Pero era la inminente muerte no llega. Wonwoo siempre la fuerza, en cualquier momento y lugar, siempre la fuerza a que llegue. La ha forzado como unas nueve veces y la última vez fue hace menos de un año.
¿La vida tiene algo peor preparado para él? ¿Dios no se ha cansado de maltratarlo?
– Quiero morir.
Dijo en voz baja. Sus pasos hacia su departamento fueron lentos y llenos de frustración. Él estaba maldito.
Eso pensaba a menudo, pero la realidad era que siempre había sido así, desde su nacimiento y probablemente hasta su muerte.
Mientras caminaba encontró un pequeño callejón, muy al fondo se veía una pequeña luz violeta que titilaba, no supo por qué, pero se adentró y al llegar, vio una puerta semi abierta, y unas escaleras que dirigían hacia un lugar desconocido. Bajó las escaleras silenciosamente y vio otra puerta, pero está era negra, al verla mejor se percató que este departamento no tenía número.
Wonwoo hizo lo que nadie debería hacer en esta situación, sujeto el picaporte y abrió con un intenso miedo invadiendo su cuerpo. Cuando vio la habitación, está era una habitación normal de un chico. Sólo que todo era jodidamente caro y espacioso. Por una extraña razón había dejado su puerta abierta. Pero, antes de volver a cerrar la puerta, noto algo al fondo.
– ...!
Fue corriendo y encontró a un hombre, lo peor de todo era que tenía un cuchillo clavado en su abdomen y se iba a morir probablemente dentro de unos minutos. Aún estaba a tiempo de salvarlo.
Llamo a emergencia y mientras esperaba coloco un paño para detener el sangrado, trataba de que la persona siguiera despierta, pero esta apenas tenía sus ojos entrecerrados. Wonwoo le daba pequeños golpes en su mejilla para que no se desmayara hasta que llegó la ambulancia. No había ningún número cerca y menos un celular, decidió acompañar a esta persona al hospital.
Realmente le ocurrían las cosas más descabelladas a él.
Ya en el hospital, el doctor le dijo que lo que había revisado, era una apuñalada artificial y que por un milagro no había atravesado o fisurado algún órgano importante. El hombre, estaría bien con una operación y descanso. No supo por qué, pero Wonwoo sintió gran alivio de saber eso.
– Disculpe, ¿Usted es familiar del paciente?
Una enfermera se acercó a Wonwoo por detrás. Este se asustó un poco y simplemente negó con la cabeza.
– ¿Es su amigo? ¿Quizá un conocido?
Wonwoo siguió sacudiendo su cabeza y otra vez miraba los zapatos blancos de la enfermera.
– Sé que debió ser impactante para usted la escena, pero necesito un número de contacto del paciente, familiar o allegado. Nadie ha llamado por él o a reportado algo. Así que por ahora sólo está usted.
Wonwoo pensó por un momento ¿Y si él también estaba sólo en el mundo igual que él? Sintió algo de pena ya que conoce muy de cerca ese sentimiento de soledad.
– Yo le daré mi número de contacto.
– Se lo agradezco, me podría acompañar por favor.
Lo siguiente fue una ficha donde Wonwoo tenía que rellenar todos sus datos. Después de eso volvió a la sala de operaciones, esperando por los resultados del hombre.
Mientras esperaba, se preguntaba por qué a veces se metía en problemas donde no lo llamaban o sus buenas intenciones con el mundo al final del día siempre florecían. Se odiaba profundamente.
Había tenido un día pesado. Su jefe lo regaño y no se sorprendería si al día siguiente estaba despedido y ahora, se encontraba en la sala de espera para ver el estado de una persona totalmente desconocida a él.
Volvió a suspirar, pero esta vez no lloró, sólo cerró sus ojos y rezo para que el doctor le de buenas noticias. Mirando el asiento vacío frente a él, se terminó durmiendo.
Después de unas tres horas de operación, el doctor le sacudió un poco el hombro y Wonwoo se levantó rápidamente.
–Todo está bien, tranquilo. ¿Quieres acompañarme a tomar un café?
Wonwoo no se pudo negar o más bien, realmente necesitaba algo que lo active para llegar a su casa. Asintió y siguió al doctor a la cafetería de la clínica.
Una vez sentados. El doctor comenzó a hablar.
–No hay nada de qué preocuparse, él se encontrará bien, con un par de semanas aquí, será suficiente para que sea dado de alta.
Wonwoo tomo un sorbo de su café y mordisco de su sándwich y asintió.
– Mi nombre es Joshua ¿Cuál es el tuyo?
– Lo siento, debí presentarme antes. Mi nombre es Jeon Wonwoo.
– Entonces Wonwoo... ¿Eres familiar del paciente?
– No, digamos que lo encontré así por alguna clase de milagro. Yo entré a su habitación y me pareció raro que la puerta no estuviera cerrada.
– Entiendo, entonces nunca se vieron antes...
Wonwoo sacudió su cabeza y se acomodó sus gafas.
– Wonwoo, sé que puede sonar algo impactante esto después de salvarle la vida, pero la verdad el trataba de suicidarse.
Dejo de comer y pensó "Ah... realmente estoy maldito"
Evitó el suicidio de una persona que quería dejar el sufrimiento de seguir vivo. Entendía muy bien eso, pero nunca se le cruzó por la cabeza aquello.
¿Por qué dejaría la puerta junta alguien que trata suicidarse? ¿Quería ser encontrado?
– Yo...
– ¿Puedes levantar tu rostro? El mundo es horrible cuando siempre estas mirando abajo. Sé muy bien eso.
Aquella frase de alguna manera lo impactó. Levemente subió su cabeza y miro a Joshua. Debería decir que era un joven doctor muy apuesto y juzgando su apariencia parecía muy tranquilo.
– Así está mejor. Muy bien Wonwoo, la verdad yo creo en el destino y tal vez esto fue obra del destino por llamarlo de alguna manera. Lo salvaste y ahora se encuentra recuperándose, no tienes por qué sentirte culpable de nada. Hiciste una buena acción.
Tal vez lo que le faltaba a su vida era alguien que le hiciera entender que no todo era malo y que actuar por inercia a veces puede salvar la vida de alguien, que el mundo es más amplio cuando alzas la mirada y que no todas las personas son malas. Joshua le enseñó ambas cosas en menos de veinte minutos.
– Deberías ir a descansar, son las cuatro de la mañana, debió ser un día largo para ti. Nos veremos en los próximos días.
Joshua se despidió pues una enfermera lo llamo a la sala de emergencias. Wonwoo se quedó mirando la silla vacía delante de él, por unos minutos vio una luz blanca mientras divagaba en sus pensamientos.
Cuando terminó, se dirigió a casa. Donde se encontraba el mismo techo blanco que siempre miraba sólo que está vez, en una esquina del techo se encontraba una pequeña mancha de color amarillo. No le pareció extraño, así que sólo cerró los ojos y cayó dormido.