XXVII

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Una jovencita de cabello corto y castaño, ojos grandes llenos de brillo, uñas pintadas de color morado, se encontraba enfrente de aquel rubio, saludando a quién ahora era su novio.

Deidara no sabía exactamente quién era, de lo que sí estaba seguro es que Obito la conocía. El azabache se levantó enseguida, abrazando a Rin Nohara, ella por su parte, estando en los brazos del muchacho, le sonrió a Deidara, moviendo su mano en señal de saludo.
— ¡Rin! ¿Desde hace cuánto llegaste?
— Hoy en la mañana, pero mírate ¡En poco tiempo creciste mucho! Mi cabeza ni siquiera llega a tu hombro
— Son pocos centímetros, tal vez cuatro o menos

Su abrazo se extendió algunos segundos más, Deidara miraba para cualquier otro lado, se sentía incómodo e ignorado.
Quería irse, pero se vería muy descortés, además quería conocer la relación que tuvo con Obito.
Para no sentirse tan olvidado, se puso a pensar en sus tareas pendientes, obligaciones de su casa, proyectos extras, cómo ayudar a Yahiko con el regalo de Konan, ayudar a Konan con algunos diseños y cortes, estudiar... Eran tantas cosas en las que pensaba que ignoraba la conversación que ocurría delante de él, se quedó pensando mientras veía las nubes moverse lentamente, al igual que las hojas de los árboles, estaba tan concentrado en sus asuntos, que no se dió cuenta cuando Obito se había vuelto a sentar, ahora junto a Rin.
— ¿Aceptas? — preguntó Rin, tocando su mano — ¿Si nos escuchaste?
— ¿Hm? Lo siento, estaba pensando en cosas
— Decíamos que para conocernos mejor ¿Que te parece si salimos a comer? Sería después de clases
— ¿Salir los tres?
— Así es, puedo esperar a que terminen sus clases y vamos a algún lugar, ¡Quiero conocer todo lo que pueda!
— Eres muy amable por incluirme, pero no quiero

Deidara se puso de pie, sacudiendo el polvo, comenzó su camino, estando ya algo lejos, Obito lo detuvo tomándolo de la mochila.
— Acompáñanos, no le daremos todo el recorrido por Konoha, sólo vamos a comer
— Ya dije que no quiero ir, vayan ustedes
— ¿Por qué no? Sí es por el tiempo, te prometo que no tardaremos-
— ¡Sólo no quiero! Obito, ¿Es tan difícil entenderlo? ¡No quiero salir hoy con ustedes, no quiero ir con ella!
— ¿Tal vez mañana?
— ¡No! Ni hoy ni mañana y déjame irme, tengo que buscar al idiota de Yahiko

Obito soltó a Deidara, y él siguió su camino. Hablaría con él en clase.

Regresó con Rin, ella había visto el disgusto de Deidara, sin embargo no quería preguntar.
— ¿Él está bien?
— Sí, tenía un asunto, creo que le molestó que estuviera insistiendo
— Lo siento, puede que sea mi culpa
— No, él es así, tiene un carácter explosivo, solo dale tiempo
— ¿Cuál es su nombre? No le pude preguntar
— Deidara Kamiruzu
— Es muy bonito, Deidara de verdad es muy bonito, quiero conocerlo más
— Tal vez lo vea más tarde

Deidara había llegado al taller de Konan, por sorpresa, ella no estaba, todo se encontraba en perfecto orden, dándole a entender que en todo el día no había ido.
— Genial, no encuentro a Yahiko y tampoco a Konan, hm

El rubio pateó una mesa, tirando una caja que contenía hilos, cierres y botones
— ¡¿Es enserio?!

Dejó su mochila y se dispuso a guardar los materiales, tardó sies minutos en acomodarlos. Finalizando, para evitar que esa caja de cayera de nuevo, pateó la mesa de alado. Soltó una risita de satisfacción, pues no había movido nada.
— Sabía que no podía tener tan mala suerte en un mismo día

Se sentó sobre el banquito que tenía Konan, deseando que llegara pronto.
— Es raro verte aquí solo
— Cállate, hm, no es tu problema Sasori... ¿Sasori?

El mencionado entró al taller y se sentó frente a Deidara.
— ¿Sintieron mi ausencia?
— ¿Por qué no dijiste que ibas a venir? Ni siquiera dijiste cuando te fuiste
— No te emociones, me iré pronto, puede que hoy sea la última vez que vengo
— Eso dijiste hace dos años
— Ahora sí es enserio, vengo por los últimos registros que tenía, paso a despedirme de ustedes, mi abuela ya mejoró y puede ir conmigo
— Tus semanas de vacaciones acabaron al fin, tendremos que hablar por mensaje
— Estamos por empezar la universidad, será difícil mantener la comunicación, sobre todo por los diferentes horarios
— Bueno, te acompaño a-
— Konan no tarda en venir, la encontré en la biblioteca, me voy, nos vemos Deidara
— Siempre recuerda que yo fuí quién te hizo conocer tu habilidad para las marionetas
— Claro... Aunque romper cosas ajenas no es muy adecuado para descubrir habilidades

· Cadenas rojas · | MadaHashi/HashiMada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora