Tortilla, pt. 2

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《Tortilla, pt. 2 🔞》

《¿Que sucedería si Fargan hubiera recapacitado a tiempo?》

El híbrido entró de golpe a la celda empujando fuertemente al albino que tropezó contra sus pies quedando desplomado en el suelo, tenía un enorme deseo de partirle la cara y devolverle todo ese dolor que desgarraba su corazón.

Fargan estuvo apunto de golpearlo cuándo una nueva figura apareció en la celda divisando a un azabache moreno sostener una porra entre sus dedos tras saludar cordialmente al mayor.

—¿Lo vigilarás está noche?—Señaló Alex a Willy escondido en la esquina de la pared.

—Me dará gusto hacerlo—Sonrió enormemente Fargan debajo de su máscara.

—Muuuy bien, está celda es la más alejada de todas para acceder a la oficina tienes que pedirle a Nancy las llaves, tienes tú placa y tus instrumentos por casos de emergencia—Explico el azabache entregando unas llaves—Estás llaves abren la celda y las esposas de Willy, tienes prohibido quitárselo.

Fargan asintió desviando la mirada a Willy aterrado en la esquina.

—Déjame esto a mí, Alex.

—No entiendo que hiciste Willy, acabas de desgracias tú vida por la muerte de una menor, esto no es propio de tí—Murmuró Alex caminando a la salida.

—¡N-Nadie d-d

—¡Cállate!—Gritó Fargan golpeando la pared con la porra notando la cabeza del albino esconderse en sus rodillas.

—Mañana vengo temprano, adiós.

Los chirridos de la celda quedó esparcida en las paredes cerradas dejando una vaga luz de luna colarse de la única ventanilla del oscuro lugar divisandose a cierto híbrido mover de un lado a otro su cuello mostrando una enorme sonrisa.

Ya le importaba poco arriesgar su cargo de policía, ir a prisión durante años por lo que haría, pero procuraría ser el Karma viviente para ese desgraciado.

Rodó los pies en dirección contraria tratando de asustar al albino que retrocedía cada ves desesperado topandose con la orilla de la cama contemplando cómo Fargan retiró del tirón su característica máscara de búho lanzandola a cualquier lado del pequeño espacio.

Willy estaba preocupado de lo que ocurriría con su vida durante esa noche, no tenía nada que ver con lo que estaban acusándole y por más, que intentará razonar con ese chico, ganaba un grito sombrío que regía su cuerpo.

No le quedó de otra manera tener que hacerle caso y pidiendo ayuda mental a los dioses que lo salvarán de esa gran liada.

—¿Cómo lo llevas, compañero?—Dijo Fargan agarrando del cuello al albino obligando a levantarse del suelo.

—Y-Y-

—¿Te dije que hablaras? ¿No, verdad?—Reprochó de regreso dejando caer brusco a Willy contra la superficie detrás posicionandose encima.

—F-Fargan, t-todo es u-

Willy gritó de dolor por un golpe en sus costillas permitiendo retrocerse debajo de la penetrante mirada ámbar, sus ojos comenzaban a derramar lágrimas del desespero teniendo que guardar silencio.

—¡Que te calles, dije!—Aseveró—A partir de hoy, seré tú maldita pesadilla hijo de perra, ya olvídate que tuviste un mejor amigo, un cómplice en todo, decidiste acabarlo matando a mi hija, maldito—Elevó su mano golpeando repetitivamente parte del cuerpo quedando adornado las paredes de gritos adoloridos.

Las lágrimas del albino bajaron desesperadas por su cuerpo buscando fuerza del interior para conversar con el híbrid, lo conocía bastante bien a sabienda que le estaba doliendo en su alma golpearlo de aquella manera, sabía que no estaba disfrutando de la loca idea que tenía en mente y arruinaría su vida de manera estúpida.

Nuestro Pequeño Universo | [Willgan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora