Parte 218: Adultos

56 4 0
                                    

Nuestros Detectives del Miedo tenían la dura decisión de detener a un culto de niños asesinos que habitaban un pequeño pueblo llamado Gatlin.

Para esto acordaron que Esther se infiltrase entre ellos, siendo guiada por un niño llamado Fritz que no le caía demasiado bien.

"Oye, Fritz..."

"Dime, Esther"

"¿Qué ocurrió exactamente?"

"¿A qué te refieres?"

"¿Cómo fue que todos los adultos..."

"Ocurrió de repente"

"¿No puedes ser algo más concreto?"

"Un día estaba jugando con Kiersch y otros niños cuando vimos que algunos iban a los campos de maíz"

"Y los seguisteis..." 

"Sí, Isaac había aparecido y los niños iban a hablar con él"

"¿Apareció así sin más?"

"Sí, parecía raro con su forma de vestir y su sombrero..."

"........"

"Pero todos escuchaban lo que decían"

"Y luego..."

"Una mañana me desperté y unos chicos vinieron a buscarnos a Kiersch y a mi..."

"Esa mañana fue cuando los adultos... se fueron"

"No, tonta, esa mañana fue cuando Isaac y los chicos los mataron"

"Intentaba ser sutil..."

"¿Qué significa sutil?"

"Nada..."

"¿Y tú por qué estás aquí? Esther"

"Mi... abuela, me dijo que tenía una tía aquí y quiso que viniese a visitarla... a la vista está que no va a poder ser..."

"Te lo has tomado muy bien"

"Prefiero eso a llorar"

"Esa es una frase"

"No, es de las más horribles que podrías escucharle a una niña de..."

Finalmente el niño la llevó hasta un enorme claro donde podían verse dos enormes cruces de madera con... ¿sangre seca?

A parte de eso habían dos o tres niños. Uno de ellos salió corriendo y otros dos se acercaron.

"¡Kiersch! Traigo una nueva amiga"

"¡Hola! ¡Me llamo Kiersch!"

"Yo me llamo Esther... y tú..."

"Stephanie..."

Era una niña con gafas que la miraba con cierta antipatía a sus... ¿seis? ¿siete años?

"¿Dónde está el resto de la gente?"

"En la capilla..."

"Una capilla... qué bien..."

"Esther, ¿quieres que te enseñemos nuestra casa?" - preguntó Fritz

"Sí, seguro que a ella le gustan mis dibu..."

"¡No!" - les gritó Stephanie - "Isaac se molestará"

"No nos hará nada, él siempre dice que los niños..."

"No pasa nada" - dijo Esther - "Estoy bien aquí"

Si quería montar una pequeña rebelión le convenía tener a un par de personas a su favor... aunque fueran niños de seis años...

"¿Cuántos años tienes?"

"Doce... ¿por?"

"Te ves algo rara"

"Soy rusa..."

"¿Rusa? ¿Y qué haces aquí?"

"Quería visitar a..."

Todos los niños se pusieron rígidos al ver llegar a un pequeño grupo de cinco chiquillos, seguidos por uno muy extraño.

Tenía ropas de persona muy mayor, además de sombrero negro.

"¡¿Qué estabais haciendo?!" - gritó uno de los niños

"Solo estábamos..."

"¡Sabéis que los forasteros..."

"Tranquilo, George..."

"Pero, Isaac..."

"Solo estaban siendo hospitalarios"

"........"

"A fin de cuentas están tratando con la enviada... su enviada..."

Todos miraron fijamente a Esther, quien se sintió algo insegura.

No era por el hecho de que estuviesen mirándola. Era más bien porque todos esos niños eran asesinos armados en potencia.

"¿Enviada?"

"Fritz, ¿por qué no vas a jugar con Stephanie y Kiersch?"

"¡Sí! ¡De acuerdo!"

"George... mantén a los chicos en los alrededores..."

El llamado George tendría quince o dieciséis años, siendo el más mayor de los que se encontraba allí.

"Tu debes de ser... Leena..."

"........"

"Siento si te han dicho algo..."

"Espera, ¿cómo me has llamado?"

"Tu nombre era Leena... ¿verdad?"

Esther desconocía por qué sabía de su nombre, pero debía seguirle la corriente...

Debía seguirle la corriente... desde luego... meterse en su papel y...

"¿Quién te ha dicho ese nombre?"

Detectives del Miedo Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora