Damon
Mis sentidos se agudizan y un leve dolor en la parte superior de mi cabeza se asoma, ¿a quien se le ocurrió hacer un viaje tan largo en una avioneta?
Claro, al inepto de Christopher
Me levanto de la supuesta cama y voy directo al baño para cepillarme los dientes, logre escuchar que faltaba otra media hora para que aterrizáramos en la central de Londres, debía hacer bastantes cosas al llegar.
La misión en contra de Ilenko Romanov sería en dos días y tendría que idear un gran plan para acabar con lo camiones, no es tan fácil como poner explosivos, tenemos que tomar muestras de las drogas que está mandando mi querida hermana desde Italia.
En realidad somos medio hermanos, a mi me crió Rachel con buenos principios, lastima que mi padre tuviera tan mal sentido de la paternidad. En realidad nunca se me pegaron sus malas costumbres, a diferencia de eso solo le copiaba lo que me parecía que en algún momento de mi vida me resultaría útil, como por ejemplo el manejo de armas, las técnicas de defensa diferentes a las de todo el mundo, algunos componentes de sus drogas más letales, etc.
Me uní desde un principio a la FEMF por dos grandes razones. Ayudar a Rachel en lo que necesitará y verle la cara amarga a Christopher al saber que estoy aquí (nada personal, solo que no soporto lo altivo que es), la verdad era que no sabía los estragos que esta decisión me traería.
Cuando ví por primera vez a Milenka Morgan me hipnotizó por completo, su forma de dar órdenes, el odio con el que me trataba a pesar de que sus expresiones eran totalmente distintas a lo que decía, sus ojos grises que causaban un gran efecto en mí.
No sabía como definir nada, pero si sabía que lo único que quería era empotrarla contra el escritorio de mi oficina y abrirle las lindas piernas esculpidas que tenía.
—Pónganse seguros, aterrizaremos en caravana —avisó el piloto y procedí a sentarme.
El descenso fue lento y no tuvo tanta turbulencia, escuché como todos empezaban a salir de las avionetas y yo hice lo mismo. Agarre mi equipaje de mano y abrí la puerta para salir.
La central de Londres nos recibió, acomodé mi cabello en la cima de las escaleras antes de bajar, de reojo divisé como la heredera James salía de este, colocándose unas gafas de sol oscuras, Owen venía atrás de ella y por un instante se quedó mirándome como si fuera un maldito dios de Grecia.
Sonreí y pude bajar en paz, la había citado porque necesitaba hablar con ella en privado, odiaba que cada vez que fuera a dirigirle la palabra su padre nos interrumpiera.
—Pueden ir a sus habitación y cambiarse, los quiero en la cancha en una hora —gritó el ministro con Rachel a su lado.
Obedecí la orden y me dirigí al edificio de hombres, subí al ascensor y llegué a mi piso, debía bajar rápido para encontrarme con Milenka.
Pensé en avisarle por el auricular, pero recordé que la maldita nunca lo utilizaba y siempre pasaban las peores cosas gracias a eso.
Me cambie y me puse mi uniforme de pila, me aplique un poco de loción y me pase las manos por el cabello rebelde.
***
Todos estaban formados en la cancha, me escabullí sin que nadie se diera cuenta hasta el sector siete, edificio tres. Allí había un gran salón de Ballet el cual estaba rodeado por grandes espejos, abrí la puerta de esté encontrándome con la perdición hecha mujer.—Es de mala educación hacer esperar a una mujer, Mascherano —su voz acarició mi apellido, tenía una pizca de ira en ella.
Me acerqué, estaba mirándome a través del vidrio de la pared principal de donde estábamos. Crucé mis brazos y sonreí descaradamente
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Morgan James
Teen Fiction11 años después de toda la mierda que vivieron mis padres mientras estaban en la mafia, por fin podemos empezar a vivir "en paz" pero las cosas pueden tomar un rumbo muy diferente, enemigos antiguos, amores y heridas del pasado pueden reaparecer, pe...