Oigo mi nombre a lo lejos. Una voz femenina, que me suena, me llama prácticamente a gritos, o eso es lo que me parece.
Lucho por abrir mis ojos, pero estos permanecen cerrados durante un tiempo; luego, sin ningún tipo de esfuerzo, los abro lentamente.
Jason, Noah, Caleb, Charlotte y Miranda se encuentran a mi alrededor, inclinados sobre mi, preocupados.
Me incorporo y noto que estoy en mi cama. Los ojos me escuecen, probablemente por el maquillaje.
—¿Que ha pasado?—Pregunto frunciendo el ceño.
—¿Te acuerdas de algo de lo que pasó con Shane?—Me cuestiona rápidamente Miranda.
Intento hacer memoria, pero lo último que recuerdo es un vaso de cerveza que me entregó un chico desconocido.
—¿Me han drogado o algo así?
—Exactamente. Lo hizo Shane.—Responde Caleb, apretando la mandíbula. Veo que tiene un moratón en el ojo.
—¿Que te ha pasado?—Extiendo mi mano hacia su cara.
—¿De verdad pensabas que iba a dejar que ese cabrón se fuese de rositas?—Suelto un suspiro y niego con la cabeza.—Pero tranquila, él quedó peor que yo. Creo que está en el hospital.
—Y bien merecido que lo tiene.—Corrobora Noah.
Lo miro. Su pelo está ligeramente despeinado, y sus ojos buscan los míos con intensidad sin saber muy bien por qué.
Frunce el ceño hacia mi, y me percato de que debo de estar mirándole demasiado. Aparto la mirada rápidamente.
Miro a Jason, que no ha pronunciado una palabra en todo este tiempo. Tiene la mirada clavada en mis sábanas, y no las aparta hasta que pronuncio su nombre. Levanta la vista y me mira.
—No quiero que vuelvas a aceptar una bebida, comida, o cualquier cosa de un desconocido, ¿me has entendido?
Asiento con la cabeza ligeramente.
—¿Sabes que hubiera pasado si no hubiese llegado a tiempo?—Continúa.—¿¡Lo sabes!?—Eleva su tono de voz.
—Pero llegaste. Es lo único que importa. Que llegaste, y ya todo está bien.—Me acerco a él y le acaricio la mejilla.
—De acuerdo. Te quiero. Muchísimo.
—Y yo a ti, Jason.—Le sonrío.
—Yo cuidaré de ella.—Interviene Noah.—Podeis iros a casa.
Enarco una ceja.
—¿Tú? ¿Cuidar de mi? Ni siquiera sabrías cuidar de un cactus. Además, no necesito ayuda.—Me cruzo de brazos.
—Yo me quedaría más tranquilo si supiera que él está pendiente.—Interviene Jason.—Ojalá pudiera quedarme yo, pero tengo que irme a casa. Mañana mis padres trabajan pronto y tengo que quedarme cuidando a mi hermana.
—No pasa nada, estoy bien.—Intervengo.
—Yo la vigilaré.—Le dice Noah a Jason, como si yo no existiera.
—No necesito que me vigilen.—Digo con el ceño fruncido.
—Gracias, Noah.—Me ingora Jason.
—¿Hola? ¡Estoy hablando!—Muevo mis manos delante de sus caras.
Se giran hacia mi y me miran con el ceño fruncido. Luego, siguen hablando.
—Que amables.—Murmuro entre dientes.
Un minuto después, los chicos se despiden de mi y se marchan.
Me incorporo y me dirijo al baño.
—Voy a cambiarme.—Le anuncio a Noah, que ha decidido quedarse en mi cuarto conmigo.
—Podrías cambiarte aquí, por mi no hay problema.—Oigo la voz de Noah a través de la puerta, y sé que está sonriendo.
—No, gracias. Deberás aguantarte.—Sonrío para mi misma.
Me despojo del vestido y me coloco mi camiseta de pijama. Me desmaquillo y miro mi móvil. Veo que tengo mensajes de tres conversaciones.
Papá, 23:12: Pásalo bien, cariño, ten cuidado!!
Yo, 00:37: Ya he llegado a casa. Dormid bien! Os quiero!
~~~~~~~~~
Jason, 23:21: ¿Donde estás? No te veo por ninguna parte.
Jason, 23:27:Emma, responde, por favor.
Jason, 23:39:¡Emma!
~~~~~~~~~
Alex, 23:56:Estabas preciosa en la fiesta.
Me pongo tensa.
Yo, 00:40:¿Quién demonios eres? Déjame en paz o llamaré a la policía.
Alex, 00:41: Soy Alex, cielo.
Yo, 00:41: Es lo único que se de ti. ¿Que es lo que quieres?
Alex, 00:42: Verte.
Apago el móvil y salgo del baño. Me paso una mano por el pelo e intento calmarme. Respiro hondo un par de veces y entro en la habitación, en donde Noah se encuentra. Lleva un pantalón de pijama y una camiseta negra.
—¡Hora de dormir!—Anuncia.
Se levanta y se mete dentro de mi cama.
—Eh, eh, eh, fuera de ahí. Tienes cuarto propio.—Le recuerdo.
—Jason me dijo que hoy cuidara de ti. No pienso moverme.—Agarra las sábanas y se cubre con ellas hasta la frente.
—Noah, no es broma. Vete, en serio.—Empiezo a dar golpecitos con el pie en el suelo.
—Yo tampoco lo estoy. Ven aquí o te arrastro yo.
Suspiro y me acerco a la cama. Me meto bajo las sábanas y me separo de Noah. Estiro el brazo y apago la luz.
—Buenas noches.—Dice Noah, en tono cantarín y alegre.
—Buenas noches.—Respondo en tono borde, soltando una especie de gruñido.
Perdón por no actualizar antes, es que estoy pasando una mala racha. Tengo una serie de problemas personales y casi no puedo pensar en escribir, lo siento. Aún así, intentaré subir pronto. Besos!
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Invadiendo mi espacio
RomanceComo lo ven mis padres: amable, divertido, inteligente. Como lo veo yo: estúpido, idiota, asqueroso. Y encima lo meten en casa. Tan solo a mis padres se les ocurre dejar al chico más imbécil (y guapo, todo hay que decirlo) del mundo vivir con nosotr...