Detectives del Miedo Vol.2

Parte 220: Los Chicos del Maíz

Había pasado bastante rato desde que Esther entró en los campos de maíz en busca de acabar con ese grupo de niños asesinos.

Marybeth y Nicolás habían llevado la camioneta a una zona cercana, pero algo más ocultada. No querían ser vistos desde el pueblo.

"¿Crees que estará bien?"

"Ya ha pasado bastante rato..."

"Quizás no han mordido el anzuelo"

"¿Y qué propones? Nicolás"

"Tenemos pocas opciones o vamos o esperamos..."

"Sí, pero atravesar ese maizal a pata es como ir por el túnel del infierno... y ni tu ni yo aparentamos tener dieciocho"

El reportero se paró a pensarlo por un momento, recordando las pelis.

"Podríamos atravesar el maizal con el coche"

"No es mala idea..."

"En las pelis no funcionó, pero fue por la entidad maligna"

"Vale... pero veo otro problema"

"Que si su plan está funcionando lo echaríamos todo por la bor... da..."

"¿Ves lo mismo que yo?"

Un grupo cuatro chicos aparecieron en la lejanía con hoces en las manos.

Con bastante tranquilidad Marybeth cogió su escopeta recortada y disparó al cielo, espantando a los criajos fácilmente.

"Creí que eran una amenaza"

"Y lo son, créeme..."

"Oye, si nos han visto, eso quiere decir..."

"Voy entrando en el coche"

Paralelamente a esto Esther se encontraba corriendo por los cultivos, sabiendo que ahora su plan había fracasado.

No por culpa suya sino por la desinformación del estúpido Nicolás.

"¡Esther! ¡Espera!"

"Fritz, maldita sea... ¿qué haces aquí?"

"¿Por qué te vas?"

"Porque Isaac y sus condenados psicópatas quieren matar a... gente"

"No deberías decir malas palabras"

"Tengo que salvar a... esa gente"

"¿Por qué? ¿Por qué quieren..."

"........"

"Oh, que son adultos..."

Esther dudaba entre si perder el tiempo e ir a salvar a sus compañeros o perder el tiempo y acabar con la vida de este mocoso.

Fuese como fuese vio al coche acercarse, aunque frenó nada más verla.

"Hola, anciana, ¿te llevo a algún lado?"

"Mira que eres imbécil, Dunston..."

"¿Subes o no?"

Esther subió de mala gana, momento en que le pareció ver un vehículo en la lejanía.

No le echó demasiada atención, pues Nicolás se giró para hablarle nada más subir.

"Dime, ¿qué te delató?"

"Una voz"

"Una... ¿voz?"

"Sí, ese tal Isaac dijo que El que camina detrás del maíz le habló"

"Pero... pero el libro del miedo no lo registra"

"¿El maíz llegó a atacarte?" - preguntó Marybeth - "O a... ya sabes..."

"El maíz no hizo nada"

"Emm... ¿demencia?"

"Sabía mi nombre real, que soy una adulta y que estabais aquí"

"Vale, eso es más raro..."

"Luego me soltó un extenso monologo sobre su supremacía y otras tonterías"

"Tengo curiosidad, siempre quise conocer a Isaac"

"Es un capullo"

"Nicolás..."

"¿Qué pasa? Marybeth"

"Creo que vas a cumplir tus aspiraciones"

"Emm... vaya..."

Delante de ellos el séquito del llamado Isaac apareció acercándose a ellos.

La única diferencia es que esta vez habían regresado con rifles. Marybeth se preparó para arrancar el coche, pero el reportero le detuvo.

"Créeme que te habrán disparado antes de llegar a un metro"

"Bien... ¿ideas?"

"Podríamos..."

Pero en ese momento uno de los jóvenes rompió el cristal del copiloto.

"Bajad ya"

"Las cosas se piden por..."

"¡Ahora!" - les gritó enojados - "Isaac quiere veros..."

"¡Y a la traidora también!"

"¡Ella ardera también! ¡Como los adultos!"

"Ha dicho... ¿arder?"

A los tres no les quedó más remedio que bajar del vehículo, sin saber que estaban siendo observados en la lejanía.