Genuina verdad

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Las opiniones muchas veces podían resultar polarizadas y más de una ves no había estado de acuerdo en muchos temas, pero la forma en como Manjiro explicaba las cosas y hacía entender ciertos puntos de vista le impresionaba y jamás había experimentado algo así, unas sensaciones conocidas pero a su ves nuevas le recorrian todo el cuerpo, era como redescubrir sensaciones.

La noche había sido breve para Takemichi, no tanto para Chifuyu que había terminado siendo vencido por el sueño, pero cuando los primeros rayos de sol habían aparecido en el horizonte, Mikey sabía que era hora de irse pues Takemichi tenía compromisos que cumplir.

Aun y a pesar de sus verdaderos deseos tuvo que dejar sus palabras cortadas por ahí y fingir tener una buena memoria para volver a reunir el hilo la próxima noche.
Ahora sabía con certeza que había conocido a Mikey por alguna razón, y como éste lo había dicho: a veces el destino es curioso.
Y estaba agradecido con esa casualidad.

A pesar de eso y de que la felicidad le invadía el corazón, una sensación agridulce le empezaba a caminar por la garganta en el momento que pudo ver como Manjiro saltaba la reja con mucha facilidad y corría hacia al parecer una motocicleta.

Mikey no dejaba de ser un delincuente.

Takemichi llevó sus manos a las sienes mientras se tumbaba en su cama, y es que era verdad, el hecho de que Mikey fuera una persona sumamente agradable, inteligente y dulce no desmeritaba que al fin y al cabo era un asqueroso pandillero, y ese detalle no le agradaba en lo absoluto.

Una alarma se hizo presente dentro de la habitación, y acto seguido Chifuyu se incorporó entre bostezos y quejidos bajos dando anuncio a un nuevo día de clases y rutina.

Los desorientados ojos de Chifuyu se enfocaron sobre Takemichi que justo acababa de intentar fundirse entre sus sábanas y almohadas para por lo menos dormir algunos minutos, sin muchas esperanzas por supuesto.

– Te ves horrible – murmuró Chifuyu entre dientes intentando verle la cara al otro, algo que con trabajo consiguió – Solo mirate maldita colegiala enamorada, sacrificando tus horas de sueño por un rubio y sexy delincuente.

– Ya déjame en paz – siseó alargando la última sílaba el de cabello negro, estaba más que convencido que haberse atrevido a no dormir esa noche le pasaría la factura ese mismo día.

Aun y a pesar de los inconvenientes que proseguirian después de una noche en vela, Takemichi empezó a alistar sus cosas para seguir a Chifuyu hacia las clases, aunque su rostro y ojos delataban el cansancio y las risillas de su amigo se hacían presentes cada que le echaba un vistazo, sentía cierta alegría por lo sucedido.
....

– ¿Lo viste? – preguntó Chifuyu con un codazo a su compañero.

– ¿Eh? ¿Pará qué cosa de quién?

Las primeras 3 horas de clase se desarrollaban sin interrupción, después de ellas los chicos tomaban un breve almuerzo, normalmente el almuerzo era de los momentos favoritos de Takemichi pero esa ves por poco y su rostro terminaba fusionado con la jalea de manzana en su plato, de no ser por Chifuyu que de cierta manera lo alertó para ver a alguien quien al parecer conocía.

– Kazutora, es él, el chico de cabello negro y mechas rubias – señaló discretamente hacia unas cuantas mesas más adelante de donde estaban.

– Él es... ¿Kazutora? – achinó los ojos para dejar de verlo doble y poder focalizar a el mencionado en cuestión.

–Si y... Creo que está con alguien que no debería estar aquí – murmuró bajo.

– ¿B-Baji? ¿Ese chico es Keisuke Baji cierto? El que fue a nuestra habitación el otro día – indagó con cierta sorpresa.

✨ 𝓢𝓽𝓪𝔂 𝓦𝓲𝓽𝓱 𝓜𝓮 ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora