EL COLOR A TRAVES DE TUS OJOS - MINWON

ERES MUY BONITO

—No le preguntes nada, porque si el abuelo responde, sólo será un fastidio, Kim Mingyu, un placer conocerte.

  Estiro su mano en mi dirección, estrechandola con la mía y haciendo un saludo formal.
 
—Mira, que apuesto eres mi Mingyu, combinando una mascarilla negra con tu uniforme escolar. — seguro estás tratando de que eso sea una tendencia, cierto?.- DK lo miraba con amor y asombro.

—DK, entonces, quien es el abuelo? - le pregunté mientras trataba de fingir que la mirada del chico de la esquina no me ponía nervioso.

—Oh, eso, es un espíritu que responde por Minghao algunas veces.

– Por cierto, eres muy bonito.- Mingyu dijo eso, mientras se enderezaba en su asiento y ocultaba sus ojos detrás de esos mechones que caían sobre su frente. Tenia aretes y piercings, colgando de su lóbulo derecho. Para ser honesto, tenía una apariencia, desinteresada y agresiva, pero a la vez, misteriosa.

—No lo soy. - voz áspera había salido de mi garganta, autodefensa, quizá, realmente no lo sé.

—No, en serio lo eres. - se inclino un poco hacia mi, invadiendo el espacio entre Minghao, Seokmin y yo, con sus manos dentro de sus bolsillos y sus aretes moviéndose sutilmente. —He visto a mi justa parte de aprendices de ídolos mientras saltaba de una agencia a otra, pero tienes una buena imagen.

Minghao se giró a su dirección y lo miro con seriedad.

—No seas tonto, Mingyu, no es como que puedas recordar las caras de todos modos.

Me puse incómodo y tímido, es acaso, como hace mucho no lo estaba, había pasado demasiado tiempo de mi vida, esperando encontrar alguien que se mantuviera a mi lado, pero me había privado de eso, por mi situación, incluso ahora este tipos de comentarios, viniendo de presencias como la de Mingyu, me hacían temblar y girar la cabeza.

—Puede que no pueda, pero todavía puedo sentir la vibra de uno.

Cada vez se acercaba más, como su pudiera sentir que la situación me incomodaba y él parecía disfrutar de que yo estuviera hecho un lío en la cabeza y mis manos estuvieran sudando sobre la tela de mis pantalones. Lo voltee a ver y el solo se giró hacia DK, riéndose de todo.

—Seguro que es un chico guapo. —La vida debe ser agotadora para ti. Entonces, Jeon, ¿Con que agencia estás?. – Se cuál deberías evitar.

—No, yo, n...no soy aprendiz.

—¿Que?

—¿Que?

—No me Interesa...

—Kim Mingyu, es la primera vez que muestras interés en alguien más que nosotros.

—Si, Hao, tiene razón, acaso, ¿siempre has sido amigable?, ¿O la ocasión lo amerita?

—¿No parece el tipo de persona que debuta porque de repente no quiere ir a la universidad?, ¿No estás de acuerdo, Hao?.- pregunto Mingyu, minetras se removía en su banca y toma entre sus manos su almohada de perro.

—¿Debería preguntarle al abuelo, más tarde?

— Chicos, ¿Quien es éste abuelo?

La campana sonó, anunciando la siguiente clase todos regresaron a sus asientos y giraron hacia enfrente, con esa pregunta hecha al iré, sin una respuesta clara.

—La segunda clase está a punto de comenzar.

La clase terminó y todos se comenzaron a dispersar cuando el receso inicio, si soy franco, por primera vez en toda mi vida escolar, me sentía nervioso e intimidado por la presencia de alguien que no me molestaba físicamente, pero que me hacía temblar por su forma de actuar y hablar, todo era tan simple, colores que desde pequeño vivi, ningún color llamativo, haciéndome sentir vivo, así es como dijo mamá que te sentías, después de encontrar a tu Probe, pero yo no deseaba encontrarlo, soy conciente de las consecuencias de la ansiedad y miedo irracional que los Moños sufren cuando encuentran a su Probe y tienen miedo de perderlo. Ahí estaba yo, perdiendo mi tiempo, frente a un letrero pegado sobre un muro, seguramente con tantos colores de los cuales yo no era conciente.

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Tantas manchas seguramente de colores brillantes, dando marco al anuncio, siendo atrativo para muchos que no podían apreciar la belleza de poder mirar colores hermosos.

— Ser coloreado por tu amigo, o en otras palabras, ser influenciado por el mismo.

A mi lado, estaba Kim Mingyu, con porte tan seguro de si mismo, mirando hacia el mismo letrero pegado sobre el muro.

— Incluso cundo te miro otra vez, eres realmente hermoso, Jeon.

— De...debes tener un deseo de muerte, porque continuas diciendo eso.

— ¿Quieres unirte a la agencia en la que estoy?. -se giró sobre sus talones y se puso de frente sobre mi costado, mirándome a los ojos inclinándose un poco sobre mi hombro.

— ¿Estás seguro de que no eres un aprendiz?. - una voz tan cálida sonó cerca de mi oído, mandando una corriente eléctrica sobre mi columna vertebral, por la cercanía y por el chico que me mantenía tan inquieto desde la mañana en que lo conocí.

— No, yo, y...o no lo soy.

.....

— Enamorado, enamorado de ti, he caído a tus pies.

Seokmin suspiraba con su cabeza sostenida cobre su mano en su pupitre mientras miraba desde su asiento a Jeon y a Kim, creyendo que su amigo por fin se abría a torá persona que no fueran él o Minghao, o quizá realmente estaba convencido de que Mingyu, se había flechado por el nuevo chico que parecía tímido he incómodo cada que este se acercaba.

— DK, deja de mencionar tonterías y deja de observarlos desde tu asiento, pareces un maldito psicópata, das miedo hombre.

.....

— Entonces que, Jeon, ¿Eres un atleta?

— No, yo no soy nada de eso.

— ¿Entonces que planeas hacer con esa hermosa cara?

— Vivir una vida normal.

— ¿Con esa cara?. —Eso habla de apuntar bajo en la vida, realmente eres hermoso.

— Lo que sea.

Wonwoo giro de nuevo su vista al frente, mientras tanto Mingyu comenzaba a pasear sus dedos sobre su mascarilla negra, captando la atención y nerviosismo del mismo Wonwoo.

Parecía un movimiento lento y con pocos resultados de pasar, cuando Mingyu comenzaba a bajar su mascarilla, mientras me miraba. Si, definitivamente era hermoso, de belleza rara, con poca posibilidad de encontrar alguna vez alguien así, su nariz era linda, sus labios se veían suaves y sonrió, sonrió como si nunca lo hubiese hecho, mostrando hermosos dientes de color blanco nieve y unos pequeños y puntiagudos colmillos, justo como los de un cachorro.