Sesenta y Dos

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Sede de los Vengadores

Natasha toma un sorbo de café mientras camina por el laboratorio. Bruce se había quedado dormido, desplomado sobre la pantalla del ordenador cuando el cansancio finalmente se apoderó de él. Ella lo cubre con una manta antes de tomar asiento a la mesa.

Tony se había ido, haciendo Dios sabe qué. Steve estaba con la familia de Alyanna, asegurándose de que estuvieran bien. Thor había desaparecido, dejando a Natasha, Clint y Bruce trabajando en el laboratorio.

Clint se sienta frente a ella, mirando fijamente la mesa sin comprender. Todo su cuerpo se sentía entumecido, la marca del alma que faltaba era evidente. La pelirroja le pasa una taza de café a su compañero de equipo y viejo amigo. "¿Crees... que realmente se ha ido?" Clint pregunta, apenas por encima de un susurro.

Natasha sintió que su estómago se retorcía en nudos y su corazón literalmente se partía en dos

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Natasha sintió que su estómago se retorcía en nudos y su corazón literalmente se partía en dos. "No lo sé, por lo general las marcas del alma no se desvanecen cuando muere un alma gemela. Simplemente se enfrían. Pero las nuestras... simplemente se desvanecieron".

Clint frunce el ceño y aprieta la taza en sus manos con fuerza, mirando el líquido oscuro. "Oh Dios", respira mientras la emoción lo invade. "¡Cómo pudimos dejar que esto sucediera!"

Natasha traga, su cabello rojo luce más plano de lo habitual y su rostro luce un poco seco. "Sabíamos que llegaría este día. Alyanna nos advirtió de ese hombre. Sabía que algo estaba pasando con el cetro".

"Pero eso fue hace casi un año, hemos estado en paz", dice Clint.

"Exactamente. El mundo nunca podrá salvarse. Era sólo cuestión de tiempo. Y Erik decidió que una boda sería el día perfecto para atacar", dice mientras se clava las uñas en la palma de la mano.

"No puedo imaginar lo que debe estar pasando Alyanna en este momento. Solo quiero abrazarla y nunca dejarla ir".

"Créame, todos lo hacemos", asiente Natasha. "Pero si conoces a nuestra alma gemela, sabrás que es fuerte e inteligente, y aprenderá a sobrevivir. Pase lo que pase".

Clint asiente, una pequeña sonrisa de dolor se extiende por sus labios. "Nunca he conocido a nadie más terco", se ríe.

Natasha sonríe, "O valiente".

Clint niega con la cabeza. "¿Alguna vez te dije el momento en que obtuve mi marca del alma?"

Natasha se inclina hacia adelante, intrigada por escuchar la historia.

Clint se pasa la mano por el cabello. "Bueno, tenía unos diecisiete años. Estaba hundido, siendo huérfano y creciendo sin saber nada más que mi puntería. No tenía una marca de alma, así que nadie en el mundo realmente se preocupaba por mí... "

Un joven Clint se tambalea por la calle vacía con una bolsa marrón en la mano. Hoy acaba de recibir noticias de que lo echarían de su hogar de acogida y se fue para valerse por sí mismo. Decidió celebrar siendo aplastado.

La chica de las 6 marcasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora