Extraños conocidos

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— Hoy quiero hacer algo diferente — pronunciaron los labios de Mikey con voz suave — ¿me acompañarías a hacerlo?

El brillo en los ojos de Takemichi se intensificó con aquellas palabras, hasta ese momento sólo se conocían y compartían tiempo en ese mismo lugar, pero aventarse a cambiar la rutina a la que tanto se había acostumbrado le hizo temblar el corazón, porque eso significaba hacer algo diferente ¿cierto?

Aun con muchas dudas inundando su ser, confiaba en ese extraño conocido.

— Sí — exclamó con emoción.

Y así fue como los brazos de Mikey se extendieron en ayuda a Takemichi para bajar de esa ventana y tocar con sus pies el fresco pasto en el que Mikey yacía todas esas noches desde hace 1 mes.

Habían pasado juntos exactamente 30 noches desde aquella primera ves en que Mikey había abierto su ventana reclamando del porque seguía dormido ¿una casualidad o algo preparado por el destino? En verdad ya no le importaba mucho pues, a pesar de todas esas dudas y todas esos locos sueños nunca encontraría una explicación lógica para lo que pasaba, pero estaba feliz y cómodo con ese "delincuente" en realidad no quería saber más sobre su vida allá afuera, haría una excepción por él, todo lo que necesitaba era estar junto con Manjiro compartiendo lunas y estrellas cada noche.

— ¿Que quieres hacer? — susurró Takemichi, con los nervios a tope y una sonrisa que lo demostraba.

— Vamos a dar un paseo —

— ¿Paseo? ¿A dónde? — dijo extrañado el de cabello negro, una expresión que Mikey pudo notar y soltó una risilla entre dientes.

— ¿Alguna ves te haz subido a una motocicleta?

Mikey tomó de la mano a Takemichi sin siquiera esperar una respuesta, sabía que si le daba la oportunidad de oponerse  sería difícil convencerlo de lo contrario.

Las pisadas rápidas de ambos crujían y eran escuchadas debido a el pasto bajo sus pies siendo quebrado, esa noche en especial era silenciosa.

— Manjiro, espera, no se si deba — se detuvo justo al llegar a la cerca que dividía el inmueble de la banqueta, derivado de su miedo y es que ciertamente era algo que lo había tomado por sorpresa.

— ¿Porque? — preguntó el rubio, para nada extrañado, es más, sabía predeterminadamente que algo así ocurriría.

— Tengo miedo — confesó.

— Takemitchy — se acercó para tomar de nuevo la mano contraria y afianzar el entrelazo — te juro que jamás te llevaría por el camino equivocado.

La mirada profunda y oscura de Mikey lo hizo tener una especie de deja vu, algo que solía ocurrirle muy seguido cuando conversaba con Mikey, sus palabras siempre retumbaban en sus oídos como discursos viejos, y de cualquier forma siempre terminaba confiando en su palabra, esa ves no iba a ser la excepción.

— Te creo — sonrió — vamos.

— No debes sentir temor o miedo a mi lado — comentaba Mikey mientras ayudaba a Takemichi a saltar el cerco — puedes confiar en mi, jamás te haría daño o dejaría que te lo hicieran — tomó a el contrario entre sus brazos para evitar que el salto desde esa altura lo lastimarla y así cayera debidamente — debo protegerte de cualquier mal — concluyó teniendo a el pelinegro frente suyo.

¿Porque alguien se estaba preocupando por él al final de todo? Sabía que no tenía más sentido indagar o romperse la cabeza con preguntas, dudas o teorías pero ¿Quién mierdas era Manjiro?

Creía conocerlo, pero no era más que sólo lo que él había querido que conociera, sus respuestas no eran muy claras, y era demasiado raro que a pesar de tener una vida un tanto miserable por fin alguien apareciera por arte de magia y cambiara su vida a color de rosa.
No se consideraba alguien atractivo ni interesante, es más, ni siquiera tenía una grandiosa personalidad, así que ¿a que se debía las atenciones de Mikey?
¿En serio solo era eso llamado... amor?

✨ 𝓢𝓽𝓪𝔂 𝓦𝓲𝓽𝓱 𝓜𝓮 ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora