Siete

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Mingyu lo llevo a cafetería de la universidad, pidió dos cafés y fue a su asiento. Wonwoo se sentía algo incómodo porque al parecer todas las chicas miraban lo que hacía Mingyu apenas movía una mano este y toda la cafetería se concentraba en él.

¿Cómo pudo vivir así?

Wonwoo cree que si pasa tiempo con Mingyu arruinará su imagen y si eso pasa, se sentirá mal y tendrá que renunciar. Lo mejor sería estar alejado de él.

– Llegué. Toma este es tuyo. No sé si preferías más amargo o dulce, así que sólo lo pedí descafeinado.

– No te preocupes, tomaré esto y me marcharé.

– ¿Por qué? Quiero saber más sobre ti Wonwoo y ¿Cómo llegaste a mi habitación?

A Wonwoo se le había olvidado esa pequeña parte de la historia que fácilmente podría tener una sanción legal por aquella acción.

– Yo sólo baje las escaleras...

– Claramente las bajaste, pero ¿Qué te hizo bajar? ¿Hice algún ruido cuando me apuñalé?

A Wonwoo le chocó un poco la última palabra. Como Mingyu podría mencionar algo tan delicado de la manera tan simple, como si suicidarse no fuera gran cosa.

Le hizo recordar la primera vez que Wonwoo intentó suicidarse.

Fue dentro de la capilla, había encontrado una soga y una silla en el cobertizo de esta, él también planeó suicidarse dentro de la Iglesia. Como una especie de burla hacia Dios, pero todo esto fue interrumpido gracias a que uno de sus compañeros de cuarto lo delató.

– Tú... ¿Cómo estás?

– Ahora me encuentro mejor, pero debo decir que ese entonces me sentía de la mierda.

– Sólo ha pasado un mes ¿en serio estas bien?

– Pensé que no querrías hablar.

Wonwoo tomo un sorbo del café y se acomodó las gafas.

– Sólo tenía curiosidad, nadie dice la palabra apuñalarse a la ligera...

– Como presenciaste, mi padre es una mierda. Ese día discutí con él, sobre mi madre y sentí tanta rabia, que quise irme con ella.

Wonwoo se quedó callado. Probablemente su madre estaba muerta, no era necesario preguntar. Después de un rato en silencio, Mingyu volvió a romper el ambiente, sabía que Wonwoo no lo haría.

– Ese día... dijiste que me entendías ¿entiendes lo que siento Wonwoo?

– Creo una persona que también intentó acabar con su vida, entiende a otra que lo ha intentado, pero, depende mucho que lo empuje a ser eso. Si yo desapareciera, nadie lloraría por mí, pero si tu desaparecieras ¿Quién lloraría por ti?

Mingyu se quedó pensando unos segundos. Estaba seguro de que su padre no lloraría por él, lo que si era seguro que sus familiares y amigos si lo harían. En ningún momento se planteó que tanto dolor llevaría una muerte.

– Muchas personas...

– La muerte trae muchas consecuencias para las personas alrededor de ella ¿no llegaste a pensar en eso?

Mingyu negó con la cabeza.

– Pero al parecer tu sí que le has dado muchas vueltas.

– Si lo he hecho, como nueve veces.

Mingyu se quedó paralizado. Wonwoo había tratado de morir nueve veces, hay que estar cansado, agotado y agobiado de la vida para llegar hacer eso. Mingyu pensó en el suicidio por que la situación con su padre era inaguantable, pero cuántas situaciones infernales habrá pasado Wonwoo que lo hayan empujado hacía ese punto.

– Mañana tengo que trabajar, así que será mejor irme.

– Te llevaré a tu casa.

– No te preocupes, aún alcanzó al último autobús.

– Insisto. Quiero llevarte a tu casa.

Wonwoo no podía con la mirada de Mingyu y sobre todo como lo tomo de la mano antes de que se pare.

– Está bien pero no está cerca.

– ¡Bien! Andando.

Punto de Inflexión [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora