Cap 11: Pasteles y camisetas blancas.

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-¿Se puede saber qué hace pegando a un alumno?-La directora me suelta el brazo con fiereza.-Levántese.

Miro hacia Shane. Se está frotando la mandíbula con expresión de dolor, y le sonrío maliciosamente. Me incorporo y me giro hacia la mujer.

-Él intentó violarme hace tres días.-Me excuso.

Algunos se ríen, otros tosen, otros se asustan. La directora se mantiene neutra.

-¿Por qué será que no la creo? A mi despacho. Ahora.-Se gira hacia un alumno.-Usted, acompañe al chico a la enfermería.

-Pego fuerte, ¿eh?-Dejo escapar con orgullo, pero cuando la directora me lanza una mirada asesina, borro mi sonrisa.

Comienza a caminar hacia el pasillo, y la sigo unos pasos por detrás.

Mi estómago se revuelve cuando me cruzo con Noah por el pasillo, que me mira con el ceño fruncido.

-Shane.-Murmuro.

Él abre los ojos como platos y camina en dirección contraria. Frunzo el ceño, pero no hago ningún comentario al respecto.

***

-¿Expulsada?-Exclamo.

-Solo una semana. Pero si vuelve a cometer otra infracción, le aseguro que no volverá por aquí.

La mujer me mira desde el otro lado del escritorio, apoyada sobre sus codos en este.

Resoplo y asiento.

Me incorporo y salgo al pasillo, cerrando de un portazo. Al otro lado se encuentra Noah, sentado en un banco y mirando al suelo.

-¿Qué haces aquí?-Pregunto.

Levanta la vista y, cuando me ve, sonríe.

-Supongo que te han expulsado una semana.-Dice sonriente.

Abro los ojos como platos.

-¿Has estado escuchando?

-No. Pero yo también lo estoy; el subdirector, que es un exagerado.-Pone los ojos en blanco.

-¿Qué demonios has hecho, Noah?-Me muerdo el labio y comienzo a mover el pie de forma nerviosa.

-Nada. Bueno, nada importante. Tal vez haya aflojado un par de tornillos de la camilla en la que estaba Shane. Se ha caído.-Suelta una risa.-Lo he grabado. Ha sido...

-Noah.-Lo corto.-¿Por qué lo has hecho?

-Ese capullo intentó violarte, Emma.-Su expresión se vuelve seria, y aprieta los puños con enfado.

-Ya lo mandé por segunda vez a la enfermería. No tendrías que haber hecho nada.-Me paso las manos por el pelo, echándolo hacia atrás, nerviosa.

-Se lo merecía.-Se incorpora y se acerca a mi.-Y mucho.

-Noah, hace unos años tú también me hiciste sufrir.-Noto como el calor sube a mis mejillas.-Y ayer hiciste lo mismo.-Retrocedo un paso.

-Yo... era un idiota. Fui un idiota. Ayer yo no lo planeé. Fui el primero en intentar sacarte, créeme, Emma.-Su expresión de dolor indica que no miente.

Tomo aire.

-Vale. Vámonos a casa. Aquí no nos quieren.

Soltamos una risa y caminamos hacia la salida.

-¿Por qué ahora te importa lo que me pase?-Pregunto de repente.

Me mira sorprendido. No se lo esperaba.

Invadiendo mi espacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora