43

165 27 24
                                    

Dante

Ethan conduce mientras yo sigo muy emocionado.

Para no estarlo. ¡Ha comprado una casa para los dos!

Controlo mis lágrimas y él me ve.

Ríe un poco y acaricia mi pierna.

—¿Estás bien? —me pregunta y asiento muy rápido.

—Claro que sí. ¡Estoy de maravilla! —digo muy rápido.

A él le hace mucha gracia.

Coge mi mano y se la lleva a los labios.

Deja un sonoro beso en esta y veo hacia la derecha para ocultar mi rostro.

¿Acaso se le ha olvidado que, cuando me da un beso sonoro en cualquier parte de mi cuerpo, me pone cachondo?

—¿Y ahora qué pasa? ¿Soy tan feo como para que no me veas? —dice dramatizando.

Ambos reímos y veo a mi novio mordiendo mi labio inferior.

—No me des más besos así —digo y a él le importa muy poco porque vuelve a hacerlo.

Cierro un poco mis ojos y paso una mano por mi entrepierna.

Lo está haciendo a propósito.

Ríe sabiendo lo que está haciendo.

Aparca delante de una casa construida con piedras. Tiene un porche delantero. El marco de las ventanas es marrón oscuro.

—Ethan, esta casa es muy italiana —digo mientras mi mano está en su regazo. Él la está acariciando.

—Dante, nuestra casa es muy italiana —corrige y río.

Río entre lágrimas y él se derrite al verme.

—Vamos a salir del coche. Necesito abrazarte —dice y me hace sonreír muchísimo.

Salimos del coche y me abraza muy fuerte mientras acaricia mi pelo.

—¿Te gusta, cariño? —me pregunta y asiento numerosas veces sin poder hablar.

Ethan sonríe y ambos caminamos hacia la entrada de la casa cogidos de la mano.

Me pide que introduzca la llave en la cerradura y así lo hago.

Giro la llave y la puerta se abre.

Abro esta muy ilusionado y Ethan enciende la luz del pasillo.

Cuando entramos, se nos pasa el frío.

El interior de la casa es muy calentito y esto se agradece.

Sonrío feliz viendo las paredes de color blanco.

Lo primero que nos encontramos son dos sofás de color gris oscuro. En medio de estos dos hay una mesa de metal de color blanco. La televisión no es muy grande, pero es perfecta para la estancia.

Detrás de uno de los sofás hay una estantería llena de libros. Al lado de esta hay un zapatero de color marrón y un perchero de metal de color negro.

Entramos por una puerta y vemos la cocina. Es un poco más moderna que el salón.

Los muebles son de color marrón y las encimeras están hechas de piedritas pequeñas.

—Te veo mucho en las encimeras —comento sonriendo y Ethan se ríe.

—¿Por qué dices eso?

—Te encanta subirte a las encimeras para hacer cualquier cosa. Comer, estar con el móvil, sentarse para pensar. Pero también para tocar mi pelo cuando ando cerca.

Dante |Måneskin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora