La noche de las 3 lunas

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Sus pisadas eran lentas y desganadas, realmente no quería hacerlo, y mucho menos ese 24 de diciembre, que si de por sí era frío, no le apetecía dejar en ese estado el corazón del rubio, pero debía, y mientras más se acercaba a aquel enorme y gélido patio, más tristeza sentía.
Lo último que deseaba en su vida en ese momento era alejarse de aquel pequeño rayo de sol que iluminaba sus tardes, desde aquel día en que lo conoció.
Chifuyu Matsuno ya significaba más en su vida de lo que le hubiese gustado, era escurridizo en sus pensamientos y cada vez sus ojos azules se ganaban más espacio entre sus sueños.
Maldecia aquella hora en que cruzaron miradas, porque ahora tenía que soltarlo.

Que estuviera en su cabeza tanto tiempo no era lo mejor cuando se suponía debía tener temas más importantes en ella.
Aunque sí le preguntaban a él, Chifuyu era lo más importante.
Pero no podía seguir así y mucho menos demostrárselo.
Debía terminar con todo esto.

Cuando llegó por fin a la puerta de salida, vio a lo lejos y sentado en aquella banca como siempre a el de cabellos dorados bordando, con la cabeza baja y un gorro tejido sobre ella, poniendo todo su empeño y dedicación a crear esas hermosas obras solo con sus dedos.
Chifuyu era alguien tan sorprendente, era alguien de admirar.

Al escuchar unos pasos acercarse y de pronto sentir a alguien pararse frente a sus pies, Chifuyu subió su mirada para encontrarse con aquel chico que lo hacía suspirar, sonrió dulcemente.

— Ho-hola, llegas tar...

— Vengo a decirte que ya no quiero tener nada contigo — interrumpió Baji, sin dejar terminar a Chifuyu.

— Cielos... ¿A que se debe tan repentina confesión? — contestó con serenidad.

— A qué estuve jugando contigo solamente, estaba aburrido pero ya te usé y ahora quiero divertirme con otro juguete — Keisuke intentaba no mirarle directamente la cara a él rubio, sabía que su mentira no era buena pero intentaba sonar desinteresado e hiriente como solía hacerlo cuando quería ocultar sus verdaderos sentimientos.

— Oh, bueno, eso me toma por sorpresa, pero, si es lo que quieres, de acuerdo, fue lindo el tiempo que compartimos — sonrío para volver a continuar con su bordado.

Baji abrió muy grandes los ojos, estaba más que sorprendido de esa respuesta y sobre todo la madurez que siempre reflejaba Chifuyu, a pesar de lo que acontecía, seguía tan sereno y en lo suyo como si nada hubiese pasado.

— ¿Es todo? ¿Solo lo aceptas así? — refunfuño el de cabello negro.

— ¿Que tendría que responder? Si así te sientes respecto a esto, no puedo cambiar tus sentimientos — decía aún con su mirada enfocada en lo suyo.

— B-bueno no es como si estuviera totalmente aburrido de ti, digamos que... — su voz comenzaba a sonar trémula, no podía creer que para Chifuyu no significara tanto esa ruptura — no me creo que te importe tan poco.

— No es que no me importe — dirigió su mirada a la otra — me importas tanto que te dejo ser libre, me gustas tanto que respeto tu sentir y dejo que tomes tus desiciones, si piensas que ya no quieres estar conmigo, lo aceptaré, claro que duele, pero no se puede retener a nadie contra su voluntad.

La sonrisa de Chifuyu dolía.

— ¡Basta! ¿Porque haces tan difícil todo? — gritó con desespero — Siempre supe que yo no te gustaba tanto como tu a mi...

— Jajaja, pero si tu eres el que está dejándome ¿porque sería así? — prestó por completo su atención a él chico que tenía enfrente, dejando en segundo plano todo lo demás.

— Porque... te estoy diciendo que solo fuiste un juguete para mi y no te molesta, eso significa que también solo fui un juguete para ti — respondió en voz baja, esta vez dirigiendo su mirada a esa linda sonrisa.

✨ 𝓢𝓽𝓪𝔂 𝓦𝓲𝓽𝓱 𝓜𝓮 ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora