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IX



A veces solía decirme, repetirme, que todo estaba bien a pesar de que no lo estaba, pero hoy había algo diferente, como si todo estuviese en mi contra, como si todo el universo conspirara para hacer que mi vida fuera la más miserable, mi madre me hacía historias sobre personas que cometen errores a lo largo de sus vidas intencionalmente... la maldad, entonces, yo no tenía ningún motivo por el cual estar siendo castigada, porque más buena no he podido ser.

¿Qué es lo que yo le hice a este mundo? ¿Qué mal?

Supe que estaba en problemas cuando el doctor entró a la habitación y me examinó, Hera estaba ahí y a su lado estaba mi hermano, lo que ella no se esperó fue que yo estaba muy calmada, tranquila.

Traté al doctor con cortesía y respondí todas sus preguntas, ella apretaba sus puños y me miraba con los ojos llenos de crueldad, si las cosas serían de esa forma, entonces yo también podía ser mala, así que cuando se retiraron de la habitación y yo quedé sola me ahogué en el profundo silencio de la habitación.

Pasaba el tiempo y no conseguía quedarme dormida, los minutos eran como horas para mí, y era tanta la oscuridad que había que casi no se podían distinguir los objetos de la habitación, lo más raro es que miraba a cada rato la puerta...

Vamos Jane, para de mírala, sabes que él no entrará.

¿Por qué tenía que sentirme así de decepcionada ante su ausencia? ¿Por qué tenía que importarme si él no llegaba?

Solté un suspiro y me puse en pie, tenía mi ropa interior, ese diminuto vestido blanco claro, y me puse un camisón enorme que se arrastraba por el suelo cuando caminaba, salí al pasillo, y subí las escaleras del despacho en el que yo sabía que él se encontraría.

Y no me fue ni necesario abrir la puerta porque ahí estaba efectivamente, su cabello estaba igual de despeinado que hoy cuando le vi, y estaba inclinado hacia adelante mirando la mesa enorme que tenía un mapa de las regiones y figuras en forma de barcos y soldados, se pasaba la mano por el rostro y las velas aún se mantenían alumbrando el lugar, cuando entré noté que solo llevaba sus pantalones negros y unas botas del mismo color oscuras, una camisa blanca... se veía condenadamente atractivo porque no mentiría, Hyunjin es creo que el ser más hermoso que han visto mis ojos.

Y yo lo estaba viendo fijamente sin ninguna vergüenza, y él se había dado cuenta de ello, cuando me vio, se mantuvo ahí pero soltó una risa que se oyó malvada, pero cargada de cansancio.

—¿Es que nunca entiendes?— preguntó con la voz rasposa— ¿Qué haces aquí?

—Yo quería saber algo de Kyle, y tú no llegabas...

—Te ordené que te quedaras en la maldita habitación, te ordené que te quedarás en este maldito castillo y tú no haces más que buscar la manera de llevarme a la contraria, ¿Acaso te divierte todo esto?

—¿Qué?— pregunté dando un paso hacia adelante aún con los brazos cruzados sobre mi pecho— No es eso...

—¿Qué es entonces?, si por lo menos tienes una respuesta que me pueda convencer— no me divertía desobedecer sus órdenes, simplemente me molestaba que me ordenara algo a mí.

—No tengo una.

Fui sincera, él soltó una risa y se enderezó, se pasó las manos por el cabello y se volteó, había silencio absoluto que solo era interrumpido por el sonido que hacían sus botas chocando contra el suelo, me acerqué involuntariamente... como si mis pies se movieran por sí solos.

—Eres un maldito problema en verdad— dijo así de furioso y como la primera vez que hablamos, en esa habitación cuando me tumbó a la cama, golpeó la pared con su puño y apegó su frente a ella, él está cargado de problemas y yo lo sé... lo sé por qué es Rey, y tiene tantas responsabilidades que probablemente le falta la oportunidad de preocuparse por sí mismo.

Reino - Hwang Hyunjin ✔️ [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora