『¿Qué es exactamente amar? Una palabra corta con mucho significado, pero a veces el sonido suele ser vacío』
Las ansias de que sea el momento aumentan y disminuyen a la vez, pues ¿Qué es lo que podría ocurrir? Tantas posibilidades y tantas opciones que sólo se quedan en mente las menos decentes por no decir que sucias.
Sukuna no es una persona plena ni mucho menos inocente, lo cual, a decir verdad, a Yuuji le parece demasiado llamativo, la curiosidad le invade cuando imagina todo lo que su superior podría hacer, pero lo cierto es que debería esperar, para ver y creer.
No obstante, Yuuji tiene miedo en muchos aspectos, se siente inseguro de hacer todo esto cuando recuerda el porvenir, algo que todavía no está decretado, pero previsualizado.
Todo se bota al carajo cuando al abrir la puerta de su casa observa a Sukuna, su superior tan elegante y casual al mismo tiempo, que posiblemente lo mantendría hipnotizado a cualquiera. Internamente se emociona porque puede reclamarlo como suyo.
Sukuna esta recargado en su automóvil de brazos cruzados mirando directamente hacía el humilde chico que camina en dirección a él. La sensación que Yuuji experimenta es una que le desespera, pero no hay nada que pueda hacer para clamar a sus latidos del corazón que aumentan conforme se acerca a él.
Tan estresante y ridículo, no es un joven adolescente de secundaria como para sentir tal cosa (eso cree).
Sukuna lo sabe y disfruta torturarlo emocionalmente, le es divertido presenciar tantas expresiones por parte de Yuuji, los nervios, el sonrojo, el tartamudeo, lo inocente que se ve (en sentido de ser buena persona)... todo eso le hace querer corromperlo de una manera no tan drástica sino suave y feroz al mismo tiempo en un largo periodo, nada a la vez.
Entonces, Sukuna se posiciona correctamente y en el momento que Yuuji se ubica a un paso frente a él, coloca su dedo índice curvadamente debajo del mentón mientras su pulgar reposa en el mentón del chico; con lentitud se inclina a lamer su mejilla rozando lentamente la comisura de sus labios como si se tratase de una cobertura dulce sobresaliente en un bocadillo a punto de chorrearse y hacer un desastre, posteriormente, lo suelta para mirar su sonrojo. Su rostro estaba ligeramente caliente. Una vez admirando el como lo molesta divertidamente, lo suelta y le da una sonrisa bufa triunfante.
—Tenías una migaja ahí.
Sukuna intento defenderse, pero bien sabe que Yuuji no es un completo idiota, bueno, excepto que lo es con las indirectas más directas.
—Di que querías besarme, mañoso.
La respuesta de Yuuji fue inesperada, sin duda alguna jovial y ocurrente.
A Sukuna no le molesta en absoluto que lo insulte ni que le diga las cosas que suele ser, de hecho, lo encuentra muy entretenido como un halago. Todas esas palabras ofensivas sinceramente lo excitan ante la idea de que Yuuji lo mandaría al infierno de mil y un maneras mientras sacia sus deseos mas triviales, pero candentes.
Y, bueno, lo que Yuuji dijo no estaba en error, era cierto, pero ¿cómo iba a perderse todas esas respuestas y expresiones graciosas? No en su guardia.
—Se hace tarde, sube de una buena vez —comanda Sukuna. Abre la puerta para él y Yuuji entre pucheros entra.
Consecuentemente, Sukuna cierra la puerta para dirigirse a su lugar y conducir al sitio de su cita, la primera cita de ese par de tortolos cómico.
Saliendo del trabajo, que, por suerte, era menor a los otros días y como ambos sabían eso, claro que juntos planearían algo. No es posible que ninguno de los dos dijese «no puedo, tengo trabajo por hacer», sería un mal chiste porque están al tanto del otro queriendo o no.

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Dear Doctor
FanfictionItadori Yuuji, quien estudia sus últimos años de la carrera de Enfermería, es mandado a Okayama para ejercer sus servicios por su empeño, dándole la oportunidad y posibilidad de conocer a los doctores más famosos de Japón. A su vez, es el único que...