☼︎Doce☼︎

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En la calle, cierto país esperaba a que su amigo respondiera a los mensajes que le enviaba. Estaba apoyado contra la pared del mismo café del que había salido momentos atrás, la calle estaba especialmente tranquila ese día, pero aún así lanzaba miradas hacia los alrededores cada tanto, asegurándose de que estuviera seguro.

Lo último que necesitaba era que le robaran.

Frustrado y ansioso torcía la punta de su cola una y otra vez, lanzando resoplidos molestos... sin importar cuantos mensajes le mandara a Venezuela, este no los leía.

Después de rebuznar una última vez, decidió directamente llamarlo.
Para la sorpresa del chileno, su compañero sureño atendió relativamente rápido... él ya estaba mentalizándose para llamarlo otras nueve veces.

- Buenas, este es Venezuela - Escuchó la voz del venezolano del otro lado de la línea - ... Si me acosté contigo o te debo dinero... entonces este ya no es Venezuela -

- ... Eh... ¿Qué tal están Arge y Mex? - Ignorando las palabras del contrario, Chile preguntó por los otros dos países

Después de todo, según lo que habían acordado los "Guardianes" de Argentina, era su turno de prestarles compañía, junto a Ecuador.

- Ni idea, me fui como hace una hora - Venezuela soltó como si no fuera nada

El chileno sintió un escalofrío recorrer su espalda, creando a la vez una gran preocupación y algo de rabia...

- ¿QUÉ? - Respiró hondo para no gritar - ¿Dónde estás? ¿Qué estas haciendo? - Cuestionó al contrario, tratando de no mostrar mucho su histeria

- Oh, nada muy importante, solo me estoy divorciando - Tiró, nuevamente, como si nada

Chile se tomó un momento para procesar lo que había oído.
Cualquier sentimiento negativo dejó su cuerpo para ser reemplazado por la mas pura confusión.

- ... ¿Eh? -

- Por cierto ¿Sabes en que continente queda Uganda? Aparentemente le tengo que avisar que nos estamos divorciando o alguna vaina así -

- ... -

- ... -

Después del incómodamente extenso silencio, Chile decidió tan solo cortar la llamada e ignorar que jamás había pasado.
No sería la primera vez que lo hacía.

Guardó en el bolsillo de su pantalon su celular antes de salir corriendo hacia el hogar de sus amigos, las posibilidades de algo malo pasando eran pocas, pero aún posibles, más con la condición del argentino.

La condición del argentino...
Cada vez que la recordaba, y recordaba cómo había pasado, un escalofrío en su espalda ponía en punta todos los pelos de su cuerpo.
Por si la situación no hubiese sido lo suficientemente traumática, había sido la pareja (O ex-pareja) del chileno quien lo había ocasionado.

Pero no quería pensar en eso ese momento... si fuera por él, ignoraría toda esa escena...
Haber escuchado el grito de México... Encontrar a Argentina sentado en un charco de su propia sangre... UK en frente de ellos, paralizado... Ver como se llevaban a su mejor amigo en aquella ambulancia...

Y ni hablar de las reacciones cuando los cercanos -y no tan cercanos- de Argentina llegaron al hopital. Los sollozos ahogados de Uruguay, desesperados por saber qué le había pasado a su hermano, todavía volvían a su mente de vez en cuando.
Y Perú, siempre tan sarcástico y frío... jamás lo había visto tan estresado y en shock, no había dicho una palabra en todo el día, como si no fuera capaz.
Recordaba como Venezuela se había negado a creer que nada era verdad hasta ver al argentino en la cama del hospital.

- Operación bebé -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora