Cap 10: Claustrofobia.

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    -Emma, ¿te ha pasado algo?-Me pregunta preocupado.

Sus brazos se aferran a mi cintura como si no quisiera soltarme.

    -No.-Digo lo más tranquila que puedo.-Es que me pareció que había visto a una persona en la ventana, nada más. Me asusté.

    -No hay nadie. Tranquila.

    -Lo sé. Por eso es una estupidez.-Suspiro y apoyo la frente en su pecho.

Tras unos segundos de silencio, me doy cuenta de lo que estoy haciendo y me separo incómodamente.

    -Gracias, Noah. ¿Te apetece comer algo?

Sonríe irónicamente.

    -Ya he quedado.

    -Oh. Vale.-Me encojo de hombros y me dispongo a irme, pero Noah me agarra la muñeca.

    -¿Te apetece venir? Son unos compañeros del instituto. Buena compañía.-Se encoje de hombros.

Enarco una ceja.

    -¿Tan buena compañía como tú?-Digo irónica.-Bueno, vale. Pero solo porque no tengo nada que hacer.

En realidad, me da miedo quedarme sola en casa, pero obviamente no se lo transmito. Tan solo hago como si no fuese nada importante salir o no.

    -Voy a cambiarme.-Añado.

Asiente, y subo a mi habitación. Cierro la puerta y me paso las manos por la cara, que sigue húmeda. Me la froto con fuerza, intentando borrar el recuerdo de Alex, y casi lo consigo. Casi.

Me pongo un pantalón de tiro alto, una camiseta corta ajustada blanca, una chaqueta de punto larga y ancha color crema y unas sandalias.

Me retiro el pelo en una coleta a media altura y me echo rimel y pintalabios rojo para que no se me noten los ojos hinchados.

Bajo las escaleras y veo a Noah mirando la televisión, con sus bonitos ojos fijos en la pantalla. Me muerdo el labio al ver que se aparta un mechón rebelde de la cara.

Agito la cabeza. ¿Qué te ha pasado, Emma?

    -Ya estoy.-Le digo.

Levanta la vista y me mira de arriba abajo. Apaga la televisión, se incorpora y camina hacia mi hasta quedarse delante de mi.

    -Estás muy guapa.-Me dice.

Me coje un mechón de pelo que se me soltó de la coleta y me lo engancha detrás de la oreja. Sonríe y se aparta.

    -¿Vamos?-Pregunta con las cejas enarcadas.

    -Claro.-Respondo intentando parecer indiferente, pero trago saliva.

Suspiro y camino detrás de Noah hacia la salida.

Caminamos en silencio hacia un parque que hay cerca de casa.

    -¿Qué tal con ese Alex?-Pregunta de repente.

Doy un respingo y me encojo de hombros.

    -Nada. Casi no hablamos ya.-Miento.

Se queda pensativo unos segundos.

    -¿Y por qué llorabas antes?-Pregunta.

    -Ya te lo dije. Pensé que alguien quería entrar en casa.

    -¿Estás segura? Creo que debería dormir contigo todos los días.-Dice en tono juguetón.

Suelto una risa amarga.

Invadiendo mi espacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora