EPÍLOGO (parte 2)
Aunque ese día era su cumpleaños y tenía un buen motivo para festejar, lo cierto es que no se encontraba en absoluto feliz, extrañaba mucho al señor Yoochun y no podía ocultar aquel estado de ánimo, preocupando a sus padres
— Hijo, no has probado tu postre, es tu favorito —señaló Hani el plato frente a ella, Junsu sonrió lo mejor que pudo
— Lo siento mamá, ya lo como —agarró la cuchara y comió de su tarta de frutas
— ¿Te pasa algo malo? ¿Problemas en la escuela?
— No papá —respondió a Juno— Solo no tengo humor
— Entiendo —mencionó preocupado, compartiendo una mirada con su esposa— ¿Hay algo que podamos hacer por ti?
— Estaré bien, debe ser una etapa —mintió, la verdad es que no podía decir lo que le sucedía, que estaba enamorado de un hombre que le doblaba la edad y que ese mismo le había roto el corazón, diciéndole que amaba a otro
— Hijo, hoy ya eres legalmente un adulto y queremos que sepas que estamos muy orgullosos de ti —dijo Hani con voz amorosa
— Te amamos hijo, de verdad eres nuestro orgullo —complementó Juno
— Yo también los amo —respondió sonriente, estiró sus manos sobre la mesa para que sus padres las tomaran— Amo nuestra familia.
El ambiente entre los tres fue muy bueno, aunque Junsu seguía triste, estaba muy agradecido de tenerlos de padres, sabía que podía confiar plenamente en ellos, aunque aún les tenía aquel secreto oculto sobre Yoochun, estaba seguro que ellos a él no le guardaban ningún secreto.
...
Park regresó a su departamento, alterado por la situación, le intrigaba mucho el saber la verdad, si ese chico era el hijo de Junsu o no, si sabría él que Juno era su tío y no su padre, todo, pero entonces recordó parte de la plática
— Es su cumpleaños —sonrió levemente— ¿Debería darle un regalo? —pensó por un instante, luego apartó la idea— No debo volver a verlo, soy tóxico y él es tan puro —analizó mejor, sintiéndose triste
Todos los pecados que cometió en el pasado lo atormentaban diariamente y se repetía a sí mismo que la historia no sucedería dos veces, si no pudo salvar a Junsu, al menos mantendría a salvo a su hijo
— Es lo mínimo que puedo hacer —musitó angustiado, no saber de su amante lo tenía bastante angustiado.
Esa tarde salió para buscarle, no tenía ninguna pista, solo vagaba por las pestilentes calles, sin atreverse a ir a colonias mejor acomodadas, había muchas personas que lo conocían, y si bien no tenía deudas con la justicia, no pretendía que lo vieran en ese estado tan decadente
— Maldita sea Junsu ¿dónde te metiste? —cuestionó molesto, además de preocupado estaba enojado por esa situación, pero no con Junsu, no, estaba enojado con él mismo, por haber hecho que se perdiera de esa forma.
Derrotado, volvió a donde vivía ya por la noche, del refrigerador sacó una cerveza y bebió, le supo mala, era de hecho, demasiado vieja, así que terminó por tirarla. Sintió agotamiento porque no había comido desde hace casi nueve horas, así que cerró los ojos y se quedó dormido.
En su sueño, caminaba por una vereda que parecía no tener fin, pero continuó avanzando hasta que a lo lejos divisó una silueta que caminaba imperturbable, aguzó la mirada y por aquel andar reconoció enseguida quien era, Jaejoong caminaba ante él como si aún estuviera con vida, Yoochun sonrió

ESTÁS LEYENDO
INSANO
FanfictionJunsu no podía creer que aún después de todo ese tiempo de humillaciones por parte de sus dos mejores amigos él no se hubiera vuelto completamente loco, desquiciado; en cambio se sentía renovado, en una nueva piel