Dime Que Me Amas (3)

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SETH

    Ni siquiera sé que hora es cuando Oliver toca mi hombro y me despierta. Abro los ojos de golpe y me enderezó en la dura silla plástica. El hospital a mi alrededor parece igual que cuando me dormí. Miro el reloj, veo que han pasados dos horas.

— ¿Hay noticias?— pregunto alerta.

Niega con la cabeza:— Nada aún. Mark se ha metido en la habitación de ella y ya está.

Bufo enojado. En el fondo espero que me deje verla, aunque sea un momento. No puedo dejar de pensar que esto es mi culpa. Si, sé que Ali tomó la decisión de ir, pero si hubiese hablado antes y comentado lo que en verdad sucedía, no se hubiese aparecido así en la casa. Pero que iba a hacer, ¿Encerrarla en mi departamento hasta saber si era seguro?

En este momento eso me parecía mas coherente que lo que en realidad pasó. Ni siquiera sabía como estaba, todo estaba basado en suposiciones: que su padre había entrado a verla porque por fin estaba bien. Pero si no lo estaba, jamás me lo perdonaría. Estaba cometiendo los mismos errores que con Piper, repitiendo la historia. Y eso, me hacía pensar que tal vez Charlotte tenía razón: ¿Y si esto tiene que ver conmigo?

— Cuando Tay tenga noticias, nos la dirá.— dice Oli y suspira.— Debiste llamarme, eres un idiota.

— Si, debiste haber estado allí, es sólo que... ¿Que habría cambiado?— digo enfadado.

— Dos contra uno, no lo sé.— dice mirando el suelo.

— Estabas trabajando, creí que no lo sé, sería fácil...— me paso las manos por la cara.— Que idiota que soy.

Asiente:— Coincido contigo.

— Alana ni siquiera va a querer hablar conmigo.— comento.— Ya estaba enfadada conmigo antes de que alguien casi la... mata.

— Tal vez tienes suerte y el golpe le borró la memoria.— bromea y lo miro mal.— ¿Demasiado rápido para hacer un chiste?

— Alana podría estar muerta.— digo serio.

— Lo siento, no soy muy bueno consolando a la gente.— bufa.— La vida es una mierda, y te suceden cosas de mierda.

No digo nada. Oliver nunca había sido muy positivo, pero no lo culpaba. No sé como me hubiese tomado yo que mis padres murieran en un incendio y luego pasar por el infierno que vivimos. A decir verdad, hasta que estuvo con Taylor, Oliver siempre fue solitario. Yo siempre tuve menos problemas para expresar mis sentimientos, ¿Pero él? Agradezco que aquella rubia apareciese para alegrarle la vida un poco.

— Sabes que puede hablar conmigo, ¿Cierto?— digo mirándolo fijamente.

Se ríe:— Si, lo sé.

— Se que no te gusta hablar, pero sé que las cosas con Tay no han sido...

— Peleamos mucho, creo que es mi culpa.— dice sin mirarme.— Ahora no tiene importancia.

Asiento y no digo nada más. Es cierto, todo parecía muy superficial si lo comparabas con la tragedia que podría haber sucedido. nos quedamos unos minutos en silencio, mirando por el pasillo. Entonces aparece Mark, caminando hacia la salida. Me levanto bruscamente y camino hacia él.

— Sr. White, ¿Como...

Mark me toma de la remera:— Tienes suerte de ser boxeador, porque te metería una golpiza.

— Sólo quiero saber como está Ali.— digo y me libero de su agarre.

— Bien, pero no gracias a ti.— dice enojado.— Nunca fui tu fan, pero siempre creí que la cuidabas.