Cocinando (para) mamá por Baji Keisuke

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—Eso es... ¿Una rata muerta?

Las tres cabezas se inclinaron colectivamente hacia la izquierda, pensando mucho en lo que era la cosa que tenían frente a ellos.

—Creo que es una de esas bacterias que ponen en el agua para hacer kombucha.¹

—No se pueden hacer bacterias o una rata muerta —Chifuyu negó con la cabeza las suposiciones de los otros dos— No, debe ser... algo. El verdadero problema es ¿por qué demonios la cosa es medio blanda medio quemada, Keisuke-san?

Los trillizos giraron la cabeza desde la cosa en el plato hacia el hombre, que seguía mirando al suelo mientras se sonrojaba de rojo intenso por la vergüenza. Las tres sabían que era mejor no burlarse de él si querían salir sanos y salvos de la casa. Eso no les impidió criticar la... cosa . No, realmente ¿qué era eso? Iban a intentar adivinar de nuevo cuando Baji murmuró algo en voz baja.

—¿Eh? ¿Qué has dicho Kei-chan-

Antes de que Hakkai pudiera terminar su oración, el adolescente de cabello negro explotó, sobresaltándolos.

—¡ES UN PUTO PASTEL, IDIOTAS!

Un pesado silencio se produjo en la cocina de la casa de los Baji. Los trillizos volvieron a mirar el ¿pastel? antes de mirar al capitán de la división con incredulidad. El primero en hablar después de cinco minutos fue Takemichi.

—Kei-kun —utilizó el apodo para tratar de convencer al jadeante adolescente de pelo largo— ¿Hiciste... ese pastel con barro?

Esa fue la señal para que todos explotaran en un ataque de risa, sin importarles si el hombre mayor iba a matarlos por haberse burlado de él y del horror que había creado. Chifuyu estaba tratando de contenerse pero estaba fallando rotundamente, Hakkai estaba resoplando en el suelo con Takemichi llorando de risa siguiéndolo.

—Oh, Dios mío —se río— ¡Qué carajo, no puedo respirar! Pfffff— Hakkai trató de recuperar el aliento, pero volvió a reírse cada vez que miraba al adolescente enfurecido o a la cosa. Lo mismo con los otros dos adolescentes.

—Los voy a matar todos —Baji apretó los dientes ante la diversión que estaban teniendo gracias a sus esfuerzos.

—Si vas como el pastel no creo que debamos preocuparnos... pfff, bwahaha-

Siguieron bromeando y riendo durante unos buenos quince minutos antes de calmarse cuando Baji comenzó a atarse su cabello, dispuesto a darles una paliza. Chifuyu respiró profundamente un par de veces antes de empezar a hablar.

—No puedo creer que hayas intentado cocinar y haya acabado en...—miró las cosas y se reprimió la risa que casi se le escapa— En este pastel. ¿Has cocinado alguna vez un pastel, Keisuke-san?

—Por favor, no lo llames pastel, es un insulto a todos los pasteleros del mundo —Baji fulminó con la mirada el comentario de Hakkai. El adolescente se estremeció y rápidamente evitó mirar al otro directamente a los ojos.

—¡He jugado a cocinar mamá y ha funcionado bien!

—Oh, Dios mío...

—No acaba de decir eso-

—¡No es mi culpa que la receta fuera una mierda! Maldito sitio de cocina! —Baji agarró el plato quemado/ crudo y lo tiró con enojo a la basura— ¡Quiero decir, ¿quién utiliza una taza como medida?!

Los trillizos parpadearon ante el comentario. Takemichi fue, una vez más, el primero en romper el silencio, su frase ahogada por la lástima y algo más que a Keisuke no le gustó en absoluto.

—Kei-kun, por favor, dime que no has usado literalmente una taza —no hubo respuesta por parte del adolescente y el rubio se llevó la mano a la boca, conmocionado.

Las travesuras de los trillizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora