Cap 5: Dulces venganzas y camisetas de piñas.

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Me despierto en cuanto oigo como Noah maldice por lo bajo. Abro los ojos y me lo encuentro mirando mi móvil, enfurecido.

    -¿Que demonios haces?-Le pregunto.

Me incorporo y se lo arrebato de las manos. Veo que ha estado mirando mis conversaciones con Alex.

    -¿Como te atreves a cogerme el móvil?-Frunzo el ceño hacia él, que está sentado a mi lado con las sábanas hasta la mitad del torso.

Me sonrojo cuando me doy cuenta de que lo tengo al lado, conmigo, en mi cama.

    -No paraba de sonar. ¿Quién es ese Alex?-Responde en tono neutro.

    -No te importa.

Miro el móvil y me doy cuenta de que tengo nuevos mensajes de Alex.

Estoy deseando verte.

Eres guapísima.

Quedemos ya.

Le respondo, y le digo que me deje en paz.

    -¿Lo conoces?-Noah me arrebata el móvil y vuelve a mirar la conversación.-Por lo que parece no. ¿Como tiene tu número?

    -No lo sé, de repente me empezó a mandar mensajes.-Me muerdo el labio inferior y suelto un suspiro.-Que más da. Olvídalo y punto.

Aparto las sábanas y me levanto. Me estiro, haciendo que la camiseta se levante ligeramente. Noah aprovecha y me agarra del culo.

Me giro y le doy una bofetada en la mano. Él suelta una risa y yo me voy indignada.

    -¡Prepárame el desayuno!-Me grita cuando estoy bajando las escaleras.

Sonrío maliciosamente.

Esto va a ser divertido.

Me dirijo a la cocina y saco un tazón de un armario.  Cojo un bote de leche caducada y la sirvo en el tazón junto con algunos cereales.

    -¡Noah! ¡Ya lo tienes listo!-Le grito, sin poder evitar dibujar una sonrisa.

Escucho pasos que se acercan a la cocina, y cinco segundos después, Noah está cogiendo su desayuno. Me muerdo el labio cuando se lleva la primera cucharada a la boca.

    -¿Que miras?-Pregunta tras comérsela.

    -Nada.-Respondo al instante.-Voy a ver la tele.

Me dirijo al salón y me tiro en el sofá. Un par de minutos más tarde, puedo oir como Noah hace un ruido raro y sale disparado hacia el baño.

Sonrío ampliamente. Dulce venganza.

    -¡EMMA!

Me levanto y camino hacia el baño. Abro la puerta y me encuentro con Noah tirado en el suelo, retorciéndose y agarrándose el estómago.

    -¿Si, Noah?-Pregunto tranquilamente.

    -Vete a comprar manzanilla.-Me manda.

    -Como quieras.-Me encojo de hombros y voy a mi habitación.

Me pongo un short de tiro alto vaquero y una camiseta de tirantes corta negra con dibujos de piñas. Me calzo unos tacones, me hago una coleta alta y me pongo un poco de gloss.

Cojo mi bolso y salgo de casa. Camino un par de manzanas hasta llegar a la farmacia más cercana, en donde compro la manzanilla.

Salgo de allí y me sorprende que esté anocheciendo. Miro el reloj y me sorprende ver que son las seis y media de la tarde.

    -¿Pero a que hora nos hemos levantado?-Frunzo el ceño y niego con la cabeza.

Empiezo a caminar hacia casa. Un escalofrío me recorre cuando veo que soy la única que se encuentra en la calle, e instintivamente me doy la vuelta para ver si alguien me está siguiendo.

No seas tonta.

Ignoro el pensamiento y continúo caminando hacia casa. Me doy cuenta de que cada vez camino más rápido, hasta acabar corriendo. Cuando llego a mi casa, cierro la puerta y me apoyo contra ella de espaldas. Deslizo mi cuerpo hacia abajo, hasta acabar sentada, y cierro los ojos. Un sudor frío se desliza por mi frente.

    -Emma.-Levanto la mirada cuando veo que Noah me mira desde las escaleras.-¿Estás bien?

    -Si.-Me levanto y camino hacia él.-Toma, tu manzanilla.

La coge y me mira preocupado.

    -¿Seguro que estás bien?

    -Te digo que estoy perfecta.-Le respondo cortante.-Voy a prepararme algo de comer.

Voy a la cocina con Noah detrás de mi. Pone su manzanilla en el microondas y yo me preparo una ensalada.

Miro mi móvil y veo que tengo un mensaje de Alex:

Te queda genial la camiseta de piñas.

Invadiendo mi espacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora