Capitulo 5

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Limpié el sudor que bajaba por mi frente, el sol estaba ya en lo más alto y había estado toda la mañana limpiando la maldita cubierta. Tenía el olor característico de la sangre impregnado en mi nariz y moría por tomar por lo menos una taza de café caliente. Aunque con el pasar de las horas se me había quitado un poco el apetito, mi estómago seguía revuelto.

–Hey chica, mira te traje esto–Marcela se me acercó con un pedazo de pan y una jarra con agua.

Paré de limpiar y tomando lo que me había traído me dejé caer en el suelo. Hacía algún tiempo que dejó de importarme si me ensuciaba o no. Ella de igual manera se dejó caer a mi lado.

–Gracias–dije con una sonrisa después de beber un gran sorbo de agua–No te había visto hasta ahora, ¿dónde estabas?–pregunté ahora mordiendo el pan.

–Bueno, acabo de despertar. Vera me llevó a su camarote para que descansara–contestó algo tímida.

La miré por unos minutos intentando entender el porqué de la repentina timidez. Sólo un pensamiento cruzó por mi cabeza pero me negaba a sacar conclusiones sin saber realmente lo que pasaba.

–Oye, ¿cómo está Vera?. La última vez que la vi fue en la mañana y parecía estar herida–quería cambiar de tema y hablar de otra cosa pero tenía curiosidad por saber cómo estaba.

Eso me hizo recordar que aparte de no haber visto a la rubia tampoco había visto a los demás. Muy pocos de los hombres se habían quedado merodeando en la cubierta y el resto simplemente había desaparecido.

–No te preocupes por ella, estará bien. Además está descansando, como todos los otros.

–¿Todos están descansando?–dije sorprendida, terminando de comer el último pedazo de pan que me quedaba.

–Sí, Valentina dio esa orden. Como la tripulación pasó despierta toda la noche y parte de la mañana, ella decidió que sería bueno dejarlos descansar–contestó.

Todo me resultaba tan extraño. Ella era una pirata y la capitana de un barco, se suponía que tenía que ser mala, cruel con todos como lo había demostrado ayer en la noche mientras peleaba con los del otro barco. Al menos ese era mi concepto de cómo debía ser un pirata y el que me habían dejado las películas.

–¿Valentina, ella está...?–no terminé mi pregunta, sorprendiéndome por completo al constatar por donde iban mis pensamientos.

Marcela sonrió, probablemente al darse cuenta del rubor en mis mejillas.

–Valen no ha descansado, después de todo ella es la que dirige este barco-abrí mi boca para decir algo pero la morena se apresuró en añadir–Lucho está a su lado, ambos se cuidarán las espaldas si algo llegara a ocurrir.

Ella miró hacia la parte donde se encontraba el timón con una sonrisa, no tomó mucho tiempo para que yo imitara su acción. La castaña reía seguramente por algo que el chico había dicho mientras estaba apoyado contra la baranda. Una sensación se hizo presente en mi estómago, diferente a la que había experimentado con la sangre.

Aparté la mirada tomando todo lo que quedaba de agua en el jarro de un trago. Pasé mi brazo por mi boca, limpiando las gotas que se habían quedado allí y que amenazaban con caer. Sin poder evitarlo miré a Valentina, que distraídamente pasó su lengua por sus labios sin apartar su mirada de mí.

¡Mierda!

Seguro que comenzaba a ver cosas que no eran, debía ser el sol. Sacudí mi cabeza para alejar la excitante imagen de ella lamiendo sus labios.

Volví a girarme para ver de nuevo a Marcela, que seguía mirando distraídamente en la misma dirección de antes con una pequeña sonrisa. Tuve que morder mi lengua para evitar soltar alguna pregunta. No era de mi incumbencia, repetía una y otra vez en mi cabeza. Me paré estirándome un poco.

Sueños de agua - Juliantina (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora