Uzumaki Naruto.
Reemplazado por su hermano menor, olvidado por sus padres y desterrado de sus clanes con solo 7 años.
Hagoromo Aiko.
Ex-ninja de Konoha, tachada de traidora por algo que ella realmente no hizo con malas intenciones sino por amor ha...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Naru, despierta pequeño...— La albina mayor se encontraba picando suavemente la mejilla del pequeño rubio, quien seguía durmiendo muy cómodo sobre el pecho de su hermana mayor. —Vamos peque, tengo un par de sorpresas para ti, pero si no nos levantamos no podremos hacerlo.
—Cinco minutos más Aiko-nee...— Naruto se removió levemente en su lugar para así ocultar su cara en el hombro de la chica. —Quiero dormir un poco más abrazado a ti...
—De acuerdo... solo cinco minutos más...— Ella suspiró levemente acariciando el cabello del niño mientras lo veía detalladamente. —Pareciera que no ha dormido bien en días... ¿Será que volvió a desvelarse estos días por el tema de sus padres? Tengo que hablar de esto con papá y Tsunade para que hagan algo al respecto porque dudo mucho que Hiruzen haga algo...
La puerta de la habitación fue abierta de manera lenta lo que llamó la atención de la mayor, quien se levantó rápido pero sin despertar al rubio para así colocarse detrás de la puerta esperando a ver al intruso mientras sacaba sigilosamente un kunai de su porta armas. Cuando vio una pequeña cabellera roja relajó su cuerpo, no iba a atacar al hermano de Naruto pero tampoco iba a dejar que la viera e hiciera un escándalo por su presencia en la casa.
—Naruto-nii... ¿Sigues dormido?— El pequeño Menma observó a su hermano aún dormir en la cama por lo que dejó una pequeña cajita sobre el escritorio antes de volver a la puerta y salir de la habitación en silencio.
—¿Un regalo? Que sorpresa, creí que Menma también ignoraba a Naruto... pero parece ser el único que sí lo recuerda en esta casa... aunque tampoco es que haga mucho para hacerle saber eso a Naru.— Aiko guardó el kunai nuevamente antes de ir con Naruto acariciando su cabeza. —Naruto, despierta...
—Nee-chan... quiero seguir durmiendo...— Naruto se giró en su lugar abrazando la mano de la chica. —Tengo mucho sueño...
—Pero Naru... tenemos cosas que hacer... quiero comenzar a enseñarte algunas cosas.— Ella comenzó a pellizcar suavemente la nariz del niño causando que este se removiera antes de abrir sus ojos con el ceño fruncido. —¿Prefieres dormir o que te comience a entrenar? Ups... parece que acabo de arruinar una sorpresa.
—¡¿Entrenar?!— Aiko cubrió la boca del niño antes de mirar nerviosa la puerta de la habitación unos segundos antes de suspirar aliviada al notar que nadie iba hacia ellos. —¿Nee-chan qué pasa?
—Naru, no vuelvas a gritar en casa, ¿okey? Si tus padres se enteran de que estoy aquí seguramente me regañen por entrar sin permiso y no van a dejar que te enseñe cosas, ¿quieres que eso ocurra?
—Claro que no, yo quiero comenzar a entrenar contigo... no quiero que te hagan alejarte de mí dejándome solo otra vez...— Naruto bajó su cabeza antes de ser abrazado por la mayor.
—Soy capaz de negarme a cualquier orden del Hokage si tratan de separarme de ti... sabes que eres mi pequeño zorrito adorable.— Aiko beso su mejilla antes de sujetar su carita entre sus manos. —Ahora quiero que te prepares para irnos, te esperaré afuera de tu casa, ¿okey?