『Nuestra manera de afrontar las cosas es única e irritante, tanto que comienzo a dudar de mi sentir ¿Me estoy traicionando?』
Las horas transcurren tan lento y la vez tan rápido ¿Qué sentido tiene cuándo toda tu vida te has resignado a obtener algo mejor porque se perdió lo que creíste que era para ti eternamente o al menos hasta muerte? Ninguno, menos cuando nuevamente se experimenta esa sensación de volverlo a hacer estúpidamente.
Solamente implora que pueda mantenerse tranquilo, sin tener que exteriorizarse.
¿Control? No existe para si, intenta mantenerlo, pero por alguna razón que no desea averiguar, se le escapa de su boca.
Sentado sobre un sofá elegante en cuero negro, sosteniendo una copa servida de un fino vino, mientras tiene su codo sobre el recarga brazos, su pierna arrogantemente encima de la izquierda, mirando la nada –su ventana que le da una bella vista de la ciudad en la noche–.
Tras dar unos cuantos suaves tragos, deja la copa sobre la mesa redonda de noche que está a su lado. Decidido se levanta con su vestimenta de un traje rojo más una camisa negra al igual que sus zapatos de cuero y su corbata roja, toma su elegante abrigo negro que tenía colgado en el puchero de la sala. Baja el escalón que tiene en el pasillo al final –bajando, esta la puerta blanca– y se retira.
Abandona el apartamento a través del asesor, hasta llegar al piso № 0, del cual se trata del estacionamiento.
Con sus llaves toca el botón que quita el seguro del coche, abre la puerta e ingresa primero su pierna derecha, después la izquierda tras meter su cabeza agachándola.
Frente a él se encuentra mucha gente, en el salón elegante, bien iluminado, decorado entre joyas y flores con búcaros de adornos preciosos, tan delicados y suaves los trazos.
La multitud lo observa, sorprendidos con honra, se trataba del doctor Ryomen Sukuna. Algunos se arriman y lo saludan, a pesar de conocer como es su carácter, para su sorpresa está siendo cortés. Algo que jamás creían ver.
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Por otro lado, desde una cierta parte, observa un grupo social que rodea a alguien, no sabe a quien y es lo de menos, solo considera que sea alguien importante.
Sostiene un vaso de cristal servido de jugo, para aquellos que prefieren no beber.
—¿Seguro qué no quieres whisky o algo de alcohol? —Cuestiona un joven apuesto poseedor de traje negro en juego con un saco y corbata de mismo color, más su camisa azul bondi que hace diferencia atractiva.
—Seguro, gracias Gojo-san.
En esos cortos instantes que Satoru se había desocupado de atender a los demás invitados —quienes con demasiada confianza se acercan—, quiso aprovechar para tenerlo un poco más de compañía, sin embargo, alguien lo obliga a voltear y a abandonar esa idea tras un llamado, sintiendo como si abandonara un cachorro del que se acaba de encariñar desde hace tiempo.
—¿Nanamin?
—Itadori-kun, ¿Está bien qué estés aquí? Quiero decir, no te vez cómodo.
Nanami con su traje negro más una camisa amarilla a juego con una corbata de manchas amarillas sobre la base de negro, se encontraba preocupado. Aunque no lo pareciera.
—Creí que vendrías con Sukuna.
Ante aquellas palabras, el pelirosa no puede evitar sentirse en uno de los peores estados de ánimo.

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Dear Doctor
FanfictionItadori Yuuji, quien estudia sus últimos años de la carrera de Enfermería, es mandado a Okayama para ejercer sus servicios por su empeño, dándole la oportunidad y posibilidad de conocer a los doctores más famosos de Japón. A su vez, es el único que...