· Cadenas rojas · | MadaHashi/HashiMada

IV

- Me niego a seguir tu plan
- ¡¿Por qué?!
- ¡Porque sí! Izuna entiende que no lo voy a obligar
- Pero sí tú me-
- Sé lo que dije, pero no quiero obligarlo a que se enamore de mí, lo voy a hacer lentamente y que todo sea natural, que sea espontáneo

Izuna frunció el ceño, suspiró algo decepcionado y golpeó suavemente a Madara
- Como digas hermanito, aún así mi plan siempre estará disponible, por sí fracasas
- Gracias por los ánimos
- Tobirama me espera, adiós

Izuna se fue, Madara pensaba en la charla con Hashirama sobre Mito, tal vez ella era una persona que le hacía daño a Hashirama.
- ¿Habrá algún día en donde tú también vas a sentir lo que yo al mirarnos? Hashirama...

Unas cuantas lágrimas casi invisibles recorrían las mejillas de Madara, el sentimiento que lo llenaba era inexplicable, sentía preocupación por lo que aquella chica de rojo cabello le causaba a su amigo, pero al mismo tiempo sentía felicidad, por fin aclabaraba sus sentimientos hacia el niño de cabellera café y ojos alegres.
- No voy a obligar a Hashirama a que se enamore de mí, voy a tratar de que vea lo que siento por el

Y su plan consistía en: no hacer nada , sí de verdad esperaba enamorar a Hashirama, quería que todo fuera especial y el plazo de tiempo era muy extenso, antes de que acabara su estancia en el colegio, Madara tendría que declararse a Hashirama, aunque él no le correspondiera.
- Tengo dos años y cinco meses para conseguir el valor y declararme...

Frente a un extenso cielo, Madara declaró su meta para antes de que saliera del colegio.

Pasaron los días, semanas y meses, Madara seguía acompañando a Hashirama en su vida, sus sentimientos por el aumentaban, al igual que los de Hashirama; el estar compartiendo momentos fantásticos lo hacían sentir bien, causando que el amor fuera mutuo entre esos niños, “Un amor de niños, el amor de juventud, su primer amor...”

Los años transcurridos fueron felices, después de haber convivido durante mucho, los meses en el colegio estaban contados. Madara seguía sin poder mencionarle sus sentimientos a Hashirama, debía decidir sí de verdad lo haría
- Tengo que hacerlo, tengo que lograrlo ¡Puedo hacerlo! ¡La haré hoy por la tarde!
- ¿Hacer qué? ¿Qué vas a hacer hoy Madara?
- ¡¿Eh?!... ¡Hashirama!
- ¡Madara!

Hashirama había sorprendido a Madara, el se avergonzó tanto que su rostro pálido cambió a un rojizo
- Madara ¿Estás bien?
- Sí, claro... Yo estoy bien
- ¿Seguro? Por qué siempre que te sorprendo así te pones nervioso
- Bueno... Eso es por qué-
- Ahora que lo pienso bien... Tu siempre estás nervioso cuando hablamos ¿Por qué?
- Eh... Porque-
- De nuevo estás nervioso...

Hashirama se acercó a Madara, lo observaba con cuidado, como siempre
- ¡Dejá de acercarte así!
- ¡Lo siento Madara!
- ¡Ya no te disculpes!
- ¡Lo siento!
- ¡Hashirama!
- ¿Ya podemos dejar de gritar?
- Sí, creo que ya
- Mito llegó, ¿Puedo esconderme en tu clóset?
- Sí, pero ¿Por qué siempre te escondes ahí?
- No lo sé... ¿Me gustará estar en el clóset?
- ¿Que dijiste?
- Que me gusta el olor de tu ropa

Se quedaron en silencio por unos segundos, mirándose, después comenzaron a reír.
- Como sea, más tarde búscame detrás del salón de lectura
- Pero Mito-
- Hazlo, te voy a esperar ahí
- ¿Pero que hago? Sí Mito me ve, va a querer llevarme con ella
- 20 minutos, vas a estar ahí en 20 minutos
- Por mí está bien

Madara se fue, tranquilamente caminaba por los pasillos del colegio, saliendo de ahí, fue corriendo y gritando de felicidad, en su caminata chocó con Tobirama e Izuna
- ¿Ahora que tienes Uchiha?
- Tú, estúpido Senju
- Tu enamorado también es Senju
- Si, pero el es lindo y no se mete en peleas nada más por qué sí
- Tobirama podrías dejar discutir con mi hermano ¿Lo harías por mí?
- No te metas en esto Izuna, es una discusión de mayores
- ¡No le hables así a mi hermanito!
- ¡¿Podrían dejar de tratarme como si fuera un bebé?!
- Izuna no grites, no es saludable para ti
- ¡Tobirama!
- ¿Sí?
- Como sea... Madara, dinos por qué estás feliz hoy
- Mis amigos, ¡Hoy me voy a declarar!