· Cadenas rojas · | MadaHashi/HashiMada

XXV

El hermoso clima del jueves era magnífico. Lluvia.

Hashirama habia aceptado ir cómo el padre de Obito, acordando que la reunión sería en el aula, pues los alumnos tendrían tiempo libre. Madara no volvió a protestar ante la idea de su hijo, confiaba en que no pasaría nada malo. O eso pensaba.

— No quiero que me interrumpan mientras hablo con sus padres ¿De acuerdo?
— ¿Va a tratar de asuntos académicos? Sí es así, no quiero estar presente, mi mamá me va a matar si sabe lo que he hecho
— Deidara, hablaré sobre lo que pasó ayer, lo academico será después, quiero que sus padres hablen con ustedes sobre la responsabilidad que es tener una pareja
— ¿Estaremos presentes?
— Eso sería lo más adecuado, Obito ¿Hashirama ya viene?
— Dijo que no tardaba en llegar
— De acuerdo... Ahora ustedes dos, salgan, tengo que hablar con la mamá de su compañera

La puerta les fue cerrada en la cara a los jóvenes y, sin darle importancia, se fueron a esperar a que el nuevo padre de Obito llegara.
— ¿Por qué va a llegar media hora antes?
— Madara no confía en que Hashirama se haga pasar por mi papá, sobre todo sí hay alguien ajeno a nosotros
— Pero es Hashirama, son amigos desde hace años
— Por eso mismo, porque es Hashirama
— Que complicado es ser hijo de tu propio profesor, no puedes hacer nada malo porque lo sabrá de inmediato
— Voy a conocer a tu mamá de la peor forma... ¡Va a pensar que soy alguien problemático!
— No, sabe que eres alguien muy dulce, le estuve hablando de ti, también por eso viene ella, quiere conocerte... Y quiere visitar a Konan, pero eso es aparte
— ¡Cierto! Le dije a Konan que iríamos con ella porque tiene algo para nosotros — Obito jaló a Deidara y, antes de decir cualquier otra cosa, volvió a repasar lo que el rubio dijo— ¡¿Le hablaste sobre mí?!

Deidara río un poco, siguiendo con el camino predeterminado.
Dentro del salón, mientras sus alumnos disfrutaban del receso, Madara se encontraba hablando con la tutora de una de sus más brillantes estudiantes: Kaede Miya
— Cómo le dije, la señorita Miya puede tener muchos más beneficios si toma ese curso fuera del país
— Estoy de acuerdo con eso, mi hija ha tratado de dar lo mejor que puede en la escuela, con todo respeto, ella admira mucho a su familia, señor Uchiha

— Muchas gracias señora, entonces ¿Acepta el intercambio? Inglaterra sería un perfecto entorno
— De verdad es una gran oportunidad, pero el curso está dentro de las actividades escolares ¿No será difícil que Kaede se integre nuevamente? Digo, sé que en Inglaterra es muy complicado que las grandes escuelas acepten a alumnos durante meses ajenos a las inscripciones
— Ese es otro beneficio, su hija podrá irse como alumna de intercambio, el colegio a dónde tomará el curso ya ha elegido a una alumna, todo está listo, sólo falta su aprobación
— ¡De verdad muchas gracias! Mi hija estará muy agradecida con ustedes, podría decirme el nombre de la jovencita que ocupará el lugar de mi hija
— No es lo más correcto, sin embargo, es... — Madara leyó nuevamente y con detenimiento la hoja que constataba el acuerdo — Que interesante elección tuvo el colegio
— ¿Disculpe?
— Fue una de mis tres alumnos especiales en Inglaterra, Nohara... Rin

El acuerdo se firmó, los papeles se movieron y la nueva estudiante estaba más que lista para llegar a Konoha.
Madara tenía una gran sorpresa para Obito y Deidara. Por otra parte, aún no tenía por qué preocuparse por eso, lo del momento era preparar a Hashi-idiota.

— Buenas tardes profesor, he escuchado que mi hijo se ha estado portando mal—  dijo el tonto Senju mientras entraba de forma “extravagante” al salón y se sentaba en el escritorio
— Por favor... No
— ¿Hay algo que yo pueda hacer? Usted se ve muy atractivo el día de hoy
— Senju, llegas tarde y aún así tienes el descaro de hablarme de esa manera ¡¿Podrías ser más serio?!
— Que linda corbata, me gusta el color negro
— Tú te ves igual de horrible
— ¡Madara! Sé amable por una vez, me cepille el cabello y no queda ningún nudo, me puse la corbata de forma correcta y tú... ¿¡Tú solo me dices que me veo horrible!?
— Senju, por favor, eso es algo básico, no hay nada de especial
— Tengo el anillo que me regalaste...
— ¿Qué?