libido creció como una llama. Entonces, sus caderas se encontraron con las de JiMin a propósito, mostrando esa necesidad y sed en sus ojos. Ahogó un gemido cuando sus miembros chocaron y se encontraron, dándole una sensación electrizante.

—¿Qué quieres escuchar? ¿Tus propios gemidos cuando finalmente te haga mío y ruegues por más?

Listo, YoonGi perdió. Sus brazos inconscientemente rodearon su cuello, tratando de besarlo. Sin embargo, JiMin lo detuvo.

—Estás ebrio, Yoon. No haré nada en un estado en el que sé que no eres tú —susurró—. Además, fuiste afectado por algún tipo de bebida. No estoy seguro de que tipo, pero es peligroso que te quedes aquí. Yo le avisaré a Wenhan que nos veremos luego. Después le avisaré a tus amigos.

YoonGi bufó molesto. Pero aún así no puso resistencia cuando JiMin lo jaló del brazo y lo sacó de la multitud, llevándolo directamente hacia su auto. Para ese entonces, YoonGi estaba a punto de morir, estaba tan caliente que no sabía que hacer, lo único que necesitaba era a alguien que apagara ese fuego en su interior.

Nunca ocupó tanto el sexo en su vida como ahora lo necesitaba.

YoonGi se sentó en el asiento de copiloto, esperando por JiMin. Este rápidamente se montó a su auto y puso la direccional para salir de ahí. Sin embargo, algo inesperado fue cuando volteó hacia el pálido y este tenía varios botones de su camisa desabrochados, dejando al descubierto su pecho, lo veía recostado en el asiento. Pequeños jadeos salían de sus labios, incapaz de decir algo pero sintiéndose tan excitado que podía correrse con un solo beso.

—S-Señor Park... Por favor... —jadea, estirando su mano hacia la de JiMin, que se encontraba al volante, y guiándola por todo su pecho, hasta llegar a sus tallados pantalones que escondían su gran erección. Cuando la mano de JiMin hizo contacto, YoonGi no pudo evitar gemir—. No aguanto más... Por favor... J-JiMin.

JiMin suspiró, tranquilizándose y contando hasta diez.

—Nos vamos a tu casa. Ahora. Pero no pasará nada más, YoonGi.

O al menos eso quería creer él. Si bien era cierto que JiMin lo deseaba, tampoco era un abusivo para meterlo entre su cama en un estado en el que YoonGi ni siquiera sabía lo que decía, simplemente se dejaba llevar por las necesidades de su cuerpo como un animal en celo.

Probablemente así se sentía.

—J-JiMin... Hmm —YoonGi lleva una de sus manos a sus pezones y comienza a jugar con él por encima de su camisa. Estaba tan caliente que este ya se encontraba duro, y estimulado.

—Dios mío YoonGi, no me hagas esto —suspiró frustrado, retomando el camino principal.

Y todo el camino fue entre pausas que JiMin si no tuviese el autocontrol suficiente y su moral intacta, desde hacía rato hubiera parado el automóvil al lado de la carretera y follado en el auto como YoonGi pedía casi entre gemidos.

Fuese semáforo, una pausa, algo, YoonGi acariciaba su rostro confesándole lo atractivo que era, para luego volver a su estado necesitado y pedirle casi rogando que lo follara, incluido su lenguaje sucio para provocarlo. Ante esto, JiMin no bajó la guardia. No hasta que llegó a la casa de YoonGi.

—Hemos llegado —dice apagando el motor del auto.

—Vamos a mi cuarto, lo necesito... —se quita el cinturón de seguridad y comienza a desabotonar su camisa—. JiMin vamos... Fóllame, ¿no dijiste que me deseabas? Hazlo —pide removiéndose en su asiento. Su excitación iba cada vez más en incremento, llegando al punto de querer desnudarse ahí mismo para que JiMin lo hiciera suyo.

—A tu casa. Ahora. No pienso hacer nada más que esto —sin poder contenerse un poco más, y cayendo en sus instintos, JiMin jaló a YoonGi a su asiento de piloto y lo sentó en su regazo, besándolo desesperadamente una vez que tuvo sus labios muy cerca de su boca. YoonGi gimió complacido al sentir como JiMin lamía sus labios y metía su lengua de por medio, iniciando un beso húmedo completamente necesitado por ambos.

YoonGi comenzó un vaivén en su pelvis, restregando su miembro junto al de JiMin, sintiendo su dura polla con la suya. Sus dedos buscan algo a lo que aferrarse, a lo que se entierran en el negro cabello. JiMin gruñe excitado, y jala de su cabello separándose del beso, para descender por su cuello y besarlo con desespero.

YoonGi tiembla entre sus brazos, y algo tan sencillo como besos y lamidas en su cuello, ya lo tenía al punto de venirse. Claramente se debía a lo que sea que se haya tomado. Pero en ese momento, lo único que quería pensar era en lo bien que se sentía todo el cuerpo de JiMin junto al suyo, el sentir esas manos en su trasero manoseándolo y apretándolo contra su polla.

—Más... JiMin, más... —gime, arqueado su espalda y echando su cabeza hacia atrás para darle más acceso a su cuello—. Se siente tan bien...

Finalmente JiMin se detiene y cae en cuenta de lo que está pasando. No podía llevarlo hasta el final por más que quisiera. Y aunque luego tuviera que llegar a casa a solucionar el problemita que YoonGi le había causado, prefería eso que actuar en el estado confuso en el que se encontraba YoonGi.

—Es suficiente. A tu casa.

—JiMin... No me hagas esto... Vamos, te lo ruego —ruega, restregándose en su pelvis a propósito.

—Te ocuparás de eso con un baño de agua fría. Nos veremos luego —se despide. YoonGi con un puchero se levanta de su regazo y sale por la puerta del copiloto, gateando hasta la salida.

JiMin no puede evitar voltear a ver su trasero, y joder, su erección duele en sus tallados pantalones y palpita. No puede controlar esos acalorados pensamientos de YoonGi en cuatro justo como ahora y él tomando control de cuerpo desde atrás.

Demonios, ni siquiera debería estar pensando en eso.

—Nos veremos luego, señor Park —YoonGi se despidió—. Probablemente en mis sueños.

who are you in the dark? ✦ jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora