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Dante

Suspira bastante y, por fin, se levanta de la cama.

No hablaré más del tema.

Sé que no está nada cómodo hablando de esto.

Se acerca a mí y me abraza muy fuerte.

—Buenos días. Vamos a seguir con todos los planes restantes —dice y toca su pelo sonriendo un poco.

Una sonrisa falsa.

Ya en la cocina, leo las siguientes hojas por encima.

Cada una tiene un nombre distinto. Un nombre de uno de nosotros, de la familia que hemos creado.

Leo el nombre de Thomas y me centro en cada plan que ha escrito Damiano:

1- Comprarle un par de canicas para que las coleccione, una camiseta con alguna foto nuestra en un concierto y un par de cajas de tabaco para compartirlas.

2- Ir a su casa cuando no esté y sentarme en el sofá de su casa estando en completo silencio como si fuera un fantasma.

3- Asustarlo y reírme de él.

4- Darle un gran abrazo.

5- Darle los regalos y volver a abrazarlo sintiendo que ese momento es real.

6- Compartir una bolsa de patatas fritas llena de Tabasco para ponernos enfermos después con tanto picante.

7- Pegarle cuando se ría de mí cuando me queje del picor y dolor en mis labios.

8- Haré todo esto con la ayuda de Dante porque me dirá cuando Thomas está a punto de llegar a casa.

Veo a mi amigo, el cual está bastante callado subrayando cosas en otras páginas a parte.

Aparta su pelo y frota sus ojos.

Sé que ha llorado antes de dormir.

Ha llorado bastante.

Juraría que ha llorado hasta que se ha quedado dormido.

Escuché sus llantos casi inaudibles. También como movía su cuerpo cuando secaba sus lágrimas.

No toqué su cuerpo en ningún momento aunque quise hacerlo para poder calmarlo un poco.

Estaba llorando mucho.

No volveré a sacar el tema de esa chica nunca más.

No quiero que se sienta mal.

Me levanto y tomo su rostro mientras acaricio sus mejillas.

Me ve con sus ojos rojos y sus ojeras. Baja la mirada y pego su cabeza a mi cuerpo mientras lo abrazo.

—Te quiero mucho, Damiano. Estoy aquí siempre —digo y él sonríe.

—Gracias, amigo.

Besa mi vientre y río al verlo.

Acaricio su pelo y leo otros planes.

El nombre es Graziella.

Esta niña debe de estar súper grande y me estará echando de menos.

Espero que no se haya olvidado de mí.

Quiero darle muchos abrazos como cuando veíamos alguna de sus películas favoritas en mi antigua habitación.

Abrazaba su cuerpo mientras ella tiraba un poco de mi pelo a propósito sabiendo que me gusta que me toquen el pelo.

Pero ella siempre lo entendió mal. Es acariciar el pelo y no tirar de él.

Ella y su hermana me estarán extrañando.

Quiero verlas y quererlas con locura.

1- Elegir una muñeca que se parezca mucho a ella.

2- Pedirle a Dante que le diga a Ethan que ya él se encarga de recogerla del colegio para que yo la recoja dándole una gran sorpresa.

3- Gritar como si estuviéramos los dos solos en este universo. Abrazarnos y llorar mucho.

4- Coger su cuerpo en brazos mientras me la como a besos caminando hacia el coche escuchando su risa.

5- Llevarla a un parque y darle mi regalo. Al lado de este habrá una nota escrita solo para ella.

6- Besar sus mejillas felizmente.

7- Preguntarle por su hermana Chili.

Sonrío al leer todo esto.

Paso mis dedos por su pelo y sigo leyendo la siguiente página.

Stella.

Esta preciosa debe estar más preciosa ahora.

Stella solo sabe estar más hermosa cada día y han pasado 2 años desde que no la veo.

¡Cuando la tenga delante me voy a enamorar!

Quiero abrazarla y pedirle que me siga queriendo.

Aún recuerdo cuando tocaba mi pelo mientras estaba acostado en el sofá encima de ella viendo alguna serie.

Usaba a Stella como mi propio sofá y a mí eso me encantaba.

Debo decir que Thomas se enfadaba conmigo luego porque se ponía algo celoso.

Claro, estaba encima de su novia y mi cabeza estaba cerca de sus pechos, pero yo nunca llegué a pensar nada sexual sobre mi amiga.

Solo somos amigos.

Thomas puede llegar a ser odioso.

El cuerpo de Damiano tiembla y me asusto al sentirlo.

Me agacho delante de él y tomo sus manos.

—Oye, oye —digo y sus lágrimas empiezan a salir mientras su cuerpo tiembla—. ¿Qué te ocurre, amigo?

—Me duele el pecho. Mucho.

Levanto a Damiano ayudándolo y salimos fuera, al jardín que tiene en esta casa.

Aquí tendrá aire suficiente.

—Respira. Estoy contigo, Damiano.

Empieza a coger aire como puede y, cuando se siente mejor, esconde su rostro en sus manos.

—Abrázame, por favor —me pide y abrazo a mi amigo con fuerza mientras acaricio su espalda con cariño.

¿Qué te ocurre, Damiano?

¿Quién es esa chica que te tiene así?

•••

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Holaaa.

Por aquí tenéis otro capítulo sobre algunos planes de Damiano.

Algo le ha pasado porque no está bien... Tenemos que cuidarlo mucho.

¿Alguna chica le habrá hecho daño?

¿Qué creéis que ha pasado?

Espero que os haya gustado este capítulo.

¡Nos vemos!

Dante |Måneskin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora