Bonus I

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——————— • Elisa • ———————

Cuando desperté de la muerte no me recibieron ángeles y arcángeles, ni me dieron un vestido bonito para llevarme con Hades o Dios o Alá o Buda. En realidad desperté días después de mi muerte en un viejo sillón que se sentía demasiado familiar. La vieja lona de Sunset Curve seguía colgada de la pared y Bobby estaba ahí recogiendo su guitarra. Lucía cansado y triste. Pensé que podría ser un sueño horrible lo que me había sucedido, sin embargo, al querer acercarme a mi amigo sus manos temblaban. Me asomé por su hombro y puse una mano en su espalda, con el contacto su piel se erizó. No podía verme, pero podía sentirme. Era lo único reconfortante.


—Entonces solo decidieron morir por unos estúpidos Hot-dogs, debieron hacerle caso a Elisa genios. —Me tomó algunos segundos comprender que le hablaba a los chicos. Le iba a agradecer y entonces siguió vomitando palabras al viento. —Y como sino fuera cero probable, la chica viene y se le ocurre cruzar la línea de los muertos el mismo día. Y no se ofendan si confieso que la extrañaré mas a ella.


—Oh Bobby, lo siento mucho. No quise dejarte, a ninguno de hecho. —Y aunque puedo jurar que no me escuchó ni una palabra, me respondió.


—Gracias Elisa... por todo. Supongo que ya no existirán esas llamadas llenas de locuras y consejos. Ni escaladas a las dos de la mañana a tu habitación para contarte sobre mis citas y dudas. Echaré de menos tus abrazos. —Bobby hablaba con gran pena en la voz, me había roto el corazón, que me llevó un rato entender que ya estaba muerto. —Gracias Luke, Reggie y Alex. En un universo paralelo Sunset Curve lo logró. Al menos quedan nuestras canciones.


Así acompañé a mi amigo un rato más y aunque no hablábamos y él de vez en cuando nos insultaba por morir la compañía se sintió bien. Se cansó o se desahogó finalmente y lo vi retirar su instrumento dejando todo menos la libreta de canciones donde todos escribían detrás de él. Una parte de mi se sintió aliviada al verlo dejar el de Luke. Bobby cerró la puerta y esa fue mi señal para seguir mi rumbo y finalmente afrontar la visita que quería hacer antes de morir, iría a ver a mi mamá.


Sus sollozos me destrozaron desde que la vi doblando unas viejas camisetas que al acercarme a ellas y rozar el suave algodón con mis dedos fantasmales reconocí como ropa que solía ser mía y otras de los chicos que habían dejado en su última estancia en la casa, días antes del concierto en el teatro. Una vieja camiseta de Reggie se encontraba sobre el cristal de la mesa y me hizo desear poder estar con ellos. Mamá se alejó y yo pasé el resto de la tarde intentado tomar algo de aquella ropa. Con mucho esfuerzo, me llevé al garage mis prendas favoritas.


¿Por qué yo era un fantasma? ¿Qué había sucedido con los chicos? ¿Dónde rayos estaban? Afrontar esto sola era más difícil que la tabla del siete. ¿A caso ellos no eran fantasmas? Pasé 25 años rondando por las calles yo sola. Aprendiendo trucos y conociendo fantasmas con más experiencia que yo, todos llegaban a la misma conclusión; los chicos sí habían cumplido todos sus propósitos. Yo sabía que eso no era cierto y por eso me preocupaba que se hubiesen quedado atorados en el limbo. Ese cuarto negro sin escape. Y yo no sabía cómo ayudarlos.


Sabía que podía ir a donde quisiera y aunque un fantasma francés sonara tentador mi muerto corazón seguía amando a Reginald. Yo sabía que era un poco patético esperar algún día encontrarlo, pero a eso me aferré, verlos algún día me mantenía a flote, en eso basé todas mis esperanzas.


De vez en cuando visitaba a mamá que no había soportado la perdida de su familia y decidió mudarse. No la culpé, en realidad, la entendí. Me dió gusto cuando conoció a alguien que la ayudó a salir de la tristeza en la que se había sumido. Pero yo no pude dejar mis calles y mi ciudad, no pude alejarme de todo lo que me recordaba a los chicos y aunque la ciudad cambió con el tiempo, nada me dolió más que cuando destruyeron mi vecindario, porque también destruyeron el ultimo recuerdo físico que me quedaba de Reg.


Young (Reggie Peters) (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora