Detectives del Miedo Vol.2

Parte 308: Kilómetro 666

Los Detectives del Miedo se habían separado para encargarse de los distintos caníbales, teniendo éxito contra los hermanos deformes.

Sin embargo estos no eran la única amenaza. Su patriarca esperaba ansiosamente el regreso de quienes traerían algo de comida.

"¿Tres Dedos? Ya iba siendo hora"

"........"

"Te tengo dicho que la carne debes traerla lo antes posible"

"........"

"Y como hayas picoteado..."

"........"

"Ahí sí tendremos un problema..."

"Lo siento, papá"

El hombre se giró rápidamente, siendo que Marybeth Dunston le estaba apuntando con una escopeta en sus manos y una sonrisa en el rostro.

Aunque en peligro de muerte no parecía demasiado impresionado.

"Oh..."

"¿Oh? ¿Así recibes a una dama?"

"No sabes dónde te estás metiendo"

"Según me han comentado eres el jefe de unos caníbales"

"........"

"Deformes, mutantes, no muy higiénicos..."

"........"

"Y sobretodo unos asesinos"

"Cazadores"

"De personas, lo cual se traduce en asesinos"

Marybeth vigilaba cuidadosamente los movimientos del viejo, sabiendo que por muy mayor que fuese también era un asesino.

Se mantuvo a una distancia prudente pero sin bajar el arma.

"Esta montaña no os pertenece"

"No vi ningún cartel que pusiese... Propiedad de los Caníbales de West Virginia..."

"Esta montaña lleva siendo su familia desde hace años..."

"Algo me han dicho"

"Y la civilización... ¿qué les dio? Esas horribles mutaciones"

"¿No fue el incesto?"

"Tal vez..."

"¿O realmente fueron los productos químicos?"

"Puede ser..."

"¿Acaso usted es realmente pariente suyo?"

"No sabría decirte..."

"........"

"........"

"Cuando ellos lleguen..."

Marybeth le disparó en toda la cara. Y un disparo de escopeta a quemarropa en el rostro no es algo a lo que alguien pueda sobrevivir.

Por si acaso le metió otro tiro y luego vio cómo poco a poco iba desapareciendo.

"La montaña les pertenece..."

"........"

"Y una mierda..."

Algo de ruido se escuchó fuera y tanto Nicolás Zemo como Judy Hicks entraron por la puerta. A tiempo para ver el brillo gris.

"Uhmm... gris"

"Es un color un tanto despreciado"

"A mi me gusta el gris"

"A mi no demasiado" - admitió la oficial

"¿Por qué te empeñas en hacer nuestra amistad tan difícil? Hicks"

"Yo... no quería decir..."

"Era broma" - dijo mientras miraba la casa - "Este sitio... me da grima..."

"Y eso que nos has visto las picadoras de carne"

"¿Podemos incendiarlo?"

"No, llamaremos a la policía del condado"

"Sí, eso es buena idea"

Marybeth encontró una especie de foto familia llena de gente deforme y con aspecto de estar bastante enfadados.

"¿Cuántos eran?"

"Originalmente... seis o siete, pero solo tres eran relevantes"

"A Tres Dedos hemos conseguido neutralizarle" - explicó Judy

"Sí, íbamos al mirador, pero optamos por ver si necesitabas refuerzos"

"Era un viejo diciendo tonterías"

"¿Te soltó algo rollo... la montaña pertenece al Big Foot?"

"Debes dejar de ver estas pelis tan mala"

El trío salió de la cabaña, pendientes de no ser vistos por los otros caníbales. Si bien estos estaban muertos ellos no lo sabían.

"¿En ese mirador hay radio?"

"Sí, sí lo hay"

"Podemos avisar a la policía desde allí"

"Buen aporte..."

"Te noto menos seca, Hicks" - le dijo Marybeth entrecerrando los ojos - "¿Ha pasado alguna cosilla?"

"Solo una leve crisis"

"Yo he tenido de esas... ¿Nicolás?"

"¿Sí? ¿Qué pasa?"

"¿Tú has tenido alguna vez una crisis?"

"Casi me da una en Texas si te sirve de algo, por culpa suya y de Nevsky"

"Oye, eso es remover el pasado"

"Lo que tú digas..."

"¿Y con Esther? ¿Nunca has tenido algún tipo de..."

Marybeth notó que Judy empezó a mirarle con los ojos muy abiertos y rostro pálido. ¿Qué demonios le pasaba a esta mujer?