Boda y sorpresa

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Con los preparativos perfectamente listos, la boda daba inicio.

Obito caminaba rumbo al altar vistiendo un traje blanco impecable del brazo de su adorado padre que sorpresivamente lucia feliz.

La música (una cumbia bien chida) acompañaba el trayecto. En el altar, a la espera del novio, estaban los "machos alfa pelo en pecho" que chillaban mientras las mujeres les pasaban pañuelos desechables y los consolaban.

—Que sabroso está tu novio —murmuro Minato tratando de relajar al peliplata. —Tranquilo todo saldrá bien, serás un buen esposo y podrán salir de las peleas o disgustos que tengan.

—Eso espero. Todo está bien preparado ¿cierto? — Inquirió Kakashi un poco más tranquilo.

Minato asintió con una leve sonrisa, dirigió su mirada a Naruto. Chale la neta si extrañaría un chingo a su chamaco.

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Nagato miraba la aldea desde los rostros Hokage, sus compañeros de equipo lo dejaron solito.

¡Pero le valía tres hectáreas de verga! ¡Él solito podía realizar su ataque!

Lo ven todo inútil y así pero es bien fuerte. De un putazo te deja noqueado.

Su plan estaba perfectamente estructurado, dejaría que disfruten la fiesta de la boda, ya todos borrachos tomaría la ventaja y comenzaría el ataque.

—Maldita sea, ¡hasta Zetsu está en la fiesta!— exclamó molesto mientras miraba por los binoculares el lugar donde iniciaba apenas la fiesta y un montón de Zetsus bailaban o la hacían de meseros.

¡Pero ya verán! El poder del guión está vez estaría de su lado y su maldita felicidad se iría al caño.
¡Por que él era el Dios del nuevo mundo!

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Kakashi apretó los puños con fuerza, su mirada transmitía total furia y tristeza, frente a sus ojos yacía la cruel escena de su sensei y esposa muertos.

Protegieron la aldea, sí, pero tuvieron que dar sus vidas a cambio de eso. Quizás en el combate el enemigo murió, pero también ellos lo hicieron y entonces no habría nada por celebrar.

En la guerra solamente se pierde e inocentemente creemos que ganamos una paz momentanea que es tan frágil como un pedazo de papel.

Kakashi odiaba con toda su alma ver cómo nuevamente personas importantes en su vida le fueron arrebatadas, y no solamente él caería en una profunda depresión...

Naruto también estaba en juego, el pobre niño que apenas empezaba a descubrir las maravillas del mundo probablemente se sumergiria en tristeza por culpa de los estragos de esa batalla. Naruto pasaría por la misma tristeza que él cuando su padre murió.

¡No! Ni Obito, ni él, permitirían que Naruto sufriera por las consecuencias de esa terrible batalla. Además, le había prometido a su sensei y esposa hacer inmensamente feliz a ese niño travieso.

—Vamos Kakashi, tenemos que ayudar a los aldeanos, el cuerpo médico se encargará de ello. — murmuró Obito con voz apagada mientras que lo tomaba del brazo para poder ayudarlo a ponerse de pie.

No se permitirían sufrir nuevamente, se tenían mutuamente y debían cargar con la responsabilidad de cuidar a Naruto, tenían que mostrar firmesa y estabilidad ante él.

La aldea había quedado en muy mal estado, Nagato había cumplido su promesa de dejarla en escombros y de arrebatarle a sus seres queridos.

Al llegar al centro de la aldea se toparon con Naruto que al verlo de inmediato corrió a su encuentro y se aferró a una pierna de casa uno.

—¿Y mami y papi? ¿Dónde están? ¿Ganaron cierto? — Preguntó con temor a las respuestas.

Él ya presentía lo peor, y la realidad a la que se adaptaría no le gustaba demasiado.

Obito se mordió el labio inferior y conectó la mirada con su esposo que igual no sabía que contestar.
Buscaban respuestas mutuamente, mentirle ahora no sería una buena opción, joder Naruto se daría cuenta de que no le estaban diciendo la realidad.

Kakashi soltó un suspiro pesado y separó al niño de sus piernas para luego arrodillarse y aferrarse a él en un fuerte abrazo donde se permitió llorar.

En ese momento el ninja fuerte, despreocupado y temido no existía, estaba un Kakashi de diez años que lloraba la perdida de su padre y sensei.

Los ojos de Naruto no tardaron en cistalizarse para después comenzar a llorar inconsolablemente.

Obito que se encontraba más tranquilo, se arrodilló y abrazó al par compartiendo el dolor.

—Naru... Nosotros te prometemos cuidarte, tus padres dieron todo de ellos para protegerte a ti y a la aldea, así que siéntete orgulloso, demuestra que serás un ninja y próximo Hokage honorable. —Obito tragó saliva para calmar el nudo en su garganta. — Kakashi y yo ahora fungiremos como tus padres, nos acoplaremos y serás muy feliz, por nuestra cuenta corre que no sufras y que sonrías. ¿Si? Además tienes que seguir, ¿No quieres casarte con Sasuke?

Kakashi rodeó con un brazo a su esposo, sabía que para él también era un gran dolor perder a su sensei.

—Esta bien... Yo, yo me esforzaré, seré fuerte por mis papás, lograré cumplir mis sueños ¡Dattebayo! — exclamó el rubio con decisión.

La pareja sonrió entre lágrimas y lo envolvieron en un cálido abrazo.

—Disculpamos Naruto...

El abrazo fue deshecho cuando escucharon la voz entrecortada de Hashirama.

Ese maldito de Nagato se veía bien pendejo y estúpido, pero bien que logró darle pelea a Madara y a Hashirama, lo bueno que lograron derrotarlo y asesinarlo al igual que al ejército de Zetsus.

—Logramos recuperar a las bestias con cola y decidimos enviarlas a una isla, ya lo acordamos con las demás aldeas. —Informó Madara con tono cansado.

Nagato había logrado destruir la aldea que ambos habían construido con sumo esfuerzo. Lo subestimaron, ni con el poder de ambos lograron derrotarlo, bueno... Además de que estaban algo pasado de copas y quizás eso afectó su desempeño.

¡Pero ese no es el punto! Ahora debían de reconstruir toda una aldea y estar con la guardia alta por si algún otro loquito sale queriendo una paz mundial y sepa que mmda y media.

—Naruto... Tus padres son unos héroes, y tú serás un espléndido ninja que seguramente los hará sentir orgullosos. — Espetó Hashirama dándole a Naruto unas suaves caricias en el cabello.

El rubio se sentía algo reconfortado, la perdida de sus padres si que le afectaba, pero quizás con el cariño de Obito y Kakashi todo sería más llevadero.

—No me rendiré, no se preocupen, ¡soy muy fuerte! — Aseguró el niño con una sonrisa.

Haría que el sacrificio de sus padres no fueran en vano, además debía de seguir firme para ser un dolor de cabeza en la vida de recién casados de Kakashi y Obito.










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Verdad de Dios que me mame con este capítulo. Yo digo que Hashirama y Madara si se remataban a Nagato de un putazo pero era necesario en la trama que Kushina y Minato fuera a visitar a papá Dios.

Entonces... Así lo requería la trama ¿).

Gracias por leer y seguir esperando actualización de este fanfic xd.

Bye. 😸✌️

Beso •KakaObi•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora