☼︎Seis☼︎

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Era un día curiosamente tranquilo, los pájaros cantaban en esa bella mañana, creando una dulce melodía que fascinaba a los despiertos e irritaba a los dormidos

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Era un día curiosamente tranquilo, los pájaros cantaban en esa bella mañana, creando una dulce melodía que fascinaba a los despiertos e irritaba a los dormidos.

Ese día, en la casa solo estaba la pareja, disfrutando de la compañía del otro tirados en la cama, aprovechando esos últimos momentos de sueño antes de tener que levantarse y ser productivos.

Ese era su momento favorito de la mañana, cuando no estaban dormidos, pero tampoco completamente despiertos y no les quedaba más que mantenerse acostados, mientras el canto de las aves los arrolla y los débiles rayos del sol acariciaban sus pieles, generando ese leve pero agradable calor.

México empezó a moverse del lugar, rompiendo con ese nido de comodidad que habían creado entre los dos, para salir de la cama.

- ¿Ya te vas a levantar? - Preguntó Argentina, abriendo solo un poco sus ojos

El mexicano le sonrió, aún algo cansado

- Ya es algo tarde, corazón, ya es hora de despertar - Explicó, yendo junto a él para sentarse frente suyo a los pies de la cama

El argentino pasó de estar acostado a sentarse, bostezando un poco en el proceso.

- Creo que ONU entendería si faltáramos - Dijo, apoyándose adormecido sobre el cuerpo de su pareja

- No, creo que ONU entendería si faltáramos durante el tercer mes, no ahora - Respondió el tricolor con suavidad, sonriendo enternecido por las acciones de su amado

El sureño suspiró.

Más tarde tenían la primer reunión de la ONU desde que se enteraron del embarazo y Argentina obviamente no quería ir.

La última vez que había ido embarazado a una reunión de la ONU no terminó particularmente bien.

Dejando un besito en la frente de su esposo, México se levantó y salió de la habitación.

El argentino, por el contrario, quedó sentado en la cama, insultando mentalmente a... Todo.
Después de un rato decidió seguir a su pareja, ya estaba demasiado despierto de cualquier manera.

Caminó por la casa hasta llegar junto aquel a quien buscaba, estaba en la cocina, listo para ponerse a hacer una gran comida, no era idiota, sabía bien lo nervioso que estaría el sureño de ir a una reunión estando como estaba, así que quería tratar de hacerlo sentir un poco mejor dándole el mejor desayuno posible.
Eso, y muchas palabras bonitas, besitos y cariñitos, claro.

- ¿Que haces? - Preguntó curioso el argentino

- Unos huevos rancheros, además de cereales, jugo de naranja o té, si prefieres té, galletitas, si quieres, también algo de fruta y pan - Respondió rápidamente el contrario - Y además medialunas con jamón y queso, a pesar de que se que probablemente solo comas eso y tenga que guardar todo el resto... -

- Operación bebé -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora