010. The end.

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Maratón 1/2

Día 10.

Millie.

7 malditas horas en el quirófano.

Y 7 malditas horas llenas de angustia, sentada viendo cómo los enfermeros salían y entraban en busca de más elementos.

— Millie...

— ¿hablaste con los padres de Sadie? —interrumpí, desviando la vista del suelo.

— Si... ellos van a avisarnos cualquier cosa.

Asentí y Gaten tomó asiento a un lado mío. Notaba las culpa en sus ojos, quería decirle que iba a estar bien, pero no era cierto.

Recordé el rostro de Sadie cuando nos juntamos por última vez, aún tengo la foto que me sacó ese día. Dios, lo guardo como si fuera la joya más preciada de ese mundo, y lo es, fue el día en que ella me dijo para ser su novia.

— Si ella no sobrevive-

— Lo hará.

— Pero si no lo hace... ¿todo termina?

Antes de poder contestarle un doctor por primera vez en 7 horas salió del quirófano. No podía saber qué clase de expresión estaba usando, son demasiados buenos ocultándolo.

— ¿Familiares de Sadie Sink?

Me enderecé en mi asiento viendo al doctor acercarse hacia los padres de Sadie.

Me levante con cuidado y me acerque a ellos.

— Lo sentimos mucho.

— No...

— Ella murió de un ataque al corazón. Sus ritmos cardiacos eran anormales por el exceso de medicamentos, cosa que puede llegar a ser grave en casos de operaciones. Lo sentimos mucho, señor y señora Sink.

Debe ser un estupida broma.

Si, eso es, una jodida broma de mal gusto.

Ella no puede estar muerta, ¡no puede!

Los dejaremos un momento a solas.

— Tranquila, Millie. —sentí el cuerpo de Finn abrazarme junto con Caleb y Gaten.

"Tranquila, Millie" ¡¿Era una puta broma?!

SADIES ESTÁ JODIDAMENTE MUERTA.

— S-sadie... —susurré.

No podía ni siquiera llorar. Solo me quede ahí, sintiéndome como la humana más inútil de la vida.

Narrador

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Narrador.

— ¡A un lado! —el doctor colocó las paletas una vez más en el pecho de la pelirroja.— Sube dos más.

— ¿estás seguro? Es muy fuerte.

— ¡¿estás en condiciones para pregúntame?!

La enfermera hizo caso.

Sadie sintió la descarga por cuarta vez. Cosa que funcionó, ya que abrió sus ojos tomando un gran bocado de aire. Ella miraba para todos lados desesperada, buscando una respuesta a lo que acababa de pasar.

El doctor suspiró aliviado.— Sadie, no sabes cuánto me alegro que hayas despertado. Eres fuerte, ¿sabes?

— ¿D-donde estoy? ¿Donde está Millie?

— ¿Millie?

— ¿q-que pasó?

— Estuvimos 10 minutos intentado regresarte. —revisó su expediente médico.— tendré que bajarte la dosis de tus medicamentos, por la dudas, para que esto no vuelva a pasar.

— ¡¿Donde está Millie?!

— ¿quien es Millie?

— Mi n-novia. Lo último que recuerdo fue estar en un baño, ella me agarró y luego los médicos me pusieron en una camilla, fue... lo último que recordé antes de despertar aquí. Sentí como si fuera a ¿morir?

— ¿Ah? —la miró confuso y comenzó a anotar algunas cosas en su cuadernillo.— Dime más.

— Yo desperté de aquí, mis padres querían unas vacaciones y fuimos a Seattle, estuvimos ahí como casi un mes, pero recuerdo perfectamente que a los 10 días le pedí ser mi novia a Millie.

— Wow, eres rápida.

— L-luego usted llamó a mis padres diciéndole que debía volver lo más pronto posible por unos estudios que estaban mal.

— Oh bueno señorita Sink, déjeme decirle ni usted ni sus padres se movieron de este hospital.

— No entiendo... ¿entonces Millie?

— Tal vez sea una alucinación la que tuviste. Normalmente cualquier paciente normal soñaría con vaquitas en un campo, o viajando a Disney.

Millie.

Pero tu soñaste con una vida que quieres, prácticamente en 10 minutos en el que estuviste inconsciente. —miró su reloj.— Es confuso entiendo, pero tranquila, solo es la alucinación del momento. Las enfermeras van a estabilizarte. Llámame cualquier cosa.

Se retiró.

No puede ser cierto, todo lo que había pasado con Millie y sus amigos no fue... ¿real?

¿Qué es lo que estaba pasando? ¿Los diez días qué pasó románticamente junto a Millie solo fueron 10 minutos de ilusión que su cabeza hacía por estar inconsciente?

Era una jodida broma.

Sadie recordaba perfectamente el sabor de sus labios, los cálidos abrazos que siempre le daba y el dulce tono de voz que le brindaba cuando decía que era lo mejor que le había pasado.

Una puta alucinación.

✿𝐒𝐡𝐞'𝐬 𝐚 𝐥𝐚𝐝𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora