Quisiera morir mientras esta besándolo... quisiera estar siempre bajo aquella dulce sensación de estar bajo el peso de Viktor, tener sus manos apretando insistentemente su cintura, como si buscara obtener permiso... como si Yuuri no lo amara desde el primer momento que cruzo la puerta de su casa sosteniendo un poodle de peluche... le daría todo, hasta el más mínimo rincón de aquel apartamento, hasta la última mínima extensión se su piel, todo.
-- Tienes que dejar de echarte encima mío, Vicchan-- Se queja al finalmente estar despierto y mover a su perro, qué aplasta su pecho, en una insistente rabieta que pasa siempre que Yuuri se queda dormido.
Se apresura a tomar el menudo cuerpo de Vicchan y sacarlo de encima, el pequeño caniche se ha acostumbrado al estricto horario que mantiene Yuuri, así tras meterse en la regadera para despertar su cuerpo bajo un chorro de agua fría justo al final, se cambia a ropa más cómoda, asegurándose que la primera capa no este torcida, y toma la correa de Vicchan, quien ya espera expectante en la puerta del apartamento.
Cuando recién se había cambiado a aquel lugar, tras su primera noche, se había prometido que no lloraría más y haría un cambio por si mismo, así tras tomar los ánimos suficientes, se apunto a un gimnasio y adopto a su pequeño compañero al año siguiente. No había querido ser tan obvio con el nombre del cachorro ¿Pero acaso importaba? No vería a Víctor nunca más... nunca, a menos que fuese realmente suficiente, a menos, que pasara algo malo.
Y entonces él estaba ahí. Parado frente a la puerta, con su ropa casual y aire melancólico.
-- ¿Víctor?-- Ahora mismo el sueño que había tenido por la mañana con Víctor encontrándole y entrando enérgicamente al apartamento podría parecer una especie de augurio. El pequeño poodle ladró, atrapando la atención del pelinegro, sus ojos parpadearon varias veces ante unos orbes celestes que hacían exactamente lo mismo, confundidos. Comenzaba ponerse nervioso, así que soltando a Vicchan de su correa, Yuuri seco su rostro del sudor resultado de todo lo corrido con su mascota, y sus manos, extendiendo una hacia Víctor, que seguía mirándolo extrañado-- Nadie me aviso que vendrías ¿Ha pasado algo? La única que tenía mi dirección era Minako- sensei...
-- ¿Yuuri?-- El moreno parpadeo, se dio cuenta entonces que Víctor probablemente no le reconocía, no pudo evitar reírse un poco.
-- Sí, soy yo ¿Te importa si hablamos dentro?-- Necesitaba entrar a su apartamento porque, en parte, sus piernas se sentían como gelatina, y no exactamente por haber ido a correr, y por otra, Vicchan había comenzado a rasguñar la puerta del apartamento para entrar a casa; el peliplata asintió, apretando la correa del bolso que llevaba colgado a la izquierda.
El apartamento de Yuuri ocupaba toda la ultima planta de un viejo edificio, tenia una amplia terraza y ventanas envidiables. Todos los muebles eran distintos entre si, los electrodomésticos eran sumamente modernos y brillantes en comparación con la clásica cocina del lugar, las paredes eran en su mayoría de hormigón sin pintar, el resto simplemente estaban pintadas en blanco. El delgado muchacho pelinegro le había invitado a sentarse mientras se daba una ducha, pues venia de ejercitarse fuera... ¿En verdad esa persona era Yuuri Katsuki? La mascota que traía consigo había llegado directamente a un rincón de la sala donde un gran circulo acolchado le acogió a gusto, parecía un animal realmente tranquilo, su pelaje grisáceo estaba finamente cuidado y tanto el plato de agua como el de comida a un lado verificaban que el can vivía allí ¿Yuuri siempre había querido adoptar un perro así? De cualquier forma, el caniche no dejaba de mirarlo y gruñir suavemente.
-- ¿Te ofrezco algo de beber? Tengo té verde o jugo de arándanos-- Yuuri... ese era Yuuri, y se sentía un poco irreal que se hubiese terminado convenciéndose solo porque el pelinegro saco desde la alacena aquel típico frasco que Hiroko siempre mantuvo con galletas durante su infancia.
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Amado hermano
FanficViktor llego a la vida de los Katsuki, empujado por el amor... amor que su padre encontró en Hiroko, y de tal forma, se hizo hermano de Mari y Yuuri. Yuuri vio en aquel chico de cabello claro y ojos azules, la llegada de un ángel, uno que le enamor...