007. Little girl.

780 105 146
                                    

Día 6.

Sadie.

Me enderece en mi asiento viendo a mi mamá hablar por teléfono con mi doctor, mi papá estaba a su lado caminado de un lado a otro escuchando la conversación. No se que pasaba, y sinceramente tampoco quería saberlo.

He pasado todos los días tomando mis medicinas, incluso hice mis ejercicios de respiración que el doctor me mandó para que no me "aburriera". Ha sido difícil tener que ocultar todo a mi grupo de amigos, ellos saben que tengo el cancer, si. Pero supongo que tampoco saben toda la verdad.

— Claro, entiendo, doctor. Muchas gracias. —se despidió. Miró a mi papá y luego a mi.— ¿Recuerdas los controles te hicieron antes de venir? —asentí sin entender.— Tus resultados ya me los mandaron por correo.

— No entiendo, ¿por qué estás tan nerviosa?

Ella suspiró acercándose a mi.— Cariño, si tus resultados salen mal tenemos que volver de inmediato a nuestra ciudad.

Oh, no. Por favor no.

— Pero eso no asegura que estén mal, Sadie. —interrumpió mi papá.— La ultima vez que te hicieron los controles saliste bien, y con esa razón nos permitieron venir. Cariño, se que tu mamá y yo solemos ser un poco dramáticos con esto llegándote a asustar, pero te prometo que todo saldrá bien, ¿me crees?

Estiró su brazo hacia mi rostro, alzando su meñique.

— Yo.. no..

— Por favor, mi niña, toda saldrá bien. —acercó aún más su meñique a mi rostro.

— Solo revisemos ese correo ya.

No dude en tomar su mano, él me miró y sonrió, quería decirle que odiaba estos momentos que eran revisar mis papeles de controles, pero sabía que era importante no solo por ellos, sino también por mi salud claramente.

Mi mamá fue la primera en revisar el correo, se lo mostró a mi papá y este no tardo en leer todo, los dos no tenían ningún tipo de expresión en su rostro, eso llegó a asustarme aun más. Ambos me miraron y al momento de girar la computadora para mostrarme, el timbre sonó.

— ¿Voy? —ellos asintieron.

— Sadieeeeee.

— Millie.

— ¡soy yo!

— No es buen un momen..

— ¿puedo pasar? ¡mira lo que traje! —levantó su brazo mostrando una bolsa llena de papitas y caramelos.— Como dicen, "panza llena, corazón contento". Y también te traje las rosas que tanto te gustan, ya sabes.

— Eh.. Millie. —la tome del hombro.—Como dije no es un buen..

— ¡veremos películas! Tengo de terror, de comedia, de drama, y también romántico.. —levantó sus cejas dándome algunos codazos.— No se, ¡elige tú!

— Millie.

— Sadie.

— ¿te parece si vas a mi habitación a colocar las películas?

No podía decirle que no a ella.

— ¡claro!

— ..

— ¿que película?

— la que tú quieras.

— ¡bien! ¡no tardes! —besó mi mejilla, y corrió a mi cuarto.

Por así decirlo ella varias veces ya había venido a mi departamento a ver películas, hablar de la vida, jugar al play, y pequeños casos venía a besarme. Me gustaba eso de ella, siempre atrevida y directa.

— ¿quien era? —preguntó mi papá.

— Millie.

— ¿de nuevo?

— Si.

— Oh, Sadie, cariño, ¿puedes ir a comprar comida para esta noche? O no tendremos nada que cenar. —me preguntó mamá pellizcándome la mejilla.

— Si, si, y no hagas eso de nuevo.

Narrador

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narrador.

— Si Sadie odia las películas de terror eso sería un pretexto para abrazarme, ¡bien! Película de terror será. —habló en voz baja la castaña.

Lori indecisa si entrar o no a la habitación de su hija, donde se encontraba su "amiga". Aunque al fin y al cabo su madre ya sabía que estás se traían algo, lo cual no es ningún problema, o bueno, al menos para ella no. Pero para su padre..

— Millie, ¿podemos hablar?

La castaña volteó a ver a la señora con una cara confundida. Ella y Lori no habían intercambiado palabras más que solo "Buenas días, señora Sink" o "Adiós señora Sink".

— Claro, ¿pasa algo?

— Sadie se ira. —dijo ella firmemente.

Millie trago saliva decidiendo si protestar o no, pero al ver que Lori continuaba hablando, decidió callar.

— Cuídala. —prosiguió.— Su cuerpo es débil, ella es débil.

La castaña sintió sus ojos húmedos al ver cómo la madre de Sadie se refería a ella, alguien débil.

— Necesita hacerse algunos controles de emergencia, pero aún tienes tiempo para pasar con ella y hacerla feliz. —tomó las manos de Millie.— Estoy muy agradecida contigo, nunca la he visto más feliz que ahora, es como una niña pequeña aún, si, eso es. Ella jamás pudo disfrutar su infancia por culpa de esta horrible enfermedad, así que por favor, hazla reír, pellízcale sus mejillas porque aunque ella lo niegue, le encanta. Llévala a recorrer la ciudad y muéstrale los mejores lugares de aquí. No la dejes sola. Sadie odia sentirse sola, quiere siempre a alguien a su lado, porque tampoco esta satisfecha con que nosotros sus padres la acompañemos a todos lados. Así que, prométeme que cuidarás de mi pequeña niña.

La castaña asintió con sus lágrimas cayendo, se limitó a regalarle una sonrisa mientras limpiaba su rostro.

— Lo prometo señora Sink.

Cuando las horas pasaron y Millie debía volver a su casa, alcanzó a pellizcarle las rojizas mejillas de Sadie sacándole linda sonrisa.

✿𝐒𝐡𝐞'𝐬 𝐚 𝐥𝐚𝐝𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora