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Congelados

...

Bañada por la espesa niebla matutina perteneciente a la isla en la que se encontraban, Eyra blandió su lanza y la giró alrededor de su cuerpo, bloqueando la serie de golpes que le eran lanzados.

Al verla, Aren extendió la cuchilla y enredó las armas en un intentó por desarmarla, pero Eyra previniendo aquello, enterró la cuchilla en cuanto tuvo la oportunidad en la gruesa capa de nieve que cubría la isla y la usó como soporte para asestar un golpe con ambas piernas que hizo retroceder al chico.

Los cazadores a su alrededor, soltaron una exclamación de sorpresa y comenzaron a animar el combate, dado que eran pocas las personas capaces de alcanzar el ritmo de su jefe. Mientras tanto, Aren volvió a extender la lanza y atacó, inundando el lugar con el encuentro de la madera con la madera.

—Y mueres —comentó Aren en cuanto Eyra yació derrotada a sus pies minutos después.

—Y tropiezo —lo corrigió Eyra, alejando la cuchilla de su cuello.

—Y te asesinan —agregó el chico, haciendo amago por ayudarla.

—No, solo lo intentan —Eyra ignoró su mano y se incorporó por sí sola, maldiciendo la verdad que salió de los labios de Aren. Había pasado bastante tiempo desde que se había unido a la tripulación de Haakon y lo único que había conseguido hasta el momento era una colección de cicatrices causadas por los entrenamientos a los que había tenido que someterse para adaptarse a la vida de los cazadores de dragones —. Aún me falta mucho por vivir.

—Acción que no vas a lograr si sigues con esa actitud —Aren se cruzó de brazos y la miró —. Somos un equipo.

—Ustedes son un equipo. —se sacudió la nieve de la ropa y recogió la lanza —. Yo su prisionera —dicho eso, atravesó el muro de cazadores que seguía rodeándolos y subió a La Guadaña para preparar sus cosas, dado que no tardarían en salir.

...

Una hora después, Eyra se plantó al pie de las montañas, queriendo observar el arduo y extenso camino que tendrían que recorrer para cumplir con la cacería del mes.

—¿Asustada? —le preguntó Aren, acercándose.

—No.

—¿No? —el moreno frunció el ceño, curioso por la tranquilidad en su voz —. ¿Acaso no le temes a las alturas?

—Deje de temerles hace mucho —y era verdad, desde el momento en que Thor le permitió subir a su lomo en la isla Melodía había dejado de temerles —. ¿Tú?

Aren observó la prominente elevación de tierra antes de responder.

—Es una larga caída —Eyra asintió y dejó su vista fija sobre la abismal montaña que escalarían, sintiéndose disgustada por tener que pasar la semana en aquella extensión de hielo.

Una vez que las provisiones y el equipo estuvieron listos, partieron.

...

—No es que dude de tu salud mental, pero ¿te importaría decirme para qué quieres capturar a un Espectro de Nieve? —Eyra se posicionó junto a Aren con la respiración entrecortada tras un largo recorrido acompañado únicamente por las bajas temperaturas del lugar —. Hasta donde recuerdo, no tiene propiedades curativas.

—Lo sé, Eyra, no soy tonto.

—Eso dices tú —Eyra ignoró la mirada que Aren le lanzó —. Ahora responde.

SANGRE DE DRAGÓN | Hiccup HaddockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora