Capítulo 10

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Drake no hizo mucho, odiaba deshacer las maletas. El prefería abrirla y coger lo primero que había aunque estuviera arrugado, yo en cambio solía durar toda una tarde para deshacer las maletas.

Mientras el dejaba su maleta en el primer armario y se iba, yo comenzaba a abrir la maleta y seguidamente a desabrochar las cuerdas de seguridad que suelen haber. Sólo de ver todo lo que tenía que deshacer me entraban ganas de hacer lo mismo que Drake. 

Me senté en la cama y resoplé, tenía un mal presentimiento de esto, siempre lo tenía, iba caminando por las calles con miedo, asustada y atenta a todas las esquinas, temía encontrarme con el pero después de su muerte ya no tube nada que temer, sabía que todo se acabaría y no era la única, me acuerdo de ese día, era un miércoles de abril aún refrescaba, yo estaba viendo la televisión tumbada en el sofá de mi apartamento cuando lo anunciaron.

- ¡Amber! - gritó Drake - tenemos otro problema, he escuchado que han desaparecido dos niños, llevan dos días desaparecidos y no no son los que has visto hace unos momento ya que según la descripción de los desaparecidos son pelirrojos y no pelinegros. ¿Quieres venir a interrogar a los huéspedes del hotel o te quedas en la habitación? - interrumpió Drake mis pensamientos, yo estaba agotada así que decidí lo que mejor me venía.

- Mejor me quedo en la habitación, ya si eso más tarde te busco y me uno al interrogaron.

- Vale, estaré en la comedor del hotel.

Se fue.

Puede que la mejor opción fuera haberlo acompañado, siendo sinceros eso no lo pensé hasta más tarde ya que me puse los auriculares con música y comencé a deshacer la maleta.

Soy un poco exagerada con el tema ropa, siendo sincera. En pleno junio ¿a quién se le ocurriría traer mitad maleta con ropa de invierno y la otra de verano? A mí, como no. Pienso que viene de familia ya que mi abuela es peor que yo. Pude ver en la maleta la sudadera que utilizaba de pequeña cuando venía al bosque con Drake en mitad invierno, pero ¿como ha vuelto hasta a mí? Si la tire hace cinco años, supuestamente estaría ya quemada y reciclada en una botella de plástico, olía a limpia, ¿ estaría recién lavada? La olí, el olor de rosa mosqueta impregnó mi nariz. No conocía a nadie que utilizará ese aroma para lavar ropa, mi madre utilizaba el de pétalos de jazmín, bueno todo el pueblo, solo se vendía ese suavizante de ese olor en la única tienda que había en todo el pueblo, esto sería una farsa, me froté los ojos para ver si era mentira y solo era fruto de mi imaginación pero nada la sudadera seguía ahí, ¿como rayos? La volví a oler, nada olía igual pero había algo... la olí unas diez veces y había algo un olor familiar, bueno familiar, lo había olido en otra parte, ¿donde? No lo se. Estuve media hora igual, pensando y oliendo, pensando y oliendo pero nada, todo seguía igual, menos el tiempo ya estaba anocheciendo y quería dejar esto de la sudadera aparte así que dejé todo tal cual estaba y me baje a hacerle compañía a Drake.

Mientras bajaba las escaleras pensaba cuando fue la última vez que llevaba la sudadera, era de pelo y de color rosa y morado a franjas horizontales, la última vez que lo llevaba fue en un día que vinimos al bosque Drake y yo, ya la próxima que la utilice no...

- Disculpe, que torpe - me dijo un chico algo más alto que yo que acababa de chocar conmigo - soy Nate.

- Oh, no se disculpe, ha sido mi culpa, no estaba al tanto de por dónde iba - vaya ya había bajado las escaleras y estaba al lado de recepción ¿desde cuándo?

- No enserio ha sido mi culpa iba pensando y analizando el percal que hay en la cocina. Como disculpa déjeme invitarla a un café.

- ¿Que? - exclamé - no no, de verdad no hace falta. Además yo iba hacia el supuesto "percal" - el se rió ¿que le hacía gracia? ¿Qué hubiera hecho comillas en percal?

El secreto del caso HouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora