dormir

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Mi- dormir??? Por que dormir??? Si yo no tengo sueño- dice haciendo puchero

T- no, yo quiero dormir- dijiste aun bromeando

Mi- ta weno dormir, vamos a dormir-  se quedo pensando en algo.

Tu te acomódate dándole la espalda y el abrazandote por detrás.

Cuando Mikey sintió que tu le diste la espalda sabía que su momento había llegado, cosa que tu no sabias.

Mikey bajo su mano por debajo de tu poleron, pasando así su mano por debajo de este haciendo que su mano recorriera tu cuerpo, con un tacto Su tacto, aunque suave, llevaba una carga de deseo que se sentía en cada movimiento. Sus manos recorrían tu piel con una mezcla de delicadeza y pasión, como si quisiera explorar cada centímetro de ti sin prisa, disfrutando de cada momento. Sus dedos, cálidos, se deslizaban por tu espalda, acercándote lentamente hacia él, con esa urgencia contenida que decía tanto sin palabras. Al llegar a tu rostro, acariciaba tu mejilla con ternura, pero sus ojos te miraban con una intensidad que combinaba perfectamente el cariño profundo con el deseo que sentía por ti.

T- Manjiro Sano saca tu mano de ahí ahora!!- sabiendo ya lo que iba a pasar lo dejaste ya que te gustó la sensación de su mano recorrer tu cuerpo

Mi- ni lo piense señorita, usted es propiedad del jefe manjiro, osea mía yo se que are con usted- dice con voz sexy

Mikey deslizo sus manos hacia tus pechos, al estar descubiertos se le hizo fácil jugar con ellos, era una sensación de satisfacción nueva que nunca había conseguido con el tacto propio, gemidos leves y suspiros profundos provocados por el placer salían uno tras otro revelando el deseo tuyo de seguir, Estos sonidos satisfactorios hicieron que Mikey se prendiera aún más.

Mi- ohh ves que te gusta- dice acercandoce a tu oído para dar una mordida suave en tu oido.

T-aa..ahhhhh Mikey- te diste vuelta mirándolo y lo empezaste a besar, sus lenguas rápidamente se encontraron, a ti te gustaba lo que estaba pasando así que te dejaste llevar.

Mikey empezó a besar tu cuello dejando un par de chupetones, por otro lado su mano  bajo hasta llegar a tu ropa interior jugando con sus dedos por encima de esta. Tu estabas a su merced, Uno de tus dedos subió hasta el mentón de Mikey dirigiéndolo hasta tu boca, lo besaste y te pusiste encima de el, besaste su cuello para seguir con tu trabajo, bajando hasta su abdomen para llegar al cierre de su pantalón, Mikey soltaba unos jadeos de satisfacción, dejando un beso cerca de su pantalón. En un acto desesperado el se puso encima de ti, bajando su mano hasta tu parte íntima, deshaciéndose de tu ropa interior, para que sus dedos tuvieran mejor lugar.

Comenzó masajeando la zona con movimientos suaves estimulando tu clitoris al nivel de humedecer tu zona solo con su tacto, cuando estuvo lo suficientemente lubricada tu zona encontró tu entrada y empezó a meter sus dedos simulando estocadas lentas.

T- mi....aaah...Mikey.....aaaah- miraste a Mikey con una leve expresión de dolor pero mayormente era satisfacción.

Mi- paro??- dijo pensando en que alomehor no te gustaba lo que estaba haciendo.

T- Mikey.....sigue...mmmm- soltaste un
gemido que dio a entender a Mikey tus ganas de más.

Mikey se deshizo del poleron que llevabas puesto, mientras tu le sacaste el pantalón de pijama dejando a los dos completamente desnudos.

Mi- lo meteré- se expresó sin pensarlo.

T- que? Espera, Mikey esta es mi primera vez- dijiste un poco asustada.

Mi- enserió?, la mía igual yo solo estoy haciendo lo que leí en un manga-dijo asombrado.

T- entonces, seguimos o paramos?- dijiste confundida, ambos querían seguir.

Mi- ya estamos así, te parece que sigamos?- susurro en tu oído con un tono tan candente, que rápidamente aceptaste.

Mikey se posicionó entre tus piernas, dandose un mejor lugar, para luego a mover su puntita en tu entrada estimulando esta para que sientas menos dolor. Cuando vio que ya te sentías lista metió la puntita. Se sentó en la cama y ti arriba de el, te abrazo. Y es en ese momento cuando ambos dejaron de lado el temor, te sentaste encima de él metiendo todo su miembro dentro de ti. Soltaste un gemido fuerte de dolor y satisfacción.

Mi- No me moveré, hasta que vea no te duela- susurro en tu oído, luego beso tu cuello mientras se aferraba a tu cuerpo. Después de un rato aceptaste. Empezaste a dar pequeños saltitos mientras le hacías marcas en la espalda (con tus uñas), también le dejaste chupetones en el cuello. El te acomodo en la cama quedando arriba de ti, mientras sus movimientos aumentaban de velocidad, y ustedes de satisfacción, unas de sus manos subió hasta tu pecho, masajeando este de una manera tan única que de un movimiento rápido subiste la mano hasta su cabeza y lo llevaste hacia tu pecho. Mikey entendió lo que tenía que hacer, llevo tu pecho a la boca lo succionando este mordiéndolo de vez en cuando, era su primera vez, pero lo hacía a la perfección, se separaron por cansancio.

Mi- por que de tu vagina sale sangre? Te hice daño?? Perdóname, perdón- dijo asustado.

T- no...no lose la verdad pero no te disculpes por que daño no me hiciste- dijiste dándole un beso tierno, como Mikey seguía un poco preocupado, buscó en Google si el sangrado era normal y se dio cuenta de que a varias mujeres les pasaba en su primera vez.

Se fueron a duchar juntos, dejando que el agua tibia los envolviera. Entre besos suaves en los labios y el cuello, compartieron caricias y abrazos, disfrutando del momento en silencio. Fue una ducha tranquila, llena de ternura y cercanía.

Después, se dirigieron a la cocina. Mientras preparaban algo de comer, intercambiaron miradas y sonrisas, disfrutando de la compañía del otro. El ambiente era ligero y cálido, perfecto para compartir juntos.

T- ¿Quieres tuttifruti (fruta picada) con crema? – dices mirando el refrigerador.

Mi- Está bien – responde mientras busca los cubiertos.

T- ¿Me puedes pasar la crema? – dijiste rascándote la cabeza mientras sacas el tuttifruti.

Mi- ¿Dónde está?

T- Está en la repisa de abajo, a la izquierda – apuntas con el dedo hacia la repisa.

Mi- Ah, ya la veo – dice mientras la toma y se acerca a ti. Te entrega la crema y sonríe. – Te ves graciosa cuando te rascas la cabeza.

T- ¿Ah, sí? – respondes, riendo mientras comienzas a servir la crema sobre el tuttifruti. – Es un hábito raro, supongo.

Mi- Pues es lindo – comenta, acercándose para darle un pequeño bocado de fruta directamente desde tu mano. Ambos se ríen de la simplicidad del momento, disfrutando de la compañía y la comida juntos.

 Ambos se ríen de la simplicidad del momento, disfrutando de la compañía y la comida juntos

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Comieron el tuttifruti en silencio, disfrutando de la compañía. Al terminar, se miraron con una sonrisa tranquila y decidieron que era hora de descansar.

Se dirigieron a la habitación y, entre caricias y abrazos, se acurrucaron en la cama. Pronto, el sueño los fue envolviendo, dejando que el día terminara con la paz de estar juntos.

Cambio de vida (Mikey X Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora