Morgan James

La despedida: capitulo 2

Siento que me zarandean de un lado a otro no muy bruscamente, me mareo en el acto y cuando abro los ojos estoy en el suelo envuelta en todas mis sábanas de seda rojas.

Alzo la cabeza aturdida y veo a mi padre agarrando una almohada de mi cama para empezar a pegarme con ella a modo de juego, que claramente no era un juego, solo que Christopher no me toca nunca y esa es de la única forma que puede hacerme despertar.

—¿!Porque mierda no estas lista!? —me dice alzándome y dejándome sentada en la cama

Rápidamente me suelto de su agarre, no voy a dejar que me vea débil, porque si, si estoy triste ya que mi vida entera está aquí en Londres, no en Hollywood

—Porque no me voy a ir —le digo en un tono tranquilo mientras me recuesto en mi cama

Okey, no fue buena idea decir eso.

—Ajá —me tomo en brazos y me alzó en sus hombros dejándome la cabeza hacia abajo.

—¿!Oye que mierda te pasa!? ¡Bájame ahora!

Claramente Christopher Morgan no hace lo que le digan, me saco de la habitación en pijama, dando grandes zancadas al hacerlo

--¡CAYETANA!— Gritó él bajando las escaleras-

Cabe aclarar que ya me estaba mareando por estar boca abajo.

--¡CAYETANA! —volvió a gritar el acercándose a la cocina

Nani apareció cerrando la puerta de la despensa con cara de horror al ver que papá me tenía cargada de esa forma y gritaba tanto.

—Christopher me estoy mareando, bájame ahora.

Volvió a ignorarme y yo lo único que hacía era tratar de pegarle patadas para que me soltara.

—Sube a la habitación de Milenka y empácale toda la ropa que tenga, ahora —le dijo dándose la vuelta sin esperar a que Miranda respondiera

--¡CHRISTOPHER MORGAN QUE ME BAJES AHORA MISMO! —Grite para que todo el mundo en la gran mansión me escuchara

Nuevamente me ignoro, creo que ya tenia la cabeza roja de estar boca abajo.

--¿Que es todo este escándalo? —Apareció Reece saliendo de su despacho

Cuando noto lo que estaba pasando miró a Christopher con un semblante demasiado serio.

—Bájala, ahora. —Dijo el acercándose a nosotros

Trato de volver a ignorarnos a ambos pero conociendo a mi abuelo no dejaría que mi padre hiciera lo que quisiera.

Me tomo de las piernas no bruscamente para bajarme, lo que me lastimo fue la fuerza que hizo mi padre para no despegarse de mí.

—¡La vas a lastimar animal!—Dijo mi abuelo preocupado

Al escuchar eso por fin reaccionó e instantáneamente me bajó.

Sentí un gran alivio.

Sin embargo no me dejo en paz

Miró a mi abuelo y muy suavemente agarro mi muñeca para dirigirme al baño de mi habitación.

—Te bañas, te organizas, te peinas que pareces una loca, vas y miras que te empacaron, y sales, porque te están esperando en el helipuerto y necesito que salgas de aquí lo más rápido posible —Dijo entrándome al baño y cerrando la puerta para que yo hiciera lo que dijo