8

878 78 13
                                    

VIII



La soledad fue algo que nunca me asustó, cuanto más tiempo pasaba en mi adolescencia presa en la enorme casa de mis padres, más adictiva se volvía... porque los tenía a ellos, tenía amigos, podría salir a casa de mis amigas si yo pedía ser llevada hasta allí, pero en estos días que pasaban, me daba cuenta de que todo cambiaba delante de mis ojos y se me escapaba de las manos.

La gente del castillo estaba velando siempre porque sabíamos que había un espía dentro de nosotros, yo tenía más deberes que nunca porque era la reina, todos me trataban como si fuera un tipo de Dios, y yo solo soy una simple mortal, ¿nadie puede entenderlo?

A veces escuchaba los problemas del pueblo, que es una manera de ayudar, mientras Hyunjin estaba en juntas con sus consejeros planificando ataques y estrategias, cada que intentaba preguntarle qué sucedía él solo me decía que no era mi asunto, que no podía meterme en esas cosas.

Yo había escuchado varios campesinos esta mañana y envié a gente del castillo a ayudar en las granjas.

Cuando terminamos se me ocurrió algo.

—Quiero ir al pueblo.

Seori que estaba conmigo ahora miró a Hera y se retiró, la rubia me miró de pies a cabeza, las chicas estaban conmigo en el extenso sofá que había en el gran salón del palacio mientras me hacían peinados y ese tipo de cosas.

—¿Para qué te gustaría ir?

—Quiero ver cómo son las cosas ahí, es todo— dije entrelazando mis manos y colocándolas encima de mi vestido negro.

—Ese no es lugar para una Reina.

—Yo decido a qué lugar voy o no, quiero ir, y que alguien que conozca el lugar me acompañe— ella apretó los puños y se puso de pie, cuando te retiró las chicas me miraron y soltaron unas risitas— ¿Creen que me estoy aprovechando?

—Para nada, ella ha sido más cruel— respondió Min con una adorable sonrisa, me sostuvo la mano y yo le devolví el gesto— ¿Quieres que te acompañemos?

—No... y la verdad tampoco quiero que Caius o Hyunjin se enteren de que salí...— suspiré, después de unos minutos frente a mí se encontraban Hera y Kyle, quien me saludó, de cierta forma me alegró que fuera él quien me acompañara porque en verdad me agrada, cuando estuvimos frente a un carruaje negué porque quería ir a caballo, detrás de nosotros fueron la guardia del palacio, fuimos cabalgando y sin ninguna prisa.

Yo miraba los territorios que me dejaban embelesada, y al estar en el inicio del pueblo me di cuenta de que habían puestos de comida, campesinos, niños... estaban felices a pesar de que lo único que protegía sus cuerpos eran unos trapitos viejos con algunos hoyos, se me estrujó el corazón, mientras pasábamos todos se quedaban mirándome y yo les brindaba sonrisas pero no respondían, como si fueran infelices, porque lo son... miré a Kyle. Era solo cuando me veían.

—¿Por qué están así?

—¿Así cómo, su alteza?— yo miré al pueblo nuevamente mientras trotábamos abriéndonos paso entre los puestos y la gente— ¿Se refiere a la actitud?

—Esta gente no sonríe.

—Es porque a pesar de que la monarquia es justa, todavía quedan los impuestos, y la gente que se aprovecha de ellos.

Reino - Hwang Hyunjin ✔️ [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora