capítulo O5

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Anonadado.

Estupefacto.

Con la boca abierta.

Sus palabras le habían caído como un balde de agua fría. Y a pesar de que ya se encontraba en un lugar más seguro y había podido salir de aquella bochornosa situación exitosamente, las palabras de JiMin aún seguían rondando en su cabeza, tanto así que no podía salir de su asombro y un intenso color carmín inundaba sus mejillas. ¿Quién se creía que era? Claro, aparte de ser todo el maldito dueño de la compañía y hacer lo que se le viniera en gana.

—YoonGi, necesito que vayas un momento al piso principal y le pidas a Eunha la fotocopia de los avances. ¿No hay problema con eso? —su jefa que estaba completamente abarrotada de papeles, apenas alzó su mirada para observarlo por microsegundos.

Solo faltaban veinte minutos para la conferencia y estaba seguro que pronto comenzaría a hiperventilar. YoonGi creía no estar preparado, y aparte de no estar capacitado mentalmente (según sus creencias) no tenía ni la más mínima idea de cómo actuar frente a JiMin luego de aquella extraña confesión. ¿Lo pasaba por alto, lo ignoraba? ¿Cómo? Tampoco es como si quisiera hacer un gran escándalo por ello.

Seguramente lo decía bromeando o por el calor del momento...

Sí, debía ser eso.

—Claro, yo iré. Solo deme unos minutos —comentó mientras acomodaba los informes en sus brazos por orden alfabético.

Suran lo observó de reojo. Abrió su boca para decirle algo pero se lo reservó. YoonGi a veces solía ser tan distraído que estaba segura que no se había enterado de nada, eso, o porque solo trataba de hacerse el desentendido.

Ella sonrió y dejó de firmar los papeles que tenía en su escritorio.

—YoonGi-ah, ¿De casualidad sabes dónde se metió el joven JiMin? —al escuchar su nombre YoonGi se puso rígido, casi deteniendo la respiración por terror a delatarse a sí mismo—. Nunca llegó al restaurante en el que quedamos, y su padre estaba preocupado.

«Sí, Suran. De hecho no llegó porque nos encerramos en el baño a escuchar dos hombres follar» pensó con algo de molestia y vergüenza. Y al recordar, sus mejillas inevitablemente se volvían rojas.

—No, no lo he visto —respondió cortante, sin tener el coraje de voltearse—. Debe andar por ahí molestando a algún alma miserable —murmuró para sí mismo, por dicha sus palabras no llegaron al oído de su jefa.

No le tenía rencor, pero mentiría si dijera que no se sentía ofendido por la sugerencia que había recibido de su parte.

—¿Dijiste algo? —inquirió confusa.

—¡No, no! Nada en específico —sonrió nervioso—. Que ya iba por los papeles que tiene Hani.

Dicho esto, YoonGi salió casi corriendo al primer piso. No quería que su jefa le hiciera un interrogatorio al observar esa máscara de mentiras en la que se ocultaba. Aparte de ser su jefa, Suran lo conocía lo suficiente para saber que estaba mintiendo. Y siendo sincero realmente no quería terminar diciéndole la verdad.

Cuando llegó con Eunha, esta le dedicó una sonrisa y le preguntó; —¿Vienes por los papeles de la señorita Shin, verdad?

YoonGi asintió. Eunha dejó de teclear en su computador y se dirigió a los estantes detrás de ella. Mientras rebuscaba entre los papeles, él se recostó sobre su escritorio.

—Hani, quisiera preguntarte algo... —avisa cuidadosamente, casi debatiendo si decirlo o no.

—Claro, YoonGi, dime.

who are you in the dark? ✦ jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora