Oh, vamos. Ya no puedo estar delirando... ¿verdad?
Suspiro y apago el móvil.
-Emma, gracias, de verdad.-El chico me da un beso en la frente y se aleja con una sonrisa algo triste.
-Odio que la gente haga esto.-Le digo a Noah y suspiro.-Cada uno debería ser libre.
-Lo sé. Todo es una mierda.
Frunce el ceño.
-¿Qué pasa?-Le pregunto. Doy un paso hacia él y engancho nuestros brazos.
-Estás pálida.
-Yo... deberé de estar pillando un resfriado.-Chasqueo la lengua. No voy a decirle que es por culpa del mensaje de Alex.-Vámonos a casa.
-Yo quiero llevarte a un sitio.
Frunzo el ceño. ¿Noah siendo aún más amable? Cada vez esto tiene menos sentido. Sin embargo, necesito desconectar un rato de la realidad, por lo que le miro sonriente y asiento con la cabeza. Un rato por ahí no le viene mal a nadie.
...
Tras todo el día en el parque de atracciones, Noah me dice que aún le queda una cosa por hacer. Le pregunto el qué, pero no me responde.
Entramos en casa en silencio, para no despertar a mis padres. Le hago una seña a Noah de que haga menos ruido cuando sube las escaleras de dos en dos, pero solo me sonríe.
-Tus padres se han ido a una cena. Mira lo que compré el otro día.-Abre el armario del pasillo y saca una botella de vozka, otra de ginebra, y finalmente otra de ron.-La última cosa que tenemos que hacer es una ronda de chupitos. O varias rondas. A ver quién aguanta más.
Le miro como si no diese crédito a lo que estoy viendo. No sé si es la mejor o la peor idea del mundo.
-Mis padres me matarán si se enteran.-Digo finalmente.
-Duermen en un hotel. Les regalé una cena y una noche en el mejor de la ciudad.-Enarca las cejas y baja las escaleras rápidamente, tanto que me cuesta seguirle.
-Está bien, está bien. Tú ganas. Rondas de chupitos.
Aplaudo dos segundos y entro en la cocina. Noah deja las botellas encima de la encimera y yo saco varios vasos pequeños. Noah llena dos de ellos de vodka.
-¡Espera! Tengo que arreglarme para beber.-Me quito las botas, deshago mi trenza y me quito el jersey, quedándome con una camiseta de tirantes negra.-Lista.
Noah sonríe y me tiende un vaso. Contamos hasta tres y nos bebemos el líquido de golpe. Toso un par de veces cuando noto como mi garganta arde, pero sonrío y me lleno otro vaso.
Mientras que los minutos pasan, noto como mis mejillas se vuelven rojas y mi sonrisa no se borra de mi cara. Suelto risas dispersas entre copa y copa, al igual que Noah.
Espera, ¿está sin camiseta?
Una hora después, dos de las botellas están vacías.
Noah se acerca a mi sonriendo. Pasa su mano por mi mejilla, y la noto fría al contacto con mi piel ardiendo. Me agarra suavemente la cara. Doy un respingo cuando su otra mano se posa en mi cintura.
Mis manos rodean su cuello inconscientemente.
Y no, no me besa.
Nos besamos.
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Invadiendo mi espacio
RomanceComo lo ven mis padres: amable, divertido, inteligente. Como lo veo yo: estúpido, idiota, asqueroso. Y encima lo meten en casa. Tan solo a mis padres se les ocurre dejar al chico más imbécil (y guapo, todo hay que decirlo) del mundo vivir con nosotr...