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Bajo Los Cerezos

"¿Que se supone que haces cuando un sueño significa algo más de lo que crees?

La mente es poderosa se suele escuchar, pero no tenemos idea de cuánto es así o a qué tal grado, aceptamos las cosas porque suceden, pero no analizamos más allá..."

-Chifuyu -llamó Takemichi- ¿tienes una idea de que tan poderoso es un sueño o que tanto afecta en la vida real?

Chifuyu escuchó a su compañero, desde hace unos días había notado que se encontraba más pensativo de lo normal, y es que Takemichi era un soñador con regularidad, tendía a observar las cosas, las situaciones y a soñar despierto, al contrario de él que mantenía muy bien sus pies en la tierra, esa pregunta tan directa tal ves significaba algo respecto a la situación reciente.

-No suelo tener muchos sueños, y poco he escuchado de sus significados, lo único que te puedo decir es que el subconsciente a veces trata de comunicar algo a través de ellos, es como si tu cerebro te diera señales para que te des cuenta en el momento en el que estés despierto, ¿a que viene la pregunta? -esa última interrogativa intentó decirla con desinterés, sabía que el pelinegro se pondría nervioso o a la defensiva si se sentía atrapado en algo.

-Eeeh... Es solo curiosidad -la mano de Takemichi se acercó a su espalda para comenzar a rascarla, solía hacerlo cuando estaba nervioso.

-Es más que eso ¿verdad?

Chifuyu odiaba presionarlo pero la curiosidad por entender a Takemichi y su extraño comportamiento lo asediaban.

-Bien... -se sonrió entre dientes- Lo que pasa es que...

Antes de que Takemichi pudiera pronunciar otra palabra alguien toca a la puerta de la habitación y sin esperar mucho esta es abierta.

-Hey, ya es hora -comentó uno de los chicos que dormía en la habitación contigua- nos iremos sin ustedes si no se apuran.

-Es verdad -respondió Chifuyu observando el reloj de pared que estaba en su habitación- son las cuatro de la tarde, es hora de irnos Takemichi.

-¡Sí!

Takemichi tomó su chaqueta roja para ir tras Chifuyu y cerrar la habitación.

Era el día donde por fin después de tanto tiempo saldrían a las calles, y sobre todo a observar el nacimiento de las flores de cerezo, tendría que ser una tarde magnífica por supuesto.

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Todos los chicos de su grupo de edad se encontraban ahí, algunos tutores de el orfanato los habían acompañado para mantener cierto orden entre los adolescentes, pero les habían concedido un poco de libertad, un poco de esparcimiento no les vendría mal después de tanto tiempo.

Las calles lucían tan lindas, el cielo era azul celeste y el viento no era más que agradable, una excelente tarde de primavera les concedía la ciudad.
Habían distintos puestos de comida, juegos y demás opciones, habían niños jugando entre los adultos, y personas en yukatas o kimono se precenciaban, para Takemichi y Chifuyu todo era tan especial y divertido que parecían niños pequeños en un parque de diversiones.

Lo más especial de todo era respirar esa libertad que tanto deseaban vivir, por fin, se podían sentir como 2 adolescentes comunes y corrientes en un festival.

-¿Que era lo que me ibas a decir en la habitación, Takemichi? -Chifuyu volvió a tocar el tema, no se quedaría así de brazos cruzados.

-No no, era una tontería, es más, ya lo olvidé.

Era obvio que Takemichi estaba mintiendo y su risa nerviosa lo delataba.

-Sabes Takemichi, me sorprende mucho que no confíes en mi -dijo Chifuyu con entrecejo y ojos achinados- se supone que eres mi mejor amigo ¿no?