Morgan James

Capitulo 25: Un momento de paz

Alcé mi arma apuntando a mi objetivo, disparé una sola vez que bastó para derribarlo, siempre había sido buena con mi puntería y créanme, siempre es importante saber manejar bien cualquier tipo de arma en mi profesión

Jack se sorprendió por la facilidad con la que lo hice, también levantó el arma que tenía en la mano, usó la técnica que le enseñé y disparó tumbando al muñeco de cartón

—No te descuides Milenka, que cuando menos pienses te piso los talones —reí

—En tus sueños amigo mío —traté de girarme para entrar a la casa de campo, Jack me tomó por la cintura impidiéndome el acto

Habíamos llegado esta mañana, quería tener un momento tranquilo a su lado. Estaba cansada de tanto problema en mi trabajo y decidí tomarme unas pequeñas vacaciones de veinticuatro horas

La convivencia que tenía con este hombre era completamente perfecta, nos entendíamos tan bien que no habíamos llegado a tener ni un solo desacuerdo. Hemos charlado, el me ha contado muchas cosas importantes de su vida al igual que yo

Hace mucho tiempo no me abría a una persona de esa forma, pero por alguna extraña razón Jack Ross inspiraba confianza, seguridad y empatía por donde se le mirara

—¿Como me llamaste? —frunció el ceño y se concentró en mi boca

Casi babee al ver su expresión atontada, no dije nada y lo único que hice fue darle un pequeño beso y salí casi corriendo, me persiguió por la casa tratando de alcanzarme pero no se lo permití

Sin querer me deslicé en el suelo gracias a las medias que tenía puestas pero en vez de maldecir me partí de la risa acariciando en donde me había lastimado. Jack llegó por instinto a mí y cuando vio que no fue nada grave sonrió contagiándose del momento

Pero de qué buen humor estás hoy, señorita James

—¿Desde cuando eres tan distraída? —me preguntó Jack acostándose en el piso junto a mi

—Desde que te conocí —esas palabras salieron sin poder impedirlo, me arrepentí al segundo y cerré los ojos tratando de apaciguar el momento

—Tú...

—Capitana Morgan, su padre está en la línea... —entró Ivan a la estancia salvándome de el mal momento, me habían seguido ayer y no pude decir que no a su protección

—Vete a joder a otro lado, por favor —giró los ojos y aún así me ofreció el teléfono, pensé en ignorarlo pero Jack se apresuró a tomarlo por mi

—Contéstale —me miró mal

Tomé el teléfono de mala gana y me lo puse en la oreja, escuché como Christopher despotricaba sandeces

—Me vas a aturdir —dije recostando mi cabeza sobre las piernas de Jack que se había sentado

—¡Te necesito aquí en este instante! —sabía que no me podía dejar tranquila por lo menos un día

—Cálmate papá, se que no puedes vivir sin mí pero todavía me faltan unas... —miré el reloj de la pared— diez y siete horas

—No estoy jugando Milenka, te dí una orden y la desobedeciste. Nadie pasa por encima de mí y mucho menos mi propia hija

—Víctima de tu propio invento —reí

—hablo enserio, eres...

Empecé a hacer un ruidito como si la comunicación se estuviera cortando

—Christopher no te escucho nada, la señal está bastante mal. Te amo adiós...

Corte la llamada y le pasé el teléfono a Ivan levantándome del suelo