Sueños de agua - Juliantina (Terminada)

Capitulo 22

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Entré al camarote del capitán sin siquiera tocar, debido a mi brusca y repentina acción las dos cabezas que se encontraban en el lugar se giraron para verme, ambos dejando de hablar al instante. Lucho que estaba detrás del viejo escritorio me miró con sorpresa mientras que Vera lo hacía con su ceño fruncido desde la cama.

-¿Qué diablos haces aquí?, te dijimos que esperaras afuera-habló la rubia quitando de su cabello algunas flores y plumas que habían quedado allí.

-Quiero saber cómo traeremos de vuelta a Valentina -contesté con voz firme-Y no pienso moverme de aquí hasta tener todo claro-finalicé con mis brazos cruzados, turnándome para mirarlos.

-Bien entonces te sacaré-dijo la chica alta poniéndose de pie.

Tragué al verla acercarse a paso lento hacia mí, sin embargo me negué a moverme. No pensaba rendirme tan fácilmente, necesitaba saber que pasaría ahora con la castaña.

-Vera, por favor-se escuchó a Lucho hablar algo cansado-Juliana podría ayudarnos, no pasa nada.

Ella le dirigió una mirada no muy agradable al chico, que en respuesta solo rodó los ojos. Volviendo a su lugar comenzó a soltar maldiciones continuando con su tarea de sacar las flores de su cabello. Caminé hasta llegar frente al castaño, apoyando mis manos sobre el escritorio y bajando mi vista al mapa que tenía ahí. Lucho se removió algo incómodo en la silla, tenía un ligero toque de carmesí en sus mejillas por lo que apartó su mirada de mí, fijándose en un punto cualquiera de la habitación.

Ante eso supe que él había estado mirando mis pechos. Aclaré mi garganta para llamar su atención y así nos pondríamos a trabajar de una buena vez.

-Bueno... -comenzó aunque en un tono algo bajo-Mira, nosotros estamos aquí y pensamos que tal vez esos españoles se llevaron a Valen a esta isla de acá-dijo todo eso a la vez que señalaba los lugares en el mapa.

-¿Por qué la llevarían hasta allá y no directamente a España?-pregunté sin entender.

Vera había dicho que Valentina valía mucho, no tenía mucho sentido para mí que la dejaran en otro lugar si podían ir a cobrar una fortuna.

-Hay un pequeño asentamiento español en esa isla-fue la rubia quien me respondió, giré mi cabeza para verla y esperé a que continuara-Solo piénsalo, tienes a la pirata más buscada en tus manos, qué mejor que presumir con tus colegas. Luego llevas tu pequeño trofeo a los reyes y recibes una recompensa más grande, además de respeto claro.

-¿Ahí es a donde nos dirigimos?

-Sí-está vez el que me contestó fue Lucho.

-¿Qué pasa si ella no está en ese lugar cuando lleguemos?-las preguntas seguían saliendo de mi boca.

-Nos habremos equivocado-dijo el castaño.

-La habremos perdido-le siguió Vera.

Sus palabras me aturdieron un poco, bajé mi cabeza intentando asimilar todo lo que estaba pasando. Cerré mis maños en puños mientras apretaba mis dientes, necesitábamos buscar una mejor solución para todo esto, una en donde ella no muriera. Una en la que estuviera a salvo, conmigo.

Mierda, ¿esto de verdad era real?.

-La salvaremos-dije después de unos minutos en silencio, aunque la verdad era que solo estaba tratando de convencerme a mí misma de que lo haríamos.

Levanté mi cabeza para mirarlos a ambos.

-Claro que lo haremos-dijo la rubia sin ningún tono de duda,